Débil gasto, precios rígidos y expectativas de inflación al alza: mala combinación para la Fed

Por Howard Schneider

WASHINGTON, 28 mar (Reuters) – La senda de la Reserva Federal a un aterrizaje suave, ya agitado por la llegada de Donald Trump al gobierno, puede estar complicándose aún más a medida que la evidencia de la cautela de los consumidores sobre el gasto comienza a alinearse con nuevos riesgos de inflación y otro salto en las expectativas inflacionarias.

El gasto de los consumidores y los datos de inflación de febrero acentuaron el punto, con un gasto cercano a cero una vez ajustado a la inflación y una medida clave de la propia inflación en aumento.

“Se mire por donde se mire, se perfila como un trimestre muy débil para el gasto real, y puede acabar siendo el trimestre más débil desde los confinamientos (por la pandemia)”, escribió el presidente de Inflation Insights, Omair Sharif.

Tras la publicación de los datos, los economistas de Goldman Sachs redujeron casi a la mitad su previsión de crecimiento para el primer trimestre, del 1% al 0,6%.

Para la Fed, podría apuntar a la aparición de lo peor de ambos mundos, con una posible desaceleración del crecimiento, los precios moviéndose al alza y las empresas quizás contemplando más sorpresas en los costos a medida que se pongan en marcha los nuevos impuestos de Trump a las importaciones.

En segundo plano: las expectativas de los consumidores sobre la inflación son cada vez mayores, mientras que los precios de mercado de los valores protegidos contra la inflación del Tesoro muestran que las perspectivas de inflación a 10 años también están aumentando.

Estas cifras son seguidas muy de cerca por la Reserva Federal, y es probable que pongan nerviosos a los responsables monetarios sobre su control de la inflación y los hagan menos proclives a recortar las tasas de interés.

La última encuesta de consumidores de la Universidad de Michigan mostró que las expectativas de inflación a largo plazo superaron el 4% en marzo, el doble del objetivo de la Fed.

Aunque a los banqueros centrales no les gusta reaccionar ante los datos de un solo mes, “las expectativas a largo plazo han subido bruscamente durante tres meses consecutivos y ahora son comparables a las lecturas máximas del episodio inflacionario posterior a la pandemia”, escribió la directora de la encuesta, Joanne Hsu.

“Muestran una incertidumbre sustancial, sobre todo a la luz de los frecuentes acontecimientos y cambios con la política económica”.

(Reporte de Howard Schneider; Editado en español por Juana Casas)

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