México construye refugios temporales preparándose para deportaciones masivas desde EEUU

Por Laura Gottesdiener y Lizbeth Diaz

CIUDAD JUÁREZ, MÉXICO, 22 ene (Reuters) – Autoridades mexicanas han comenzado a construir refugios de tiendas de campaña gigantes en Ciudad Juárez para prepararse ante la posible afluencia de mexicanos deportados bajo las deportaciones masivas prometidas por el presidente estadounidense Donald Trump.

Los albergues temporales en Ciudad Juárez tendrán capacidad para miles de personas y deberán estar listos en cuestión de días, afirmó el funcionario municipal Enrique Licón.

“Es sin precedente”, dijo Licón el martes por la tarde, mientras trabajadores descargaban largos armazones metálicos de remolques de tractores estacionados en los grandes patios vacíos del Río Grande, que separa la ciudad de El Paso, Texas.

Las tiendas de campaña en Ciudad Juárez son parte del plan del gobierno mexicano para preparar refugios y centros de recepción en nueve ciudades del norte de México.

Las autoridades del sitio proporcionarán a los mexicanos deportados alimentos, alojamiento temporal, atención médica y asistencia para obtener documentos de identidad, según un documento del Gobierno que describe la estrategia, llamada “México te abraza”.

El Gobierno también planea tener lista una flota de autobuses para transportar a los mexicanos desde los centros de recepción a sus lugares de origen.

Trump ha prometido llevar a cabo la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, que expulsaría a millones de inmigrantes. Sin embargo, una operación de esa escala probablemente llevaría años y sería enormemente costosa.

Casi cinco millones de mexicanos viven en Estados Unidos sin autorización, según un análisis del centro de estudios mexicano El Colegio de la Frontera Norte (Colef) basado en datos recientes del censo estadounidense.

Muchos de ellos proceden de zonas del centro y sur de México asoladas por la violencia y la pobreza. Unos 800,000 mexicanos indocumentados en Estados Unidos son de Michoacán, Guerrero y Chiapas, según el estudio del Colef, donde las encarnizadas batallas entre grupos del crimen organizado han obligado a miles de personas a huir en los últimos años, a veces dejando a pueblos enteros abandonados.

MÉXICO PODRÍA SUFRIR PROBLEMAS

El gobierno mexicano dice que está preparado para la posibilidad de deportaciones masivas, pero defensores de los inmigrantes tienen sus dudas, pues temen que la combinación de deportaciones masivas y las medidas de Trump para impedir el ingreso de migrantes a Estados Unidos pueda saturar rápidamente las ciudades fronterizas mexicanas.

El gobierno de Trump puso fin el lunes a un programa, conocido como CBP One, que permitía a algunos migrantes que esperaban en México ingresar a Estados Unidos de manera legal al obtener una cita en una aplicación del gobierno. El martes dijo que estaba restableciendo los Protocolos de Protección al Migrante (MPP), una iniciativa que obligaba a los solicitantes de asilo no mexicanos a esperar en México la resolución de sus casos en Estados Unidos.

El lunes, José Luis Pérez, entonces director de asuntos migratorios de Tijuana, se convirtió en uno de los pocos funcionarios mexicanos que planteó preocupaciones públicas sobre si México estaba realmente preparado.

“Hablo de deportaciones y CBP One cancelado básicamente y que no están coordinados para recibirlos”, dijo.

Horas después fue despedido en lo que, dijo, fue una represalia por emitir tales advertencias. El gobierno municipal no respondió preguntas sobre su despido.

“México hará todo lo que sea necesario para atender a los connacionales y destinará lo que haga falta para recibir a quienes sean repatriados, a fin de lograr su reincorporación al país”, dijo el lunes la secretaria de Gobernación de México, Rosa Icela Rodríguez, durante la conferencia de prensa diaria de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Pero con un crecimiento económico lento proyectado para este año, México podría tener dificultades para absorber a millones de mexicanos deportados de Estados Unidos, mientras que una caída significativa en las remesas podría causar “serias perturbaciones económicas” en las ciudades y pueblos de todo el país que dependen de dichos ingresos, dijo Wayne Cornelius, profesor emérito de la Universidad de California-San Diego.

El jueves por la noche, en Ciudad Juárez, unas dos docenas de soldados trabajaban en la edificación del refugio situado cerca de una gran cruz negra donde en 2016 el papa Francisco celebró una misa al aire libre, advirtió sobre una crisis humanitaria y rezó por los migrantes. Los soldados, en la oscuridad cada vez mayor, comenzaron a construir una cocina industrial para alimentar a los deportados.

(Reporte de Laura Gottesdiener y José Luis González en Ciudad Juárez y Lizbeth Díaz en Tijuana; editado por Stephen Eisenhammer y Saad Sayeed y Adriana Barrera)

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