División en oposición peronista podría llevar alivio a Milei antes de elecciones en Argentina

Por Nicolás Misculin

BUENOS AIRES, 11 abr (Reuters) – La creciente disputa entre la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, amenaza con provocar una escisión en el peronismo opositor que brindaría aire fresco al presidente ultraliberal Javier Milei de cara a las elecciones legislativas de octubre.

La puja de años entre las dos principales figuras de la oposición acabó por estallar esta semana, cuando Kicillof convocó a elecciones provinciales separadas de las legislativas nacionales en contraposición al deseo de Fernández, lo que podría desembocar en una ruptura definitiva en el poderoso peronismo de centroizquierda.

La relación entre los dos líderes se halla “en punto muerto”, dijo a Reuters la ministra de Comunicación Pública de Buenos Aires, Jesica Rey.

Rey consideró que sus aliados peronistas pretendieron asestar “un golpe institucional al gobernador” cuando intentaron fijar elecciones unificadas a través del Parlamento provincial, en clara oposición a Kicillof.

Si bien la pelea asoma extremadamente técnica, diversos expertos y fuentes involucradas consideraron que en realidad se trata de una disputa de poder que, de no resolverse, podría restar chances al peronismo en los comicios con los que el oficialismo libertario aspira a incrementar sus representantes en el Congreso y en las legislaturas provinciales.

En medio de las turbulencias económicas y de gestión que ha atravesado Milei en las últimas semanas, que han afectado su popularidad, la división peronista asoma como una gran noticia para el oficialismo.

“Si se confirma, va a ser un desastre para el peronismo porque puede perder tanto la elección provincial como la nacional”, destacó Federico Aurelio, titular de la consultora de opinión Aresco. “Las fragmentaciones son el principal factor de beneficio del espacio no fragmentado”, añadió.

Kicillof, que creció en la política de la mano de Fernández y fue su ministro de Economía hace una década, aspira a convertirse en candidato presidencial en 2027, luego de ganar dos veces la gobernación de Buenos Aires, que alberga al 40% de la población argentina.

Según una encuesta reciente de la consultora D’Alessio IROL, el gobernador cuenta con una imagen positiva del 29% y la exmandataria del 22%, frente al 48% de Milei, cuya popularidad ha menguado este año aunque se mantiene alta.

“La sociedad ve que mientras tiene problemas para llegar a fin de mes, nosotros nos estamos peleando por ver si votamos dos o tres veces (contabilizando las primarias)”, dijo en un reciente encuentro político el excandidato presidencial Sergio Massa, el otro hombre fuerte del peronismo en la actualidad.

Un portavoz de Fernández no respondió al pedido de comentario de Reuters.

Al separar las elecciones para elegir diputados nacionales -en octubre- de los comicios legislativos provinciales -fijados para septiembre-, Kicillof pretende sacar ventaja de la “territorialidad” del peronismo en Buenos Aires, donde el oficialista La Libertad Avanza tiene escasa representación.

“La revolución que implica el desdoblamiento electoral (…) es que vas a tener cada vez más tono local en la provincia de Buenos Aires. Es un cambio de fondo de la política argentina”, destacó el analista político Julio Burdman.

Según Aurelio, el oficialismo y el peronismo exhiben en la provincia más importante de Argentina -clave para determinar quién gana las elecciones- una intención de voto similar, apenas superior al 30% cada uno.

En las últimas horas, las negociaciones para alcanzar un acuerdo electoral entre La Libertad Avanza y su aliado de centroderecha PRO se aceleraron, en un intento por derrotar al peronismo en su centro de poder, la provincia de Buenos Aires.

Una alta fuente del Gobierno dijo a Reuters que el oficialismo ya acordó con PRO competir con listas conjuntas de candidatos a legisladores en la provincia de Buenos Aires.

Si bien aliados a Cristina Fernández -quien gobernó Argentina de 2007 a 2015- fustigaron a Kicillof por su decisión -la intendenta Mayra Mendoza la calificó como “unilateral” e “inconsulta”-, no descartaron un acuerdo. Rey, la funcionaria del gobernador, tampoco.

(Reporte de Nicolás Misculin, con reporte adicional de Marta López. Editado por Lucila Sigal)

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