La angustia de una madre: un hijo será liberado de Gaza, otro seguirá cautivo

Por Michal Yaakov Itzhaki y Janis Laizans

KFAR SAVA, Israel, 16 ene (Reuters) – La noticia de que Israel y Hamás llegaron a un acuerdo de liberación de rehenes tras 15 meses de guerra en Gaza es agridulce para Ruth Strum: se espera que uno de sus hijos sea liberado, pero el segundo permanecerá cautivo por el momento.

“No es fácil para una madre oír esto”, dijo Strum a Reuters, con una camiseta roja en la que se veían fotos de sus dos fornidos hijos y la petición: “Traigan a casa a Iair y Eitan”.

Aunque no tiene información sobre su paradero en la fuertemente bombardeada Franja de Gaza, Strum dijo que estaba segura de que los habían mantenido juntos.

“Pero, ¿qué ocurrirá en el momento en que los separen y les digan que uno va a salir y el otro no?”, dijo con la voz temblorosa. “Sé que su fuerza es estar juntos, estar el uno para el otro”.

Eitan Horn, de 38 años, estaba con su hermano Iair Horn, de 46, en su casa del kibutz Nir Oz, cerca de la valla de Gaza, cuando Hamás lanzó su ataque sorpresa contra el sur de Israel el 7 de octubre de 2023.

Los dos hombres fueron capturados y arrastrados al enclave palestino junto con otros 249 israelíes y extranjeros, desencadenando una guerra que ha devastado Gaza y ha matado a decenas de miles de palestinos.

Unos 98 rehenes siguen cautivos, pero según los términos del alto el fuego del miércoles, sólo 33 serán liberados en las próximas seis semanas, entre ellos mujeres y niños, hombres mayores de 50 años y enfermos o heridos.

Esto sugiere que Iair podría no encontrarse bien, aunque no se ha sabido nada de su estado de salud.

La entrega de los 65 restantes, algunos de los cuales se cree que están muertos, se negociará posteriormente.

Desde el secuestro de Iair y Eitan, Ruth se ha aferrado a fragmentos de información sobre ellos. La última confirmación de su bienestar se produjo durante una breve tregua en noviembre de 2023, cuando algunos rehenes liberados mencionaron haber visto a los hermanos con vida.

“Dijeron que no estaban heridos”, relató. “Al principio los retuvieron en un apartamento, pero luego los trasladaron a los túneles”.

MANTENERSE OPTIMISTA

Strum dice que les habla en voz alta todo el tiempo, como si aún estuvieran con ella.

“Les pido que esperen sólo un poco más, que pasará y volverán con nosotros. Les pido perdón por todo el tiempo que ha pasado sin que estén aquí”.

La familia es originaria de Argentina, pero emigró a Israel para echar raíces en comunidades judías. Eitan, de barba tupida, vivía con su madre en el centro del país, mientras que Iair abrazó la vida comunitaria en un kibutz.

“He sido optimista desde el primer día, a pesar de los altibajos”, afirma Ruth.

Se ha volcado incansablemente en la campaña por la liberación de todos los rehenes, cuyos rostros están pegados en carteles por todo Israel, cubriendo paradas de autobús, grapados a árboles y enrollados alrededor de farolas.

“Es cierto que lloro y que estoy enfadada, pero creo que no tiene sentido caer, quedarse en la cama y no querer ver a nadie, ni hablar, ni hacer nada”, dijo.

“Quiero que traigan a casa a los 98 rehenes”, dijo, haciendo una petición directa al primer ministro Benjamin Netanyahu, de quien los críticos dicen que se ha mostrado demasiado indeciso a la hora de llegar a un acuerdo con Hamás.

(Crispian Balmer y Angus MacSwan; Editado en Español por Juana Casas)

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