WASHINGTON/MOSCÚ/KIEV, 25 mar (Reuters) -Estados Unidos alcanzó el martes tratos con Ucrania y Rusia para pausar los ataques en el mar y a objetivos energéticos, con Washington acordando presionar para levantar algunas sanciones contra Moscú en su último paso hacia el respaldo a las posiciones de Rusia.
Los acuerdos por separado son los primeros compromisos formales de las partes en conflicto desde la investidura de Donald Trump, quien presiona para el fin de la guerra y un rápido acercamiento a Moscú, lo cual ha alarmado a Kiev y a los países europeos.
El tratado de Estados Unidos con Rusia va más allá del acuerdo con Ucrania, ya que Washington se compromete a ayudar a lograr el levantamiento de las sanciones internacionales a las exportaciones rusas de productos agrícolas y fertilizantes, una demanda rusa persistente desde hace tiempo.
El Kremlin afirmó que los acuerdos del mar Negro no entrarían en vigor a menos que se restablecieran los vínculos entre algunos bancos rusos y el sistema financiero internacional.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que esto era falso y que no se exigía el levantamiento de las sanciones para que los acuerdos entraran en vigor.
“Desafortunadamente, incluso ahora, incluso hoy, el mismo día de las negociaciones, vemos cómo los rusos ya han comenzado a manipular”, dijo Zelenski en su discurso nocturno por video. “Ya están intentando distorsionar los acuerdos y, de hecho, engañar tanto a nuestros intermediarios como al mundo entero”.
Tanto Kiev como Moscú afirmaron que confiarían en Washington para hacer cumplir los acuerdos, aunque expresaron escepticismo respecto a su cumplimiento por parte de la otra parte.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, declaró: “Necesitaremos garantías claras. Y dada la triste experiencia de acuerdos sólo con Kiev, las garantías sólo pueden ser el resultado de una orden de Washington a Zelenski y su equipo para que hagan una cosa y no otra”.
Zelenski dijo que los acuerdos de tregua entrarían en vigor de inmediato y que, si Rusia los violaba, pediría a Trump que impusiera sanciones adicionales a Moscú y proporcionara más armas a Ucrania.
“No confiamos en los rusos, pero seremos constructivos”, afirmó.
Los acuerdos se alcanzaron tras conversaciones paralelas en Arabia Saudita, tras llamadas telefónicas separadas la semana pasada entre Trump y los presidentes Zelenski y Vladimir Putin.
Putin ruso rechazó la propuesta de Trump de un alto el fuego total de 30 días, que Ucrania había respaldado previamente.
Sin embargo, Washington ha suavizado su retórica hacia Rusia en los últimos días. El enviado de Trump, Steve Witkoff, afirmó que no consideraba a Putin un mal tipo, lo que alarmó a los funcionarios europeos que consideran al líder ruso un enemigo peligroso.
El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, dijo que Kiev considerará cualquier movimiento de buques militares rusos fuera de la parte oriental del mar Negro como una violación y una amenaza, en cuyo caso Ucrania tendrá pleno derecho a la autodefensa.
PAUSA EN ATAQUES A INSTALACIONES ENERGÉTICAS
Rusia ha atacado la red eléctrica de Ucrania con misiles y drones durante toda la guerra, argumentando que las infraestructuras energéticas civiles son un objetivo legítimo porque ayudan a la capacidad bélica de Ucrania.
Más recientemente, Ucrania ha estado lanzando ataques de largo alcance contra objetivos rusos de petróleo y gas que, asegura, proporcionan combustible a las tropas rusas e ingresos para financiar su esfuerzo bélico.
El Kremlin declaró que la pausa en los ataques a la energía duraría 30 días a partir del 18 de marzo, cuando Putin la discutió por primera vez con Trump. Ucrania había afirmado la semana pasada que aceptaría dicha pausa solo tras un acuerdo formal.
El tratado sobre una tregua en el mar aborda un problema crítico del principio de la guerra, cuando Rusia impuso un bloqueo naval de facto a Ucrania, uno de los mayores exportadores de grano del mundo, que amenazaba con agravar la crisis alimentaria mundial.
Más recientemente, las batallas marítimas han sido sólo una parte comparativamente pequeña de la guerra desde 2023, cuando Rusia retiró sus fuerzas navales del este del mar Negro tras varios ataques ucranianos exitosos.
Kiev pudo reabrir sus puertos y reanudar las exportaciones en torno a los niveles anteriores a la guerra, a pesar del colapso de un acuerdo previo de transporte marítimo en el mar Negro mediado por la ONU, pero sus puertos han sido objeto de ataques aéreos regulares. Zelenski afirmó que el acuerdo prohibiría tales ataques.
Moscú indicó que el acuerdo requeriría un alivio de las sanciones, incluyendo el restablecimiento de los vínculos entre el banco ruso de exportación agrícola y el sistema de pagos internacionales SWIFT. Esa y otras medidas podrían requerir el acuerdo de los países europeos.
Trump está presionando a ambas partes para que pongan fin rápidamente a la guerra, un objetivo que prometió alcanzar cuando se presentó a las elecciones presidenciales del año pasado.
Al mismo tiempo, persigue un rápido acercamiento a Rusia que, según Washington y Moscú, podría dar lugar a lucrativas oportunidades de negocio.
Ucrania y sus aliados europeos temen que Trump llegue a un acuerdo precipitado con Putin que socave su seguridad y ceda a las exigencias rusas, entre ellas que Kiev abandone sus ambiciones en la OTAN y ceda territorios reclamados por Moscú.
(Reporte de Katharine Jackson y Steve Holland en Washington, Anastasiia Malenko en Kiev y Dmitry Antonov en Moscú; escrito por Mark Trevelyan y Peter Graff; editado en español por Manuel Farías)