CIUDAD DE MÉXICO, 12 mar (Reuters) -La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo el miércoles que esperará hasta el 2 de abril para decidir si se aplican aranceles recíprocos al acero y aluminio de Estados Unidos tras la entrada en vigor al iniciar la jornada de los gravámenes del 25% impuestos por su socio comercial para esos productos.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, dijo más temprano que nada detendrá la ampliación de los aranceles del presidente Donald Trump al sector hasta que se fortalezca la producción nacional estadounidense, y que el mandatario añadirá al cobre a las barreras comerciales.
“Vamos a esperar al 2 de abril y a partir de ahí la definición nuestra de si se ponen aranceles recíprocos también”, dijo Sheinbaum en su conferencia de prensa diaria. Además, anunció que el Gobierno se reunirá con fabricantes de acero y aluminio para analizar la situación.
La administración de Trump ha pausado en dos ocasiones por un mes, la última vez a principios de marzo, aranceles generales del 25% a todos los productos de México y Canadá, países con los que tiene vigente un acuerdo de libre comercio, el TMEC. Sin embargo, decidió mantener el plazo para el acero y el aluminio.
La fecha del 2 de abril señalada por la presidenta mexicana es el término otorgado por Estados Unidos para la aplicación de aranceles recíprocos en general a todos los países con los que comercia, con el argumento de que es una respuesta a barreras de diversos tipos que se imponen a sus exportaciones.
Sheinbaum afirma que el hecho de tener el TMEC, que implica que Estados Unidos exporta a sus dos socios norteamericanos sin tener que pagar tarifas arancelarias, debería significar que no les va a imponer gravámenes, aspecto sobre el que Washington no se ha pronunciado.
La Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero de México (Canacero), se ha mostrado en “profundo desacuerdo” con los aranceles al aluminio y el acero, y ha advertido que la medida “afectará gravemente a la industria siderúrgica y a toda la cadena metalmecánica de América del Norte, poniendo en riesgo la competitividad y la integración regional”.
La acción impacta en el 75% de las exportaciones mexicanas, valuadas en 2,100 millones de dólares y no tiene “justificación” para Canacero, pues el país vecino tuvo un superávit de 2.3 millones de toneladas en el intercambio comercial de los dos productos con México al cierre de 2024.
El Instituto Mexicano para la Competitividad informó recientemente, citando datos de la oficina del Censo de Estados Unidos, que apenas el 7% del total de las importaciones estadounidense de esos productos el año pasado fueron mexicanas.
(Reporte de Ana Isabel Martínez y Raúl Cortés Fernández, Editado por Manuel Farías)