Por Jacob Gronholt-Pedersen
NUUK, 11 mar (Reuters) – Groenlandia votará el martes en unas elecciones generales que algunos lugareños consideran una oportunidad histórica para liberarse del dominio danés, en un momento en que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha ofrecido invertir miles de millones de dólares si se unen a Estados Unidos.
Las elecciones al Inatsisartut, el parlamento de 31 escaños, podrían aumentar la influencia de Estados Unidos en Groenlandia, una isla escasamente poblada en el ojo de una carrera geopolítica por el dominio del Ártico, a medida que el calentamiento global derrite los casquetes polares haciendo más accesibles sus recursos y abriendo nuevas rutas marítimas.
China y Rusia han intensificado su actividad militar en la región y Estados Unidos se esfuerza por seguirles el ritmo.
Groenlandia, territorio danés desde 1953, tiene un tamaño similar al de México, pero una población de solo 57.000 habitantes. La isla adquirió cierta autonomía en 1979, cuando se constituyó su primer parlamento, pero Copenhague controla los asuntos exteriores, la defensa y la política monetaria y aporta algo menos de 1.000 millones de dólares anuales a la economía.
El gobierno local obtuvo más autonomía en 2009, incluido el derecho a declarar la plena independencia mediante referéndum, aunque no lo ha hecho por temor a que el nivel de vida descendiera sin el apoyo económico de Dinamarca.
La isla posee importantes recursos naturales, entre ellos minerales esenciales como las tierras raras, que se utilizan en industrias de alta tecnología, desde vehículos eléctricos a sistemas de misiles.
Sin embargo, Groenlandia ha tardado en extraerlos debido a problemas medioambientales, las inclemencias del tiempo y el control casi total del sector por parte de China, que ha dificultado a las empresas de otros lugares obtener beneficios o conseguir compradores.
El resultado de las elecciones es incierto, ya que no se esperan sondeos, ni encuestas a pie de urna. Un sondeo realizado en enero sugería que la mayoría de los habitantes de Groenlandia apoyan la independencia, pero están divididos sobre el momento y el posible impacto en el nivel de vida.
Desde su llegada al poder en enero, Trump ha expresado repetidamente su interés en adquirir Groenlandia, reavivando un tema de su anterior Gobierno, diciendo que la isla es vital para los intereses de seguridad de Estados Unidos.
(Información de Jacob Gronholt-Pedersen; información adicional de Louise Rasmussen; edición de Sharon Singleton; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)
