Por Tim Reid, Helen Coster y James Oliphant
WASHINGTON, 12 feb (Reuters) – La primera fase del rápido esfuerzo de Elon Musk, presidente ejecutivo de Tesla, y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para reducir el gasto de las agencias gubernamentales parece más impulsada por un ataque ideológico a las agencias federales que los conservadores odiaban desde hace tiempo que por un esfuerzo de buena fe para ahorrar dinero de los contribuyentes, según dos republicanos veteranos expertos en presupuestos.
Desde la toma de posesión de Trump el 20 de enero, Musk ha enviado a miembros de su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) a escudriñar información sensible sobre el personal y los pagos en los sistemas informáticos del Gobierno y ha liderado una exitosa campaña para desmantelar dos agencias: una que proporciona sustento a los más necesitados del mundo y otra que protege a los estadounidenses de prestamistas sin escrúpulos.
Pero Douglas Holtz-Eakin, exdirector republicano de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), dijo que las agencias que Musk y Trump han puesto en el punto de mira hasta la fecha suponen una pequeña fracción del presupuesto federal global, que se prevé que alcance los 7 billones de dólares este año fiscal, según la CBO.
“No van se van a meter con agencias que están haciendo cosas que les gustan, sino con las que no están de acuerdo”, dijo a Reuters Holtz-Eakin, que ha participado en anteriores negociaciones sobre impuestos y gastos en el Congreso.
Trump, republicano, dice estar “muy orgulloso” de lo que describe como una iniciativa vital para cerrar la puerta al gasto superfluo. Con Musk de pie detrás de él en el Despacho Oval, Trump firmó el martes una orden ejecutiva que amplía las competencias del DOGE, ordenando a las agencias gubernamentales que trabajen con el DOGE para recortar personal y limitar la contratación.
En declaraciones a los periodistas, Musk respondió a los críticos que dicen que es un funcionario no electo al que el presidente ha concedido una autoridad sin precedentes para desmantelar partes del Gobierno estadounidense. “No se puede tener una burocracia federal autónoma. Hay que tener una que responda al pueblo”, dijo Musk.
Musk se comprometió a ahorrar 1 billón de dólares identificando el fraude y el despilfarro en el Gobierno.
Un “rastreador en vivo” en internet del DOGE afirmaba el martes que el departamento ha ahorrado a los contribuyentes 37.690 millones de dólares desde que empezó a trabajar el 20 de enero, pero no aportaba pruebas de cómo se había llegado a esa cifra.
De las 15 agencias que el equipo de Musk tiene en el punto de mira hasta ahora, nueve fueron señaladas para eliminarlas o recortar personal en el Proyecto 2025, un polémico plan de 900 páginas compilado por grupos de reflexión conservadores para rehacer el Gobierno de EEUU. El documento afirma que muchas agencias del Gobierno federal han sido tomadas por una élite izquierdista que utiliza el dinero de los contribuyentes para impulsar una agenda liberal que va “contra los valores conservadores”.
Trump se distanció del proyecto durante las elecciones de 2024 después de un alboroto sobre algunas de sus propuestas de mayor alcance, pero varios de los autores están ahora en su Gobierno.
Bill Hoagland, un exmiembro del personal republicano y director del Comité de Presupuesto del Senado durante más de 20 años, dijo que los esfuerzos de reducción de costos hasta ahora han sido diseñados para bailarle el agua a Trump, y han sido “un blanco fácil en cuestiones ideológicas.”
“Estas estrategias no se han diseñado para ahorrar dinero, sino para alimentar las diferencias filosóficas e ideológicas que tienen los conservadores con la labor de estas agencias”, dijo Hoagland.
(Información de Tim Reid y James Oliphant en Washington, Helen Coster en Nueva York; información adicional de Andy Sullivan en Washington y Nathan Layne en Nueva York; edición de Ross Colvin y Suzanne Goldenberg; edición en español de María Bayarri Cárdenas)