Magnate mexicano Slim apunta a dos campos clave de Pemex y gana peso en el sector energético

Por Adriana Barrera y Stefanie Eschenbacher

CIUDAD DE MÉXICO, 14 mar (Reuters) – La petrolera mexicana Pemex está en conversaciones con el empresario Carlos Slim que podrían hacer que el magnate ayude a financiar los proyectos de desarrollo de dos de los campos de crudo y gas natural más prometedores del país, dijeron a Reuters fuentes familiarizadas con el asunto.

Las negociaciones, de las que no se había informado anteriormente, indican la creciente influencia que Slim está adquiriendo en la industria petrolera mexicana, que atraviesa dificultades, y que se suma a su imperio empresarial, que ya abarca además telecomunicaciones, infraestructura, banca, comercio minorista y restaurantes.

Slim, una de las personas más ricas del mundo, ha establecido estrechas relaciones con el Gobierno izquierdista y ha evitado los enfrentamientos públicos que en ocasiones estallaron entre el expresidente Andrés Manuel López Obrador y grandes empresas.

Pemex está en negociaciones avanzadas con sus socios en el yacimiento marino Zama para un acuerdo de operación conjunta (JOA) a cambio de que Slim aporte la inversión que la estatal tiene que hacer en el proyecto, dijo una fuente de alto nivel del gobierno mexicano.

Slim también está considerando participar en el campo de gas natural terrestre más importante, Ixachi, dijo la fuente del Gobierno y otras dos fuentes conocimiento del tema.

En Zama, un campo petrolero en el Golfo de México a una profundidad cercana a aguas profundas que aún no ha iniciado producción, empresas de Slim tienen una participación del 80% en Talos México, uno de los socios de Pemex en Zama, dejando a la estadounidense Talos Energy, que descubrió el yacimiento en 2017, con un 20%.

Pemex posee un 50.43% en Zama, con recursos estimados de 600 a 800 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (bpce), mientras que Talos México el 17.4% y la firma de petróleo y gas Harbour Energy el restante 32.17%.

“Están buscando un acuerdo conveniente para ambas partes”, dijo la fuente del Gobierno, con conocimiento de las conversaciones entre Pemex y sus socios en el consorcio, pero que habló bajo condición de anonimato.

El cambio haría que Pemex ceda parte del control que tiene ahora como único operador del proyecto conjunto, a cambio de aliviarla del aporte de capital.

Se estima una inversión necesaria de 4,500 millones de dólares para el desarrollo de Zama. Grupo Carso, una de las dos empresas de Slim con participación en el yacimiento, aportaría el 50.43% de ese monto en nombre de Pemex, equivalente a la participación de la estatal en el proyecto, dijo la fuente.

Añadió que las pláticas están avanzadas a tal grado que se espera que lleguen a buen puerto en las próximas semanas. “Son detalles menores” los que faltan, añadió. Sin embargo, no abundó en los beneficios que tendría el emporio de Slim a cambio de su inversión.

La posibilidad de un JOA se da después de una larga disputa sobre quién operaría Zama entre Pemex y el consorcio liderado por Talos Energy, con sede en Houston.

Pemex no respondió a una solicitud de comentarios, mientras que Grupo Carso declinó hacerlos.

Linda Cook, directora general de Harbour Energy, dijo la semana pasada en una llamada con inversores que probablemente habría cambios en la forma de operación de Zama, sin dar más detalles. La empresa remitió a Reuters a los comentarios de la ejecutiva en respuesta a preguntas sobre las conversaciones.

AYUDA PARA PEMEX

La “ayuda” de Slim en Zama e Ixachi, considerado el descubrimiento de gas natural más importante en México en más de un cuarto de siglo y que produce también condensado, llega cuando Pemex no tiene dinero cumplir por sí sola la meta de 1.8 millón de barriles por día (bpd) promedio de producción de crudo que la presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto en su administración, que arrancó en octubre.

Pemex tiene una deuda financiera de 97,600 millones de dólares y al cierre del 2024 acumuló otros 25,000 millones de dólares en pagos a proveedores y contratistas -que asegura ha venido pagando recientemente- que han llegado a afectar las operaciones de exploración y extracción.

Pemex y Slim también están revisando un acuerdo para desarrollar Lakach, el primer campo de gas natural en aguas profundas del país.

Sobre Ixachi, la fuente del Gobierno dijo que se buscaría concretar un contrato mixto, una figura amparada bajo una reforma energética recientemente aprobada por el Congreso que busca devolverle a las empresas del Estado, Pemex y la generadora de electricidad CFE, predominio en el sector y con la que Gobierno trata de atraer capitales privados.

Carso trabaja actualmente en Ixachi como prestador de servicio de perforación para Pemex.

La producción de gas de Ixachi se envía a una planta de Papan, construida específicamente para ello. Pemex ha contemplado la construcción de una segunda planta de este tipo con una capacidad similar para acondicionar hasta 345 millones de pies cúbicos de gas al día, dijo una de las fuentes, con un costo de casi 500 millones de dólares.

Papan endulza y deshidrata el gas natural agrio y húmedo que sale a la superficie en Ixachi y luego lo acondiciona para producir gas licuado de petróleo que se utiliza en México para calefacción y cocina.

Grupo Carso e Ideal, también propiedad de Slim, han manifestado su interés en financiar la segunda planta, según la fuente.

La presidenta Sheinbaum se ha comprometido a proteger el legado de su predecesor y mentor López Obrador, un nacionalista que buscó fortalecer a Pemex.

Pero Sheinbaum se enfrenta a una dura realidad: la necesidad de mantener a flote a la empresa petrolera más endeudada del mundo en un momento en que la producción se ha desplomado a mínimos de cuatro décadas y los nuevos descubrimientos han decepcionado en gran medida.

“La ventaja de Slim es que se lleva bien con todos los gobiernos”, dijo Alexia Bautista, exdiplomática mexicana que ahora es la principal analista en México para la consultora de riesgo político Horizon Engage.

“Ha sabido sembrar y cosechar relaciones con todos los presidentes de México, incluso con Andrés Manuel López Obrador, con quien tuvo algunas fricciones y ahora con Claudia Sheinbaum”, añadió.

Bautista dijo que ha demostrado ser pragmático y más flexible que otros empresarios del sector.

(Reporte de Adriana Barrera y Stefanie Eschenbacher; reporte adicional de Marianna Párraga en Houston; editado por Ana Isabel Martínez)

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