Por Khalid Abdelaziz, Mohamed y Noureldin
PUERTO SUDÁN, Sudán (Reuters) – El centro de Jartum era escenario de intensos combates el jueves, mientras el ejército intentaba expulsar a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de los alrededores del palacio presidencial y del cuartel general militar.
Cada bando parece estar luchando por el control del territorio de la capital antes de cualquier posible negociación, aunque los líderes de ambas facciones han mostrado poca voluntad pública de mantener conversaciones tras más de dos semanas de enfrentamientos.
También se registraron intensos bombardeos en las ciudades colindantes de Omdurman y Bahri. Ambas partes habían acordado un alto el fuego de siete días, que ha sido violado.
“Desde ayer por la tarde y esta mañana se oyen ataques aéreos y sonidos de enfrentamientos”, declaró desde Jartum Al-Sadiq Ahmed, un ingeniero de 49 años. “Hemos entrado en un estado de terror permanente porque los combates se producen en torno a los centros de los barrios residenciales. No sabemos cuándo acabará esta pesadilla y el miedo”.
Naciones Unidas, por su parte, presionaba a las facciones enfrentadas para que garantizaran el paso seguro de la ayuda tras el saqueo de seis camiones.
El jefe de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, dijo que esperaba tener reuniones cara a cara con ambas partes en un plazo de dos o tres días para obtener garantías de su parte para los convoyes de ayuda.
La ONU ha advertido de que los enfrentamientos entre el ejército y la RSF, que estallaron el 15 de abril, corren el riesgo de provocar una catástrofe humanitaria que podría extenderse a otros países.
Sudán declaró el martes que 550 personas habían muerto y 4.926 habían resultado heridas hasta el momento en el conflicto. Unas 100.000 personas han huido de Sudán con escasos alimentos y agua a los países vecinos, según la ONU.
(Reporte adicional de Tala Ramadan; escrito por Michael Georgy; editado en español por Carlos Serrano)