Decenas de miles de palestinos huyen de los campos de refugiados de Cisjordania

Por Ali Sawafta

JERUSALÉN, 18 feb (Reuters) – Decenas de miles de palestinos que vivían en campos de refugiados de Cisjordania han abandonado sus hogares debido a que una ofensiva israelí de varias semanas ha demolido casas y destrozado infraestructura vital en varios municipios densamente urbanizados, informaron autoridades palestinas.

Las fuerzas israelíes comenzaron su operación en el campo de refugiados de la ciudad de Yenín, en el norte de Cisjordania, el 21 de enero, desplegando cientos de soldados y excavadoras que demolieron casas, expulsando a casi todos los residentes del campo.

“No sabemos qué está ocurriendo en el campo, pero hay continuas demoliciones y se están excavando carreteras”, declaró Mohammed al-Sabbagh, jefe del comité de servicios del campo de Yenín.

La operación, cuyo objetivo, según Israel, es desbaratar a los grupos militantes respaldados por Irán en Cisjordania, se ha extendido desde entonces a otros campos, especialmente al de refugiados de Tulkarm y al cercano de Nur Shams, también devastados.

Los campos, construidos para los descendientes de refugiados palestinos que huyeron o fueron expulsados de sus hogares en la guerra de 1948 en torno a la creación del Estado de Israel, han sido durante mucho tiempo importantes centros de grupos militantes armados.

El Ejército israelí los ha asaltado en repetidas ocasiones, pero la operación actual, que comenzó cuando se acordó un alto el fuego en Gaza, ha sido a una escala inusualmente grande.

Según cifras de la Autoridad Palestina, unas 17.000 personas han abandonado ya el campo de refugiados de Yenín, dejando el lugar casi completamente desierto, mientras que en Nur Shams se han marchado 6.000 personas, aproximadamente dos tercios del total, y otras 10.000 del campo de Tulkarm.

“Los que quedan están atrapados”, dijo Nihad al-Shawish, jefe del comité de servicios del campo de Nur Shams. “La Defensa Civil, la Media Luna Roja y las fuerzas de seguridad palestinas les llevaron ayer algo de comida, pero el ejército sigue arrasando y destruyendo el campo”.

Las incursiones israelíes han demolido decenas de casas y destrozado grandes tramos de carretera, además de cortar el agua y la electricidad, pero el Ejército ha negado que haya obligado a los residentes a abandonar sus hogares.

“Obviamente, la gente tiene la posibilidad de trasladarse o ir a donde quiera, si quieren. Pero si no lo hacen, se les permite quedarse”, declaró a la prensa el teniente coronel Nadav Shoshani.

La operación comenzó cuando Israel desterró a la principal organización palestina de ayuda de la ONU, la UNRWA, de su sede en Jerusalén Este y le impidió todo contacto con funcionarios israelíes.

La prohibición, que entró en vigor a finales de enero, ha afectado al trabajo de la UNRWA en Cisjordania y Gaza, donde proporciona ayuda a millones de palestinos en los campos de refugiados.

Israel ha acusado a la UNRWA de cooperar con Hamás y ha dicho que algunos trabajadores de la agencia incluso participaron en el ataque dirigido por Hamás contra comunidades del sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra de 15 meses en Gaza.

(Reporte de James Mackenzie. Editado en español por Juana Casas)

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