TAIPÉI, 17 ene (Reuters) – Taiwán llevó a cabo a última hora del jueves su primera ejecución en cinco años, disgustando tanto a los grupos de defensa de los derechos humanos como a la Unión Europea, que pidió al Gobierno que mantuviera su moratoria de facto sobre la pena de muerte.
A pesar de la reputación de Taiwán como la democracia más liberal de Asia, la pena de muerte sigue siendo ampliamente popular según los sondeos de opinión, aunque en los últimos años sólo se ha ejecutado en contadas ocasiones y la delincuencia violenta es relativamente baja.
En septiembre, el Tribunal Constitucional de Taiwán dictaminó que la pena de muerte es constitucional, pero sólo para los delitos más graves y con el escrutinio legal más riguroso, tras estudiar una petición presentada por 37 personas que estaban entonces en el corredor de la muerte.
El Ministerio de Justicia de Taiwán informó en un comunicado de que Huang Lin-kai había sido ejecutado en el Centro de Detención de Taipéi, tras haber sido condenado a muerte en 2017 por el asesinato en 2013 de su exnovia y la madre de esta. También violó a su exnovia.
El ministerio dijo que la ejecución de Huang era coherente con la intención del fallo del Tribunal Constitucional de septiembre y que la naturaleza de su crimen era “obviamente inhumana y extremadamente viciosa”.
La última vez que Taiwán ejecutó a alguien fue en abril de 2020, lo que también provocó la censura de la UE días después de que el bloque agradeciera públicamente a Taipéi la donación de mascarillas durante la pandemia del COVID-19.
El servicio diplomático de la UE dijo en reacción a la ejecución de Huang que “pide a Taiwán que aplique y mantenga una moratoria de facto y que siga una política coherente hacia la abolición total de la pena de muerte en Taiwán”, señalando su inequívoca oposición a la pena capital.
Mientras que Kuomintang, el principal partido de la oposición taiwanesa, expresó su apoyo a la pena de muerte, los grupos de defensa de los derechos humanos expresaron su consternación.
“Esta ejecución es un hecho espantoso y brutal”, dijo E-Ling Chiu, directora para Taiwán de Amnistía Internacional.
La Alianza de Taiwán para Acabar con la Pena de Muerte, en una declaración conjunta con otros tres grupos de derechos humanos, afirmó que las ejecuciones “sólo harán que la sociedad sea más sanguinaria”.
Su página de Facebook se inundó entonces de comentarios a favor de la pena de muerte.
(Información de Ben Blanchard; edición de Christopher Cushing; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)