MADRID, 20 ene (Reuters) – El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dijo que propondrá prohibir que los compradores de fuera de la Unión Europea adquieran propiedades, en un momento en que el Gobierno trata de frenar la subida de los precios de la vivienda, que se han convertido en una fuente creciente de fricciones.
“Vamos a proponer que se prohíba a esos extranjeros extracomunitarios que no residen, ni ellos, ni sus familias”, compren casas y pisos, ya que “solamente están especulando”, dijo Sánchez en un mitin político en Plasencia, en el oeste de España, el domingo.
Sánchez presentó el 13 de enero una propuesta para gravar hasta con un 100% las adquisiciones de inmuebles por parte de ciudadanos extracomunitarios que no residan en España, como parte de una serie de medidas que buscan impulsar la oferta y reducir la demanda de vivienda en el país.
Una fuente cercana a Sánchez restó importancia a la sugerencia de una prohibición, afirmando que el plan seguía siendo desincentivar estas adquisiciones mediante un aumento de los tipos impositivos.
Cualquiera de los posibles cambios tendría que pasar por el Congreso de los Diputados, donde el Gobierno en minoría de Sánchez se enfrenta a una lucha constante para aprobar cualquier proyecto de ley.
En cualquier caso, la reputación de España se verá perjudicada, según la inmobiliaria CBRE. “Todos los elementos relacionados con cambios regulatorios y jurídicos es algo que a los inversores desmotiva”, dijo Paloma Relinque, directora corporativa ejecutiva de CBRE para España.
La vivienda se ha convertido en un problema importante en España, que busca equilibrar la promoción del turismo, un motor clave de su economía, con la preocupación por los altos alquileres debido a la gentrificación y a que los propietarios se decantan por alquileres turísticos más lucrativos a corto plazo, especialmente en zonas urbanas y costeras.
El Banco de España estimó recientemente que podría haber un déficit de medio millón de viviendas en el país a finales de este año.
Dirigirse a los compradores extranjeros no residentes, que suelen adquirir segundas residencias sobre todo en zonas de playa, tendría un efecto limitado sobre el mercado inmobiliario en su conjunto, según un portavoz de la promotora inmobiliaria Gilmar.
Los no residentes en la UE representan unas 23.000 de las casi 700.000 viviendas que se compran y venden cada año en el país, dijo Sánchez durante el mitin.
(Información de Inti Landauro, David Latona, Corina Pons y Emma Pinedo; edición de Aislinn Laing y Sharon Singleton; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)