Por Lisa Baertlein y Ellen Zhang
LOS ÁNGELES/PEKÍN, 15 ene (Reuters) – Las importaciones estadounidenses procedentes de China terminaron el año con fuerza después de que algunas empresas almacenaran envíos de ropa, juguetes, muebles y productos electrónicos antes del plan del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer nuevos aranceles que podrían reavivar una guerra comercial entre las superpotencias económicas del mundo.
Trump, que ha amenazado con imponer aranceles de entre el 10% y el 60% a los productos procedentes de China, tomará posesión de su cargo el 20 de enero. Durante su primer mandato, Trump se centró principalmente en piezas y componentes chinos. Economistas y expertos en comercio predicen que su próxima oleada de aranceles podría aplicarse a productos acabados.
“Por lo tanto, ha habido un repunte en las exportaciones de bienes finales de China a Estados Unidos, ya que los importadores pretenden adelantarse a los posibles aranceles sobre los artículos de consumo”, dijo Frederic Neumann, economista jefe para Asia de HSBC en Hong Kong.
El lunes, las autoridades comerciales chinas declararon que las exportaciones de diciembre alcanzaron niveles récord y citaron la preocupación por la escalada del proteccionismo comercial en Estados Unidos y Europa.
El equivalente a 451.000 contenedores de 12 metros de mercancías procedentes de China desembarcaron en los puertos marítimos de EEUU en diciembre, un aumento interanual del 14,5%, según el proveedor de datos comerciales Descartes Systems Group .
Esto coronó un año en el que las importaciones estadounidenses de ropa de cama, juguetes de plástico, maquinaria y otros productos procedentes de China aumentaron un 15% respecto a 2023, según Descartes.
Aunque algunos minoristas estadounidenses se han apresurado a comprar productos para evitar el impacto de los costes de los posibles nuevos aranceles, es difícil determinar el verdadero efecto sobre el aumento global de las importaciones, ya que los importadores mantienen estos datos en secreto.
Para complicar aún más el análisis, la resistencia de los compradores estadounidenses ha estado impulsando la demanda y algunos importadores trajeron reservas de seguridad para protegerse contra las interrupciones de los ataques hutíes a la navegación cerca del atajo comercial del canal de Suez y un conflicto laboral en los puertos marítimos de la costa este de Estados Unidos y el golfo de México.
Trump también ha prometido imponer aranceles a los productos de muchos otros países, incluidos sus vecinos norteamericanos México y Canadá.
(Información de Lisa Baertlein en Los Ángeles y Ellen Zhang en Pekín; edición de David Gregorio; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)