WASHINGTON, 27 feb (Reuters) – Los principales asesores del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, están tratando de contener las disputas en la Casa Blanca y en todo el Gobierno tras el ultimátum del multimillonario Elon Musk a los trabajadores federales para que enumeren sus logros o pierdan sus empleos, dijeron tres funcionarios del Gobierno familiarizados con las tensiones.
Antes del fin de semana, la Casa Blanca se sentía segura de que la coordinación había ido mejorando entre los altos funcionarios y Musk, dijeron dos de ellos. En las primeras semanas de la nueva administración de Trump, algunos funcionarios de la Casa Blanca habían expresado su preocupación por las tácticas del Departamento de Eficiencia Gubernamental de Musk (DOGE), como informó Reuters anteriormente.
La jefa de gabinete Susie Wiles había llamado a Musk para pedirle que la pusiera al tanto de sus planes en lugar de sorprender a su equipo con decisiones importantes, según dos fuentes con conocimiento de la conversación y que hablaron bajo condición de anonimato debido a lo sensible del asunto.
Después de esa conversación, Musk empezó a mantener informada a Wiles de las actividades de DOGE a diario, dijo uno de los funcionarios. La Casa Blanca creía que tenía el acuerdo de Musk de que pediría la aprobación de los secretarios del gabinete antes de usar la agencia de recursos humanos del Gobierno, la Oficina de Gestión de Personal (OPM), para enviar correos electrónicos directamente a los trabajadores federales, dijeron dos de los funcionarios.
Pero el plan parece haberse desmoronado rápidamente. Después de que Trump instó a Musk a “ser más agresivo” con DOGE en una publicación en su sitio Truth Social el sábado, la OPM ordenó a los 2,3 millones de trabajadores de la administración pública en un correo electrónico que detallaran sus logros en el trabajo. El correo electrónico llegó poco después de que Musk publicó en su red social X que no responder a la petición se consideraría una dimisión, un ultimátum que causó conmoción en Washington.
No solo los trabajadores y algunos funcionarios de la administración Trump dijeron que estaban sorprendidos. La Casa Blanca fue sorprendida de nuevo con la guardia baja, esta vez en uno de los movimientos más perturbadores y potencialmente de mayor repercusión de Musk, según los tres funcionarios.
Trump y Wiles no firmaron el correo electrónico, dijeron esas tres personas, hablando bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados. Musk, sin embargo, dijo en una reunión de gabinete el miércoles que había preguntado a Trump si su equipo podría “enviar un correo electrónico a todo el mundo, simplemente diciendo: ‘¿Qué hiciste la semana pasada?’ El presidente dijo que sí. Así que lo hice”.
Musk y un representante de DOGE no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre sus comunicaciones con la Casa Blanca antes de que se enviara el correo electrónico.
En respuesta a preguntas de Reuters, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo en un comunicado que las fuentes están “equivocadas” y que la “Casa Blanca no fue sorprendida con la guardia baja”. Trump dio su visto bueno a la idea del correo electrónico de Musk, y el DOGE y la OPM avisaron a la Casa Blanca, dijo.
Calificó de “patética” la “obsesión” de los medios de comunicación con Trump, Musk y el DOGE, y dijo que demuestra que los medios siguen sin estar en contacto con los votantes estadounidenses. “Si los medios de comunicación dedicaran la misma cantidad de tiempo a descubrir el despilfarro, el fraude y el abuso en nuestro Gobierno federal que a escribir historias falsas tratando de abrir una brecha entre Elon Musk y el presidente Trump, tal vez el pueblo estadounidense realmente los respetaría”, dijo Leavitt.
El correo electrónico de productividad parece haber expuesto las líneas de falla más profundas hasta la fecha entre el CEO de Tesla y los altos funcionarios de la Casa Blanca desde que Musk y sus asociados comenzaron a desmantelar programas y recortar la fuerza de trabajo, además sugiere un grado de autonomía sin precedentes para Musk, la persona más rica del mundo, en su papel de “empleado especial del Gobierno”.
Después de gastar 250 millones de dólares para ayudar a elegir a Trump en noviembre, Musk se convirtió en un miembro importante de la transición, entrando en las reuniones sin ser invitado y presionando a favor de sus elegidos preferidos para los puestos del gabinete, según media docena de fuentes cercanas a la transición.
Desde que Trump asumió el poder el 20 de enero, Musk ha tratado de reducir drásticamente el Gobierno estadounidense en una operación rodeada de secretismo. No está claro exactamente a quién emplea DOGE, cómo opera el grupo y qué acciones está llevando a cabo dentro de las agencias gubernamentales. En una presentación judicial del 17 de febrero en un caso que trata de bloquear el acceso de DOGE a los sistemas del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la Casa Blanca dijo que Musk no es el administrador del equipo o incluso un empleado de DOGE, describiéndolo como uno de la Casa Blanca y alto asesor de Trump.
Sin embargo, está claro que es la fuerza motriz de DOGE, algo que Trump ha dicho en repetidas ocasiones al responder a preguntas de los periodistas.
Entre el personal de la Casa Blanca, parece estar creciendo la frustración hacia Musk y su pequeño e insular equipo de DOGE, muchos de ellos ingenieros de software que han trabajado para las empresas de Musk.
TRUMP A BORDO
El propio Trump, sin embargo, sigue apoyando a Musk tanto en público como en privado, según dos de los funcionarios al tanto de los comentarios de Trump, así como las propias declaraciones públicas del presidente. Cuando se le preguntó el martes sobre el correo electrónico que instruía a los trabajadores federales a enumerar sus logros, Trump dijo: “es algo voluntario. Pero también lo es, si no respondes, supongo que te despiden”.
Uno de los funcionarios dijo que aunque Trump no firmó el correo electrónico, “le gusta dejar que Elon sea Elon”.
Leavitt dijo el martes que Musk había tenido la idea del correo electrónico, y trabajó con la OPM para implementarlo. “Y permítanme ser muy claro, el presidente y Elon y todo su gabinete están trabajando como un equipo unificado”, dijo Leavitt.
Sin embargo, cada vez hay más señales de rechazo al poder de Musk.
Algunas agencias ya han dicho a los trabajadores que ignoren el correo electrónico. El martes, Musk dio a los trabajadores federales “otra oportunidad” de responder a su ultimátum una vez transcurrido el plazo original del lunes, lo que sugiere cierto margen de maniobra. Y los jefes de gabinete preocupados han estado llamando a Wiles, que codirigió la campaña presidencial de Trump en 2024, sobre el correo electrónico, dijo uno de los funcionarios.
La administración Trump ordenó el miércoles a las agencias federales que se preparen para más despidos masivos. Cerca de 100.000 trabajadores ya han sido despedidos.
Las preguntas sobre el papel de Musk y DOGE están en el centro de múltiples demandas que buscan bloquearles el acceso a los sistemas gubernamentales y recortar programas. En muchas demandas se alega que Musk y la DOGE violan la Constitución al ejercer el tipo de poder sólo tienen las agencias creadas por el Congreso de Estados Unidos o los nombramientos confirmados por el Senado.
Al menos dos miembros del gabinete han expresado en privado su frustración por los recortes del DOGE porque temen perder demasiados empleados y el control de sus departamentos, según una fuente republicana que habló directamente con los dos miembros del gabinete. Uno de ellos se quejó en privado a la Casa Blanca sobre el correo electrónico con el ultimátum, dijo la fuente.
La persona, junto con un consultor republicano vinculado a la administración Trump, dijo que habían hablado recientemente con un total de seis miembros del Congreso que les expresaron su preocupación por las extralimitaciones del DOGE.
“Pero todos están tomando sus señales de Trump”, dijo el consultor republicano. “Hasta que no empuje a Musk por el precipicio, no lo harán”.
(Alexandra Ulmerdesde San Francisco. Edición en español de Javier López de Lérida)