By Por Paul Mathiasen
SANTO DOMINGO, 10 abr (Reuters) -El catastrófico derrumbe del techo de una popular discoteca en la capital de República Dominicana se ha cobrado la vida de al menos 184 personas, según informaron las autoridades a última hora del miércoles, mientras la búsqueda de sobrevivientes se volvía cada vez más desoladora.
La discoteca se derrumbó el martes y durante dos días las familias se han reunido ante los restos del club Jet Set de Santo Domingo, ansiosas por obtener información sobre sus familiares desaparecidos y compartiendo fotos con la policía.
“No vamos a abandonar a nadie”, dijo en rueda de prensa Juan Manuel Méndez, jefe del centro de operaciones de emergencia del país.
Los equipos de emergencia seguirán trabajando hasta encontrar el último cuerpo, pero las esperanzas de hallar más sobrevivientes bajo los escombros disminuían ya que no se había sacado a nadie con vida en más de 24 horas, añadió Méndez.
“En las próximas horas se pasará de la fase de búsqueda y rescate a la de recuperación de los cuerpos”, dijo en un comunicado el portavoz presidencial Homero Figueroa.
Las familias no pierden la esperanza. Junto a decenas de personas, Alex de León buscaba a su exmujer, madre de sus dos hijos, y a un íntimo amigo común en los alrededores de la discoteca.
“Desgraciadamente no tengo ninguna información sobre dónde están”, dijo. “Mi hijo de 15 años está destrozado, y el pequeño, que tiene 9, permanece tranquilo porque le hemos dicho que su madre está en el trabajo”.
Familiares y amigos de las personas desaparecidas sostenían sus fotos y describían la ropa que llevaban puesta cuando se produjo la tragedia, con la esperanza de que sirva para identificar a sus seres queridos si quedaron desfigurados.
A primera hora del miércoles, las autoridades informaron de que 155 personas habían sido rescatadas de entre los escombros y trasladadas a hospitales. El número exacto de personas que se encontraban en el interior del club en el momento del derrumbe seguía sin estar claro.
DE LA FIESTA A LA TRAGEDIA
La tragedia se produjo durante un concierto del popular cantante dominicano Rubby Pérez. El evento, al que habían acudido políticos, deportistas y otras personalidades, se convirtió en una pesadilla pasada la medianoche, cuando el techo se derrumbó de repente.
Pérez fue una de las víctimas y el Ministerio de Cultura anunció que celebrará un homenaje el jueves para honrar su memoria como “una de las grandes figuras del arte del país” y de la escena del merengue.
Las familias de las víctimas cuyos cuerpos ya han sido recuperados han comenzado a celebrar sus funerales.
El presidente Luis Abinader asistió el miércoles a la ceremonia fúnebre de Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia norteña de Monte Cristi,y hermana del exjugador de béisbol Nelson Cruz, siete veces All-Star de la ML.
“Nos queda llorarla a ella y a las demás víctimas”, dijo Abinader durante el servicio.
El lanzador Octavio Dotel y el bateador Tony Blanco, ambos exjugadores de Grandes Ligas, también murieron.
El hijo del ministro de Obras Públicas y Comunicaciones también falleció en la catástrofe.
(Reporte de Paul Mathiasen y Erika Santelices en Santo Domingo; Redacción de Aida Pelaez-Fernandez, Natalia Siniawski e Isabel Teles. Editado en español por Natalia Ramos y María Bayarri Cárdenas)
