Por Steve Holland
WASHINGTON, 4 feb (Reuters) -El presidente Donald Trump restauró el martes su campaña de “máxima presión” sobre Irán, incluidos los esfuerzos para reducir a cero sus exportaciones de petróleo, con el objetivo de impedir que Teherán tenga un arma nuclear.
Antes de su reunión con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Trump firmó el memorando presidencial que reimpone la dura política de Washington sobre Irán que se practicó durante todo su primer mandato.
Mientras firmaba el memorando, Trump lo describió como muy duro y dijo que estaba indeciso sobre si tomar o no la medida. Señaló que Irán no puede tener un arma nuclear y que espera que se pueda llegar a un acuerdo con la república islámica.
Trump ha acusado al expresidente Joe Biden de no aplicar con rigor las sanciones a la exportación de petróleo, que según el republicano envalentonaron a la república islámica al permitirle vender petróleo para financiar un programa de armas nucleares y milicias armadas en Oriente Medio.
Irán está acelerando “drásticamente” el enriquecimiento de uranio hasta alcanzar el 60% de pureza, cerca del 90% para armas, dijo a Reuters en diciembre el jefe del organismo de control nuclear de la ONU. Irán ha negado querer desarrollar un arma nuclear.
La directiva de Trump ordena al secretario del Tesoro de Estados Unidos imponer la “máxima presión económica” sobre Irán, incluidas sanciones y mecanismos de aplicación a quienes violen las ya existentes.
Como parte del esfuerzo de máxima presión, el Gobierno Trump implementará una campaña “destinada a llevar las exportaciones de petróleo de Irán a cero”.
La misión de Irán ante las Naciones Unidas en Nueva York no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Las exportaciones de petróleo de Teherán supusieron 53.000 millones de dólares en 2023 y 54.000 millones un año antes, según estimaciones de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos. La producción durante 2024 se encontraba en su nivel más alto desde 2018, según datos de la OPEP.
La Agencia Internacional de la Energía, que tiene su sede en París, cree que Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y otros miembros de la OPEP tienen capacidad de reserva para compensar cualquier pérdida de exportaciones de Irán, también miembro de la OPEP.
China no reconoce las sanciones de Estados Unidos y sus empresas son las que más petróleo iraní compran. Pekín y Teherán también han creado un sistema de comercio que usa principalmente el yuan chino y una red de intermediarios, evitando el dólar y la exposición a los reguladores estadounidenses.
(Reporte de Steve Holland, información adicional de Michelle Nichols; Editado en español por Javier López de Lérida y Javier Leira)