BRASILIA, 23 ene (Reuters) -Brasil ve una oportunidad para que se oigan las voces de las naciones en desarrollo en las próximas conversaciones sobre financiación climática, según comentarios del jueves del jefe de la cumbre mundial COP30 que acogerá el país sudamericana a finales de este año.
Las declaraciones de André Correa do Lago se conocen en un momento en el que los líderes mundiales se enfrentan a la reciente retirada de Estados Unidos del acuerdo climático de París, ordenada por el presidente Donald Trump.
Correa do Lago dijo a periodistas en Brasilia que las negociaciones serán probablemente “más difíciles” en la cumbre COP30 en comparación con las reuniones del año pasado, cuando Estados Unidos estaba “comprometido en tener políticas para combatir el cambio climático”.
Las expectativas para la COP30, que se celebrará en la ciudad amazónica de Belem en noviembre, incluyen debates sobre una antigua disputa acerca de quién pagará para que los países más pobres realicen la transición de sus economías a energías más limpias y hagan frente a los impactos del calentamiento global.
Durante la cumbre del año pasado en Azerbaiyán, una amarga lucha enfrentó a países ricos y pobres y terminó con el compromiso de los países ricos de aportar 300.000 millones de dólares anuales hasta 2035 para ayudar a financiar la transición y mitigar los impactos.
Pero la promesa es sólo una fracción de los 1,3 billones de dólares anuales que, según los países en desarrollo, se necesitan.
Correa do Lago señaló que los países ricos quieren rebajar sus contribuciones financieras, lo que calificó de “profundamente equivocado”.
El responsable de la COP30 dijo que Brasil también intentará aprovechar su actual liderazgo en el bloque BRICS de naciones en desarrollo para crear un consenso entre esos países que refuerce su posición negociadora de cara a las conversaciones sobre el clima de Belem.
(Reportaje de Lisandra Paraguassu; Redacción de Manuela Andreoni y Andre Romani. Editado en español por Juana Casas y Héctor Espinoza)