Por Steve Holland, Doina Chiacu y Julia Payne
WASHINGTON/BRUSELAS, 7 abr (Reuters) -La guerra comercial mundial desatada por los aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se intensificó aún más el lunes, cuando Trump amenazó con aumentar los aranceles a China y la Unión Europea propuso sus propias represalias.
Los mercados financieros de todo el mundo anotaron una tercera sesión seguida de pérdidas, ya que los inversores temen que las fuertes barreras comerciales en el mayor mercado de consumo del mundo puedan provocar una recesión. El S&P 500 cerró a la baja tras una sesión de infarto en la que tocó su nivel más bajo en más de un año.
Trump dijo que los aranceles -un mínimo del 10% para todas las importaciones a Estados Unidos, con tasas objetivo de hasta el 50%- ayudarían al país a recuperar una base industrial que, según él, se ha marchitado durante décadas de liberalización comercial.
“Es la única oportunidad que tendrá nuestro país de volver a poner las cosas en su sitio. Porque ningún otro presidente estaría dispuesto a hacer lo que yo estoy haciendo, ni siquiera a pasar por ello”, dijo a los periodistas en la Casa Blanca.
“Ahora, no me importa pasar por ello porque veo una hermosa imagen al final”.
Trump habló horas después de intensificar la confrontación con China, la segunda economía del mundo.
El presidente estadounidense dijo que impondría un arancel adicional del 50% a las importaciones procedentes de China el miércoles si la segunda economía del mundo no retiraba el del 34% con que gravó sus productos la semana pasada.
Los aranceles chinos fueron una represalia a gravámenes “recíprocos” del 34% anunciados por Trump.
La Comisión Europea, por su parte, propuso contraaranceles del 25% a una serie de productos estadounidenses, entre ellos soja, frutos secos y salchichas, aunque otros, como el whisky bourbon, quedaron fuera de la lista, según un documento al que tuvo acceso Reuters.
Sin embargo, funcionarios dijeron que estaban listos para negociar un acuerdo de “cero por cero” gravámenes con el Gobierno de Trump.
“Tarde o temprano, nos sentaremos en la mesa de negociaciones con Estados Unidos y encontraremos un compromiso mutuamente aceptable”, dijo el comisario de Comercio de la UE, Maros Sefcovic, en una conferencia de prensa.
Trump dijo que su Gobierno iniciaría conversaciones comerciales con Japón, uno de los aliados más cercanos de Washington en Asia, y funcionarios agregaron que decenas de otros países también han tendido la mano con la esperanza de evitar los aranceles que entrarán en vigor el miércoles.
Las idas y venidas provocaron nuevas turbulencias en los mercados financieros mundiales, que no han dejado de caer desde el anuncio de Trump.
Las acciones estadounidenses oscilaron salvajemente, subiendo después de un informe de que Trump estaba considerando una pausa arancelaria de 90 días, pero cayeron cuando la Casa Blanca desestimó el informe como “noticia falsa”.
Los asesores de Trump afirman que Trump está cumpliendo su promesa de revertir décadas de liberalización comercial que, en su opinión, han socavado la economía estadounidense. Pero también dijeron que está dispuesto a negociar con decenas de países que han tendido la mano para entablar conversaciones.
“Está redoblando su apuesta por algo que sabe que funciona, y va a seguir haciéndolo”, dijo el economista de la Casa Blanca Kevin Hassett a Trump en Fox News. “Pero también va a escuchar a nuestros socios comerciales, y si vienen a nosotros con acuerdos realmente grandes que beneficien a la fabricación estadounidense y a los agricultores estadounidenses, estoy seguro de que escuchará”.
Los gravámenes de represalia de China son la respuesta más firme hasta ahora al anuncio de Trump, que ha recibido la condena desconcertada de otros líderes. Pekín calificó el comportamiento de Trump de “acoso económico”.
Líderes de Wall Street lanzaron advertencias sobre los aranceles estadounidenses. Jamie Dimon, presidente ejecutivo de JPMorgan Chase, dijo que podrían tener consecuencias negativas duraderas, mientras que el gestor de fondos Bill Ackman, afirmó que podrían provocar un “invierno nuclear económico”.
Ackman es uno de un puñado de partidarios de Trump que cuestionaron la estrategia. El multimillonario Elon Musk, que lidera los esfuerzos de Trump para recortar el gasto público, pidió el fin de semana aranceles cero entre Estados Unidos y Europa.
El lunes, el asesor comercial de Trump, Peter Navarro, descalificó al presidente ejecutivo de Tesla como un “ensamblador de autos”.
Los inversores y los líderes políticos se han esforzado por determinar si los aranceles de Trump son parte de un nuevo régimen permanente o una táctica de negociación para obtener concesiones de otros países.
(Reporte de las redacciones de Reuters; redacción de Andy Sullivan, Matthias Williams y John Geddie; edición en español de Javier López de Lérida)