Tras su toma de posesión, Trump indulta a 1.500 acusados por el asalto al Capitolio

Por Jeff Mason, Tim Reid, Andy Sullivan y David Morgan

WASHINGTON, 20 ene (Reuters) -Donald Trump indultó el lunes a cerca de 1.500 partidarios que atacaron el Capitolio de Estados Unidos hace cuatro años, moviéndose con rapidez para imponer su voluntad en el Gobierno, pocas horas después de volver a la presidencia.

Tras un día de ceremonias, Trump firmó una serie de decretos para frenar la inmigración y hacer retroceder las regulaciones ambientales y las iniciativas de diversidad racial y de género. No tomó medidas inmediatas para aumentar los aranceles, una promesa clave de campaña, pero dijo que podría imponer gravámenes del 25% a Canadá y México el 1 de febrero.

Su decisión de indultar a los seguidores que asaltaron el Capitolio el 6 de enero de 2021 seguramente enfurecerá a policías, legisladores y otras personas cuyas vidas se pusieron en peligro durante un episodio sin precedentes en la historia moderna de Estados Unidos.

Unos 140 policías fueron agredidos en el asalto, algunos rociados con sustancias químicas irritantes y otros golpeados con tubos, palos y otras armas. Cuatro personas murieron durante el caos, entre ellas un simpatizante de Trump que falleció por disparos de la policía.

Trump ordenó la puesta en libertad anticipada de 14 líderes de los grupos militantes de extrema derecha Oath Keepers y Proud Boys que cumplían largas penas de prisión, pero dejó intactas sus condenas.

Más temprano, Trump, de 78 años, juró su cargo en la Rotonda del Capitolio, el lugar donde irrumpió una turba de sus partidarios cuatro años atrás en un intento infructuoso de revertir su derrota en 2020 frente a Joe Biden.

Trump se presentó como un salvador elegido por Dios para rescatar a una nación tambaleante. Su toma de posesión equivale a un regreso triunfal para un agitador político que sobrevivió a dos intentos de asesinato y ganó las elecciones a pesar de una condena penal y un proceso judicial derivados de sus esfuerzos por anular su derrota electoral de 2020.

“Fui salvado por Dios para hacer a Estados Unidos grande de nuevo”, afirmó.

Trump es el primer presidente en más de un siglo que gana un segundo mandato tras perder la Casa Blanca y el primer delincuente que ocupa el cargo. Es el presidente de mayor edad que accede al puesto y está respaldado por mayorías republicanas en ambas cámaras del Congreso.

Trump se movió con rapidez para tomar medidas drásticas contra la inmigración ilegal, un asunto emblemático desde que entró en política en 2015.

Poco después de jurar el cargo, las autoridades fronterizas estadounidenses cerraron un programa que permitía a cientos de miles de migrantes entrar de forma legal en Estados Unidos concertando una cita a través de un teléfono inteligente. Las citas existentes fueron canceladas.

Casi 1.660 afganos que habían sido autorizados para asentarse en Estados Unidos, incluidos familiares de militares estadounidenses en servicio activo, estaban viendo cancelados sus vuelos en virtud de una orden de Trump que suspendió los programas de refugiados, dijeron un funcionario estadounidense y un estacado activista.

EMERGENCIA FRONTERIZA

En la Casa Blanca, Trump firmó un decreto que declara una emergencia nacional en la frontera con México, lo que desbloquearía la financiación y le permitiría enviar tropas. Asimismo, selló una orden que acabará con una política que confiere la ciudadanía a los nacidos en Estados Unidos, lo que seguramente desencadenará una larga lucha judicial. Otra orden ejecutiva designó a los cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas.

Trump volvió a retirar a Estados Unidos del acuerdo climático de París, apartando al mayor emisor histórico del mundo de los esfuerzos globales para luchar contra el cambio climático por segunda vez en una década.

“Nos estamos deshaciendo de todo el cáncer (…) causado por la administración Biden”, comentó Trump mientras firmaba una pila de órdenes ejecutivas en el Despacho Oval.

Otras órdenes revocaron las políticas de la administración Biden sobre inteligencia artificial y vehículos eléctricos. También impuso una congelación de la contratación federal y ordenó a los trabajadores del Gobierno que vuelvan a sus oficinas a tiempo completo, en lugar de trabajar desde casa.

También firmó documentos para crear un “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, un consejo asesor externo dirigido por el multimillonario Elon Musk que pretende recortar grandes partidas del gasto público.

En el Departamento de Estado, se pidió la dimisión de más de una docena de altos diplomáticos no partidistas como parte de un plan más amplio para sustituir a los funcionarios por leales.

También dijo que emitiría órdenes para eliminar los programas federales de diversidad y exigir que el gobierno reconozca sólo el sexo de nacimiento.

Aunque Trump trató de presentarse como un pacificador y unificador durante su discurso de media hora, su tono fue a menudo marcadamente partidista. Repitió las falsas afirmaciones de su campaña de que otros países estaban vaciando sus prisiones en Estados Unidos y expresó quejas familiares sobre sus procesos penales.

Con Biden sentado cerca, Trump lanzó una mordaz acusación contra las políticas de su predecesor, desde la inmigración hasta los asuntos exteriores.

“Tenemos un gobierno que ha dado financiación ilimitada a la defensa de las fronteras extranjeras, pero se niega a defender las fronteras estadounidenses o, lo que es más importante, a su propia gente”, comentó Trump.

Numerosos ejecutivos del sector tecnológico que han tratado de ganarse el favor de la administración entrante -incluidos los tres hombres más ricos del mundo, el presidente ejecutivo de Tesla y SpaceX, Elon Musk, el de Amazon, Jeff Bezos, y el de Meta, Mark Zuckerberg- ocuparon lugares destacados, junto a los nominados al gabinete y miembros de la familia de Trump.

Trump dijo que enviará astronautas a Marte, lo que provocó que Musk -que lleva tiempo hablando de colonizar el planeta- levantara los puños.

Asimismo, prometió cambiar el nombre del Golfo de México por el de Golfo de Estados Unidos y repitió su intención de recuperar el control del Canal de Panamá, uno de varios pronunciamientos en política exterior que han causado consternación entre los aliados de Washington.

REGRESO AL PODER

Trump juró su cargo para “preservar, proteger y defender” la Constitución a las 12.01 hora local (1701 GMT), en presencia del presidente de la Corte Suprema, John Roberts. Su vicepresidente, JD Vance, prestó juramento justo antes que él.

La vicepresidenta saliente, Kamala Harris, que perdió ante Trump en noviembre, se sentó junto a Biden al lado de los expresidentes Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton. La ex secretaria de Estado Hillary Clinton, que cayó derrotada ante Trump en 2016, llegó con su marido Bill, pero la esposa de Obama, Michelle, decidió no asistir.

La ceremonia se trasladó al interior debido al frío extremo que azota gran parte del país.

Trump se saltó la toma de posesión de Biden y ha seguido afirmando de forma falsa que los comicios de 2020 que perdió frente a Biden estaban amañados.

En uno de sus últimos actos oficiales, Biden indultó a varias personas a las que Trump amenazó con represalias, entre ellas el general Mark Milley, exjefe del Estado Mayor Conjunto, a quien Trump ha sugerido que debería ser ejecutado por mantener conversaciones a escondidas con China. El retrato de Milley fue retirado del Pentágono poco después del juramento de Trump.

También indultó a cinco miembros de su familia minutos antes de dejar el cargo, alegando el temor de que Trump los tuviera en el punto de mira.

(Reporte adicional de nandita Bose, Steve Holland, David Morgan, Nandita Bose, Doina Chiacu, Stephanie Kelly, Rami Ayyub y Gram Slattery; editado en español por Carlos Serrano y Javier Leira)

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