WASHINGTON, 12 abr (Reuters) – La administración del presidente Donald Trump quiere alcanzar 90 acuerdos comerciales en 90 días, pero los retos DE resolver rápidamente la guerra comercial del presidente ya son evidentes.
El jefe de comercio de la Unión Europea, Maros Sefcovic, estará el lunes entre los primeros funcionarios de comercio exterior que acudirán a Washington para negociar urgentemente sobre los fuertes aranceles que Trump anunció el 2 de abril. El bloque se encuentra entre los mayores socios comerciales de Estados Unidos, con casi un billón de dólares en comercio bilateral el año pasado.
Pero cuando Sefcovic llegue, el principal negociador arancelario de Trump, el secretario del Tesoro Scott Bessent, estará en Buenos Aires para mostrar su apoyo a las reformas económicas de Argentina y no en Washington, a pesar de que Argentina representa apenas 16.300 millones de dólares en el comercio total anual con Estados Unidos.
La ausencia de Bessent el lunes pone de manifiesto las dudas de los expertos en comercio sobre la eficacia con la que el Gobierno puede gestionar tantas negociaciones simultáneas y las perspectivas generales de alcanzar 90 acuerdos en 90 días.
Wendy Cutler, exnegociadora jefe del Representante de Comercio de Estados Unidos y directora del Instituto de Política de la Sociedad Asiática, afirmó: “Será necesario negociar seriamente para tomar estas decisiones (…) No hay forma de que durante este plazo hagamos un acuerdo global con ninguno de estos países”.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, replicó el viernes en Fox Business Network que Bessent, el representante comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, pueden sacar adelante trabajo.
“Así que vamos a llevar a cabo 90 acuerdos en 90 días. Es posible”, afirmó.
En última instancia, Trump, “el jefe, va a ser el negociador jefe. Nada se hace sin que él lo mire con mucho cuidado”, dijo Navarro.
Trump puso en marcha el reloj de la cuenta atrás de 90 días esta semana cuando hizo una pausa en la aplicación de sus aranceles más altos para muchos países después de que los mercados financieros entraron en barrena por el temor a una recesión y a la inflación, entre otros factores. La suspensión de 90 días, dijo, permitiría a los países llegar a acuerdos bilaterales con Estados Unidos.
Recuperar la confianza de los mercados financieros es otro objetivo crítico durante los 90 días. Los inversores vendieron deuda del Tesoro estadounidense esta semana, disparando las tasas de interés y haciendo caer el dólar ante el temor a una recesión en Estados Unidos y al resurgimiento de la inflación. El oro, refugio de los inversores en tiempos de crisis, alcanzó un máximo histórico.
Cutler dijo que esta agitación presionaría al equipo de Trump para obtener algunas victorias rápidas.
“La obligación va a ser de ellos, de demostrar que pueden concluir rápidamente acuerdos con los países, e infundir cierta confianza al mercado y a otros socios comerciales de que hay una puerta de salida”, dijo.
UNA TAREA INGENTE
Las crecientes fricciones con China, que no obtuvo un indulto de los nuevos aranceles estadounidenses e impuso contraaranceles en igual medida, se sumaron al pesimismo esta semana.
Alcanzar acuerdos comerciales que satisfagan tanto a Trump como a los mercados financieros es una “tarea enorme”, dijo Cutler.
En su lugar, el equipo de Trump probablemente tendrá que priorizar países clave y extender la pausa de 90 días para otros, dijo.
Incluso el más pequeño de los acuerdos comerciales de Trump en su primer mandato, la revisión de las disposiciones sobre automoción y acero del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Corea del Sur, llevó más de ocho meses, mientras que el amplio acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (TMEC) llevó más de dos años.
Pero Greer, el representante de Comercio de Estados Unidos (USTR), dijo: “Podemos llegar a un punto en el que el presidente pueda cerrar estos acuerdos. Puede negociar, y si hay un acuerdo que es bueno puede considerar aceptarlo, y si no, entonces tendrá el arancel”.
La logística de coordinar 90 grupos de negociaciones es solo uno de los obstáculos a los que se enfrenta el Gobierno.
Muchos puestos clave no han sido cubiertos y los funcionarios que están allí a menudo están ocupados con otras tareas, dijeron los diplomáticos, como los funcionarios del Tesoro que se reunieron el viernes con Ucrania para avanzar en un acuerdo sobre minerales críticos.
Greer dijo a Fox News que sus 200 empleados estaban “trabajando sin descanso” mientras se intercambiaban propuestas con sus pares extranjeros.
El Tesoro solo tiene otro alto funcionario confirmado por el Senado, el vicesecretario del Tesoro Michael Faulkender. Trump ni siquiera ha nombrado a nadie para el puesto clave de subsecretario de Asuntos Internacionales, y un funcionario de carrera está actuando como interino.
El USTR también depende en gran medida del personal de carrera, con varios puestos clave de adjunto que requieren confirmación del Senado aún sin cubrir.
Otro factor que complica la situación es la incertidumbre sobre las posiciones de Estados Unidos en materia de comercio, añadió una segunda fuente diplomática, diciendo que los principales asesores comerciales de Trump tenían cada uno sus propios puntos de vista.
Algunos países, entre ellos Gran Bretaña, Australia y otros, han discutido sobre comercio con la administración desde la toma de posesión de Trump en enero, con pocos resultados.
“No es como si hubiera una hoja de papel con puntos de conversación firmes que está cambiando de manos”, dijo una fuente diplomática. “Es un proceso. Y yo diría que se use el término ‘conversaciones’, no ‘negociaciones'”.
(Reporte de David Lawder y Andrea Shalal, contribución de Nandita Bose. Edición en español de Javier López de Lérida)