Por Chen Aizhu y Siyi Liu
SINGAPUR, 25 mar (Reuters) – El comercio de crudo venezolano a su principal comprador, China, se estancó el martes tras un decreto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazando con aranceles a los países que compren a Caracas, días después de las sanciones estadounidenses a las importaciones chinas procedentes de Irán.
El decreto de Trump, que tomó por sorpresa a operadores y refinadores en China, establece que Estados Unidos puede imponer aranceles del 25% a bienes de cualquier país que importe petróleo venezolano, a discreción del secretario de Estado, a partir del 2 de abril.
Los operadores y refinadores chinos dijeron que están esperando a ver cómo se implementa el decreto y si Pekín les indicará que dejen de comprar, aunque varios conocedores de la industria dijeron que esperan que los flujos continúen, señalando los frecuentes cambios en las amenazas arancelarias de Trump.
Un alto ejecutivo de un comerciante chino habitual de petróleo venezolano dijo que la firma se abstendrá de comprar cualquier envío de abril. “Lo peor en el mercado petrolero es la incertidumbre. No nos atreveremos a tocar el petróleo por ahora”, dijo a Reuters.
Otro ejecutivo comercial de una refinería independiente que ocasionalmente compra petróleo venezolano afirmó que la orden crea una confusión significativa y que también afectará a los compradores de fueloil venezolano con sede en Singapur.
“Es un lío total”, dijo el ejecutivo. “China ya está en una guerra arancelaria con Estados Unidos. Que así sea”.
Un tercer operador también dijo que las refinerías independientes, que son los principales compradores chinos de crudo venezolano, están haciendo una pausa mientras buscan información sobre si el suministro seguirá disponible y a qué precio.
China es el mayor comprador de petróleo de Venezuela, que recibe directa e indirectamente 503.000 barriles por día de crudo y combustible venezolano, o el 55% de sus exportaciones, que en su mayor parte se reetiquetan como malasias tras el transbordo.
(Reporte adicional de Trixie Yap; editado en español por Carlos Serrano)