Del cine a la realidad: el Vaticano se prepara para el verdadero “Cónclave”

Por Alvise Armellini

CIUDAD DEL VATICANO, 23 abr (Reuters) – Mientras el Vaticano se prepara para la reunión secreta de los cardenales que elegirán al sucesor del papa Francisco, olvide —hasta cierto punto— lo que puede haber aprendido de “Cónclave”, la exitosa película del año pasado que describe los juegos de poder de alto nivel y las puñaladas por la espalda entre los clérigos de túnica roja.

Se espera que el cónclave de los llamados “Príncipes de la Iglesia”, que elegirá al nuevo papa, comience entre el 6 y el 11 de mayo. Seguirá al funeral del pontífice argentino el sábado y a consultas más amplias entre cardenales, conocidas como Congregaciones Generales.

La película, que ganó un Oscar en marzo al mejor guion adaptado, es una representación fiel en cuanto a vestuario y puesta en escena, pero los descarados tejemanejes y el giro argumental final —que este artículo no desvelará— son demasiado, dicen los expertos de la Iglesia.

“Reconozcámoslo: ‘Cónclave’, que nos lleva al corazón de uno de los acontecimientos más misteriosos y secretos del mundo, es una película muy entretenida, sobre todo para un público estadounidense relajado”, escribía el periódico de los obispos italianos, Avvenire, en una crítica en diciembre.

“Pero es imposible no sonreír ante ciertos personajes o situaciones que, sobre todo a los ojos de los espectadores italianos, corren el riesgo de parecerse a parodias involuntarias”, añadía.

El cardenal estadounidense Sean O’Malley fue mordaz al afirmar, en un artículo publicado en febrero en su blog, que la elección de un papa no es “una especie de escena de intriga política en la trastienda para elegir a tu candidato”.

O’Malley, un fraile franciscano que participó en el cónclave de 2013 que eligió a Francisco, escribió:

“Durante todo el proceso, tuvimos una conciencia muy aguda de que millones de católicos de todo el mundo estaban rezando por nosotros para que el Espíritu Santo nos guiara en nuestras deliberaciones”.

FRANCISCO Y SU “LICENCIA PARA CONTAR”

La palabra “cónclave” procede del latín “cum clave” (con llave, en español), en referencia a la práctica medieval de encerrar a los cardenales en una habitación hasta que tomaran una decisión sobre un nuevo papa. Así es como funciona en la actualidad.

Los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina no pueden comunicarse con el mundo exterior —ni teléfono, ni televisión, ni internet— y se supone que después deben guardar silencio sobre la elección. Pero los detalles, inevitablemente, se filtran.

El propio Francisco, en un libro-entrevista publicado el año pasado, rompió la regla de confidencialidad y admitió que hubo algunas maquinaciones.

“Los cardenales juran no revelar lo que ocurre en el cónclave, pero los papas tienen licencia para contarlo”, dijo al periodista español Javier Martínez-Brocal.

Dijo que fue “utilizado” en un intento fallido de bloquear a Benedicto XVI, el favorito en 2005, con 40 de los 115 votos que convergieron en él, ya que los cardenales que estaban detrás de la maniobra esperaban que esto allanara el camino para la aparición de otro candidato.

Benedicto fue debidamente elegido, dijo Francisco, después de que le dijera a uno de los aspirantes: “No me engañen con esta candidatura, porque ahora mismo voy a decir que no voy a aceptar, ¿vale? Déjenme fuera”.

Francisco dijo que él personalmente votó por Benedicto porque la Iglesia necesitaba un “papa de transición” tras el largo papado de Juan Pablo II. En 2013, Francisco surgió como candidato sorpresa, tras impresionar a sus pares con un discurso sobre la necesidad de una reforma eclesiástica.

Esta vez, no hay un claro favorito, aunque las casas de apuestas británicas han señalado a Luis Antonio Tagle, un reformista de Filipinas, y a Pietro Parolin, una opción de compromiso de Italia, como los primeros favoritos en la carrera.

Robert Harris, autor del libro en el que se basa la película “Cónclave”, dijo esta semana a The Boston Globe que se había acercado al cónclave “puramente desde el punto de vista secular de alguien que está interesado en las instituciones, cómo funcionan y los juegos de poder dentro de ellas”.

“Estas poderosas figuras están encerradas en una de las joyas artísticas más extraordinarias del Renacimiento. No se les permite hablar con el mundo exterior y tienen que permanecer allí durante días hasta que consiguen una mayoría de dos tercios y eso es simplemente el drama más maravilloso en sí mismo”, añadió.

El director de “Cónclave”, Edward Berger, ha dicho que, aunque la película está ambientada en el Vaticano, podría tratar de los juegos de poder que tienen lugar siempre que hay un alto cargo que ocupar.

“Y siempre que exista ese vacío de poder, va a haber gente luchando por él. Habrá gente que luche por él, que se apuñale por la espalda e intente manipular su camino hacia el poder”, dijo a Reuters en noviembre.

Independientemente de que el libro y la película sean ficción, el interés por la historia aumentó tras la muerte de Francisco el lunes.

La empresa de datos de la industria del entretenimiento Luminate informó de que las cifras de audiencia de “Cónclave” en Estados Unidos aumentaron un 283% el lunes en comparación con el día anterior.

(Información adicional de Crispian Balmer; edición de Frances Kerry; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)

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