Por Dmitry Antonov y Andrew Osborn
MOSCÚ, 24 ene (Reuters) – El presidente de Rusia, Vladimir Putin, está dispuesto a mantener una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Moscú está a la espera de que Washington le comunique que también está preparado, dijo el viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Trump dijo el jueves que quería reunirse con Putin lo antes posible para asegurar el fin de la guerra con Ucrania y expresó su deseo de trabajar para reducir las armas nucleares, algo que, según el Kremlin, Putin había dejado claro que también quería.
Cuando se le preguntó si Putin y Trump aprovecharían este fin de semana para mantener su primera llamada telefónica desde la toma de posesión de Trump —un precursor esencial antes de una reunión cara a cara para mantener conversaciones más profundas— Peskov dijo:
“Putin está preparado. Estamos esperando señales (de Washington). Todo el mundo está preparado. Aquí es difícil leer el poso del café. En cuanto haya algo, si hay algo, os informaremos”.
Trump, que el jueves se dirigió al Foro Económico Mundial de Davos por videoconferencia, dijo que quería trabajar para reducir las armas nucleares y añadió que pensaba que Rusia y China podrían apoyar la reducción de sus propias capacidades armamentísticas.
“Nos gustaría ver la desnuclearización (…) y les diré que al presidente Putin le gustó mucho la idea de reducir mucho las armas nucleares. Y creo que el resto del mundo nos habría seguido y China también”, dijo Trump.
Peskov dijo que Putin había dejado claro que quería reanudar las negociaciones de desarme nuclear lo antes posible, pero dijo que esas conversaciones tendrían que ser más amplias que en el pasado para abarcar los arsenales nucleares de otros países, incluidos los de Francia y Reino Unido.
“Así que hay algo de lo que hablar, tenemos que hablar. Se ha perdido el tiempo en muchos aspectos. Ya hemos hablado antes de ese interés, así que la pelota está en el tejado de Estados Unidos, que ha interrumpido todos los contactos sustantivos con nuestro país”, dijo Peskov.
El Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, o Nuevo START, que limita el número de cabezas nucleares estratégicas que pueden desplegar Estados Unidos y Rusia, así como el despliegue de misiles terrestres y submarinos y bombarderos para lanzarlas, expira el 5 de febrero de 2026.
Es el último pilar que queda del control de armas nucleares entre las dos mayores potencias nucleares del mundo.
PRECIOS DEL PETRÓLEO
Al comentar la petición de Trump en Davos a la OPEP y Arabia Saudí para que bajen el precio del petróleo y la idea de que unos precios más bajos podrían acelerar el fin de la guerra de Ucrania, Peskov dijo:
“Este conflicto no depende de los precios del petróleo. Este conflicto se produce por la amenaza a la seguridad nacional de la Federación Rusa, por la amenaza a los rusos que viven en territorios bien conocidos y por la negativa total de estadounidenses y europeos a escuchar las preocupaciones de Rusia. No tiene nada que ver con los precios del petróleo”.
Por “territorios bien conocidos”, Peskov se refería a partes del este de Ucrania que Rusia ha capturado desde el comienzo de la guerra y reclamado como suyas, en acciones que la mayoría de los países en las Naciones Unidas han condenado como ilegales.
Peskov también discrepó con la afirmación de Trump de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, estaba dispuesto a llegar a un acuerdo de paz, señalando que Zelenski había descartado, en un decreto de 2022, cualquier negociación con Putin.
“Para llegar a un acuerdo es necesario celebrar negociaciones. (Pero) Zelenski se ha prohibido a sí mismo llevarlas a cabo en su propio decreto”.
Zelenski afirmó esta semana que se necesitarían al menos 200.000 soldados europeos de mantenimiento de la paz para impedir un nuevo ataque ruso contra Ucrania tras cualquier acuerdo de alto el fuego.
(Información de Dmitry Antonov en Moscú y Andrew Osborn en Londres; información adicional de Mark Trevelyan, Anastasia Teterevleva y Filipp Lebedev; edición de Mark Trevelyan; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)