Médicos tratan de reanimar a los hambrientos en Sudán con un goteo de suministros de ayuda

SHARG ELNIL, Sudán, 19 mar (Reuters) – En una sala de nutrición de un hospital de la capital de Sudán, asolada por la guerra, madres demacradas yacen acostadas junto a niños pequeños aún más delgados, con los ojos hundidos y muy abiertos. 

Los pacientes del Hospital Alban Jadeed necesitan ayuda urgente después de casi dos años de combates que han atrapado a los residentes y cortado los suministros, pero los médicos tienen que racionar la leche terapéutica y otros productos para tratarlos.

La guerra que estalló en abril de 2023 a raíz de una lucha de poder entre el ejército de Sudán y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) ha creado lo que Naciones Unidas considera la crisis humanitaria más grande y devastadora del mundo.

Alrededor de la mitad de la población de Sudán, de 50 millones de habitantes, sufre ahora algún grado de hambre aguda y la hambruna se ha apoderado de al menos cinco zonas, incluidas varias partes del estado de Darfur del Norte, en el oeste de Sudán.

La situación real podría ser peor, ya que los combates han impedido la recopilación adecuada de datos en muchas zonas, según médicos y personal de ayuda.

En la gran capital de Sudán, donde las ciudades de Jartum, Omdurman y Bahri están divididas por el Nilo, las facciones en guerra han impedido la entrega de ayuda y suministros comerciales, lo que ha elevado los precios de los productos más allá del alcance de la mayoría de la gente. 

El Hospital Alban Jadeed, en el distrito de Sharg Elnil de Bahri, recibió el año pasado a más de 14.000 niños menores de cinco años que padecían desnutrición aguda grave y a otros 12.000 con una forma más leve, dijo Azza Babiker, jefa del departamento de nutrición terapéutica.

Solo 600 de los niños examinados tenían un peso normal, dijo.

El suministro de leche de fórmula terapéutica a través de la agencia de la ONU para la infancia, UNICEF, y la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras es insuficiente, dijo Babiker, ya que los soldados de RSF les robaron los suministros en dos ocasiones.

Ambas partes niegan haber impedido la entrega de ayuda.

Se espera que la fuerte reducción de la financiación de USAID empeore las cosas al afectar a los presupuestos de las agencias de ayuda que proporcionan suministros nutricionales cruciales, así como a las cocinas comunitarias de las que dependen muchos trabajadores humanitarios.

El ejército capturó recientemente Sharg Elnil de manos de las RSF, uno de los recientes avances que ha logrado en toda la capital.

Las frutas y verduras se han vuelto extremadamente escasas. «Aparte de la dificultad de conseguir estos productos, no todas las familias pueden permitirse comprarlas», dijo Babiker.

Muchas madres no pueden producir leche, a menudo debido a traumas resultantes de ataques de las RSF, o a su propia desnutrición, dijo Raneen Adel, médico del Hospital Alban Jadeed.

La falta de nutrición y saneamiento ha provocado casos de septicemia y otras enfermedades, pero el hospital también se ha quedado sin antibióticos.

(Información de Eltayeb Siddig; redacción de Nafisa Eltahir; edición de Aidan Lewis; edición en español de Jorge Ollero Castela)

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