Por Maria Paula Laguna y Sarah Morland
CIUDAD DE MÉXICO, 28 mar (Reuters) – Un número cada vez mayor de mujeres latinoamericanas están optando por no dar a luz, lo que supone un alejamiento radical de los roles familiares tradicionales que han predominado durante mucho tiempo en la región.
América Latina y el Caribe ha experimentado la caída más dramática en las tasas de natalidad de cualquier región del mundo desde 1950, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Al igual que en Corea del Sur, esto ha suscitado temores de un envejecimiento de la población que supone una carga para el contribuyente. Pero también refleja cómo las mujeres se están alejando de las expectativas profundamente arraigadas de la maternidad, en parte por la falta de apoyo estatal y también porque priorizan sus propias carreras y medios de vida.
La administradora de propiedades mexicana Irán Sosa fundó en 2021 la comunidad global en línea “Nunca Madres” para mujeres de habla hispana junto con Isabel Cortés, una comerciante de materias primas colombiana, para abordar la falta de espacio donde pudieran discutir temas sociales y tabúes culturales con respecto a las decisiones sobre la maternidad.
“Cuando yo era chiquita, la única representación que tenía de mujeres no madres eran tías que eran solteras, que eran amargadas, que estaban solas, que estaban de alguna forma frustradas y que eran como estos estereotipos de Disney, de la bruja es la que no tiene hijos, la que no tiene familia, la que está abandonada y botada por ahí”.
“Siempre es importante la representación para poderte imaginar futuros distintos o elecciones distintas, agregó.
Dijo que muchas de las integrantes del grupo dicen que se sienten presionadas a ser madres y que sus familiares les advierten que lamentarían la decisión de no tener hijos y que no tendrían a nadie que las cuidara cuando envejecieran.
“Llegan con muchos miedos”, dijo. “Esta decisión hay que tomarla desde el amor, no desde el miedo, porque desde el miedo es precisamente lo que te va a llevar a que te puedas arrepentir, a que puedas encontrarte profundamente frustrada”.
Además de ser una comunidad, Nunca Madres organiza talleres en línea donde las personas, incluidas las madres, comparten información y consejos sobre cómo sus decisiones han afectado sus vidas, desde el estigma social hasta la discriminación en el lugar de trabajo y las finanzas personales.
“Todavía hay mucho tabú en torno a esa decisión”, dijo Cortés. “Depende del círculo social, pero en general está muy arraigado en nuestra cultura que la mujer es igual a madre”.
Hay pocos datos globales sobre por qué las mujeres eligen no tener hijos, pero un sondeo de Pew Research a adultos en Estados Unidos en 2024 encontró que el 57% de los encuestados menores de 50 años que dijeron que era poco probable que tuvieran hijos dieron como razón que simplemente no querían tenerlos, el 38% estaba preocupado por el estado del mundo y el 36% no podía permitírselo.
En Nunca Madres, Sosa dijo que las preocupaciones económicas fueron la principal razón dada por las mujeres, incluyendo el riesgo de perder sus trabajos o congelar sus perspectivas profesionales, junto con el enorme trabajo no remunerado y a menudo muy desequilibrado de criar a un hijo.
El cambio climático, que contribuye al agravamiento de los desastres naturales en la región, fue el siguiente tema. Las mujeres cuestionaron la conveniencia de criar a sus hijos en lugares donde el agua está racionada.
Lucero Sánchez, una médica mexicana que decidió que no quería hijos a los 16 años, dijo a Reuters que a las mujeres adultas que buscan esterilizarse los médicos habitualmente les dicen que son demasiado jóvenes y que se arrepentirán, mientras que a las adolescentes que quedan embarazadas rara vez se les dice que son demasiado jóvenes para tener bebés.
“Los mayores retos son la sociedad. (…) Todo el tiempo nos están cuestionando (…) Todo el tiempo se te está invitando a tomar una decisión diferente o que incluso se te esté cuestionando esta decisión como algo válido”, apuntó.
“CONTRA DIOS, CONTRA LA FAMILIA”
Los activistas han advertido que el retroceso político en Estados Unidos contra muchos derechos duramente conquistados –incluido el aborto, el acceso a la anticoncepción y la educación sexual en las escuelas– se está extendiendo a toda la región.
El presidente argentino, Javier Milei, recortó los fondos para educación sexual, anticonceptivos y píldoras abortivas pocos años después de la legalización del procedimiento. En septiembre, declaró ante las Naciones Unidas que las políticas en materia de derechos reproductivos eran “ridículas” dada la disminución de la natalidad en los países occidentales.
En El Salvador, el presidente Nayib Bukele ha tomado medidas enérgicas contra un amplio conjunto de políticas de “ideología anti naturales” que ha descrito como “anti Dios y anti familia”.
Entre ellas se incluyen la educación sexual y el acceso a anticonceptivos, según organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres. El Salvador, con una población mayoritariamente católica, ya prohíbe totalmente el aborto y lo penaliza severamente.
Andressa Cavalcante, una médica de familia brasileña, dijo que unirse a un grupo como Nunca Madres la ayudó a sentirse que no es “una extraterrestre”.
“Al ser un país con una cultura fundamentada principalmente en valores cristianos y en la valorización de la familia tradicional, de la prole como un concepto bíblico de multiplicación y de tener hijos como un acto de fe, muchas veces me abstengo de expresar mi decisión o mi opinión sobre el tema”, apuntó.
Cavalcante ahora está donando sus óvulos a mujeres y parejas LGBTQ+ que no pueden tener hijos.
Si bien las tasas de natalidad se han reducido a nivel mundial desde que los anticonceptivos se volvieron ampliamente disponibles en la década de 1960, los expertos de la CEPAL y ONU Mujeres han atribuido el descenso más pronunciado en América Latina al fracaso de las autoridades para abordar la violencia doméstica y brindar apoyo a las futuras madres.
En Europa, políticas como el cuidado infantil temprano gratuito y la licencia por paternidad han tenido cierto éxito en aumentar las tasas de natalidad, pero hay pocas políticas de ese tipo en América Latina, según Martina Yopo, socióloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Mientras tanto, más mujeres se han incorporado a la fuerza laboral. El porcentaje de mujeres en América Latina y el Caribe en la fuerza laboral aumentó 8,8 puntos porcentuales a 51,3%, entre 1990 y 2023, según el Banco Mundial, aunque siguen asumiendo la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
Un mayor apoyo de los gobiernos en términos de seguridad social y de salud ayudaría a las mujeres latinoamericanas a medida que sus roles cambian, dijo Sosa.
“Es el tema fundamental, la autonomía corporal (…) Contarnos, reconocer que existimos y a partir de ahí empezar a decir cómo va a impactar que hoy todas estas morras están decidiendo no ser mamás y que no solamente ellas, sino que muchas que están llegando a esas edades van a tomar exactamente esa decisión”.
(Reporte de Sarah Morland y Maria Paula Laguna.; Editado en español por Juana Casas)