Por Stephen Eisenhammer y Laura Gottesdiener
CIUDAD DE MÉXICO, 24 feb (Reuters) – El congelamiento de la ayuda exterior del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha paralizado un programa de Naciones Unidas en México destinado a impedir que los precursores químicos del fentanilo lleguen a los cárteles de la droga del país, según ocho personas familiarizadas con la situación.
Se trata de uno de los esfuerzos antinarcóticos de Estados Unidos en México que se han visto desbaratados en las últimas semanas por la orden de paralización.
La iniciativa proporcionó a la Secretaría de Marina formación y equipos para mejorar el control de la carga que entra y sale del puerto de Manzanillo, el puerto de contenedores más activo del país. Otros dos puertos mexicanos -Lázaro Cárdenas y Veracruz- se iban a añadir este mes, un plan que ahora está en suspenso debido a la interrupción de la financiación, dijeron seis de las personas.
El proyecto formaba parte del Programa de Control de Contenedores, una iniciativa conjunta de la Oficina de Naciones Unidas (ONU) contra la Droga y el Delito y la Organización Mundial de Aduanas, que ayuda a autoridades locales a inspeccionar mejor los cargamentos para detener el contrabando transfronterizo.
Estados Unidos proporcionó unos 800,000 dólares en financiación para poner en marcha el proyecto en el Puerto de Manzanillo en 2023, dijeron dos de las personas.
El Puerto de Manzanillo ha sido durante mucho tiempo un imán para los narcos que buscan introducir precursores químicos chinos en México para abastecer laboratorios ilícitos que fabrican opioides sintéticos y metanfetamina. Además, los traficantes han escondido drogas terminadas a bordo de buques de carga, especialmente metanfetamina con destino a Europa.
El congelamiento del financiamiento estadounidense también ha pospuesto, por ahora, futuras donaciones de formación y equipamiento en Manzanillo, según cuatro de las fuentes. Estaba previsto que el puerto recibiera más escáneres de carga y equipos de análisis de drogas, dijeron dos fuentes.
La subsecretaria de Prensa de la Casa Blanca, Anna Kelly, no respondió a las preguntas enviadas por correo electrónico por Reuters sobre la decisión de la administración de detener la ayuda del programa portuario mexicano, pero dijo que Trump está actuando para asegurar la frontera y recortar el gasto federal.
La paralización del programa de carga de la ONU en México es parte de una pausa más amplia en los esfuerzos antinarcóticos financiados por Estados Unidos en México como resultado del congelamiento global de la ayuda exterior que Trump ordenó el 20 de enero.
Otras actividades detenidas incluyen el entrenamiento estadounidense de las autoridades mexicanas para encontrar y desmantelar laboratorios clandestinos de fentanilo y las donaciones estadounidenses de caninos detectores de drogas a México, informó Reuters recientemente.
Desde entonces, la administración Trump ha emitido exenciones para reanudar la financiación de algunos programas de seguridad en todo el mundo. En México, eso incluye 7.8 millones de dólares en proyectos financiados por la Oficina de Asuntos Internacionales de narcóticos y Aplicación de la Ley (INL, por su sigla en inglés) del Departamento de Estado que tienen como objetivo “contrarrestar la producción y el tráfico de fentanilo y desmantelar organizaciones criminales terroristas”, según un funcionario del Departamento de Estado.
Pero el resto del presupuesto de aproximadamente 50 millones de dólares del INL para México -gran parte del cual está dedicado a interrumpir la cadena de suministro de fentanilo- permanece congelado. El Programa de Control de Contenedores de la ONU en México no ha recibido una exención del congelamiento, dijeron tres fuentes. El funcionario del Departamento de Estado dijo que se están revisando otros programas para posibles exenciones, sin especificar cuáles.
Enrique Roig, un exfuncionario de alto nivel del Departamento de Estado, dijo que la detención de la financiación a los programas antinarcóticos en México podría socavar los esfuerzos de la administración Trump para abordar la crisis de sobredosis de drogas en Estados Unidos.
“Detener todos estos programas en este momento, simplemente no veo cómo esto va a tener un impacto positivo en la reducción de las cifras de muertes por fentanilo en Estados Unidos”, dijo Roig.
Más de 450,000 estadounidenses han muerto por sobredosis de opiáceos sintéticos en la última década y millones más son adictos. Una investigación de Reuters del año pasado reveló cómo esta epidemia es alimentada por una oscura cadena de suministro de precursores químicos, en su mayoría de China, que se introducen de contrabando en América del Norte por aire y mar y luego se sintetizan en fentanilo terminado en laboratorios clandestinos en México.
La administración Trump ha dicho que acabar con la cadena de suministro de fentanilo y poner fin a la epidemia de sobredosis en Estados Unidos son algunas de sus principales prioridades. En los últimos días, ha designado a los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), considerados los principales productores de fentanilo ilícito, como organizaciones terroristas extranjeras.
En los últimos años, la Marina, considerada la agencia de seguridad más incorruptible, ha asumido el control de los puertos marítimos de la nación en un esfuerzo por acabar con el contrabando de drogas y sus precursores químicos. En 2023, el lanzamiento del programa de la ONU en Manzanillo fue anunciado por funcionarios estadounidenses y mexicanos como otro paso importante.
El funcionario del Departamento de Estado dijo que la capacitación del programa ha ayudado a las autoridades mexicanas a interceptar varios cargamentos de precursores químicos, incluyendo casi 90 toneladas de ingredientes de metanfetamina en julio de 2024, y otras 25 toneladas de productos químicos de metanfetamina en diciembre. Un funcionario mexicano familiarizado con el programa de la ONU dice que ha ayudado a las autoridades a identificar mejor las tácticas que los contrabandistas utilizan para ocultar sus mercancías.
“Este es exactamente el tipo de ayuda que hace a Estados Unidos más seguro y más fuerte”, dijo Peter Yeo, presidente de la Campaña para un Mundo Mejor, un grupo de defensa que promueve una estrecha relación entre Estados Unidos y la ONU.
A pesar de la inversión estadounidense en formación y equipamiento en el puerto, el contrabando de ingredientes para la fabricación de drogas sigue siendo un grave problema en Manzanillo, según dos intermediarios que hablaron con Reuters el año pasado y describieron con detalle cómo movían toneladas de ingredientes de fentanilo a través de este puerto sin apenas dificultades.
Manzanillo no es el único puerto por el que fluyen sustancias químicas hacia México.
El puerto de Veracruz, en el Golfo de México, donde el programa de la ONU debía ponerse en marcha este mes, se considera un lugar clave para intensificar los controles. Aunque los puertos mexicanos del Pacífico, incluido el de Manzanillo, ofrecen la ruta marítima más directa para los cargamentos procedentes de Asia, los traficantes transportan cada vez más precursores chinos de fentanilo a través de Europa y del Océano Atlántico hasta México, según tres fuentes.
Veracruz es también un lugar importante para los envíos salientes de metanfetamina producida en México y luego introducida de contrabando en Europa, añadieron.
La ampliación del programa de carga a Veracruz y a Lázaro Cárdenas, en el Pacífico, costaría entre 1.5 y dos millones de dólares, según tres fuentes.
La ONU también ha estado en conversaciones con las autoridades mexicanas para poner en marcha un programa similar de la ONU para la carga en los aeropuertos, conocido como AIRCOP, en el aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México, dijeron cuatro fuentes.
La ampliación al aeropuerto más transitado de México se considera especialmente crítica en la lucha contra el fentanilo, según las autoridades, porque un volumen significativo de precursores químicos se introduce de contrabando en pequeños paquetes por vía aérea, en lugar de en grandes buques de carga. El congelamiento de la ayuda estadounidense también podría poner en peligro estos planes, según una fuente familiarizada con el asunto.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, que gestiona el programa de contenedores, no respondió a una solicitud de comentarios, como tampoco lo hicieron la Presidencia de México ni la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Aunque Estados Unidos ha mantenido durante décadas una relación bilateral en materia de seguridad con México, su aliado, vecino y mayor socio comercial, los expertos afirman que la paralización de la ayuda por parte de Trump en materia de seguridad señala un amplio cambio en el enfoque de Washington hacia la lucha contra los narcotraficantes mexicanos.
Trump ha pedido públicamente una “operación militar” estadounidense contra los cárteles mexicanos. La semana pasada, después de que Estados Unidos designara a un puñado de cárteles “organizaciones terroristas extranjeras”, el asesor cercano de Trump, Elon Musk, escribió en su cuenta de X: “eso significa que son elegibles para ataques con drones”.
De hecho, la designación no facilita -desde una perspectiva legal- la acción militar en México. Pero algunos analistas dijeron que podría servir como un instrumento hacia algún tipo de intervención militar al ayudar a construir una justificación para ello.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, también declaró la semana pasada que propondrá una reforma constitucional destinada a proteger aún más la soberanía nacional de México.
(Reporte de Stephen Eisenhammer en Ciudad de México y Laura Gottesdiener en Monterrey, México; Editado en español por Adriana Barrera)