Familias haitianas se reúnen en Chile pese a la retórica antiinmigración antes de elecciones

(Reenvía para aclarar nombre a lo largo de la nota)

Por Nicolás Cortes y Sarah Morland

SANTIAGO (Reuters) -Una haitiana que se mudó a Sudamérica hace casi una década finalmente se encontró con su hija gracias a un programa local de visas, una reunión que evidencia tanto el creciente conflicto en el país caribeño como la politización de la migración en Chile en un año de elecciones presidenciales.

Christa Belus, de 38 años, que trabaja en un gobierno local en Chile, dejó a su hija Lowanda, de tres años, con su familia en Haití, donde bandas armadas han hecho que la vida para muchos sea cada vez más insostenible.

“No quería venir porque no quería dejar a mi bebé porque estaba muy pequeña”, dijo Belus a Reuters sobre su partida desde Puerto Príncipe en 2016. “Pero mi papá me ha dicho te tienes que ir porque hay que tener una vida mejor”.

Tras años de separación, Lowanda llegó a Chile a inicios de año a través del programa de reunificación familiar, lanzado en 2022. Ahora, con 13 años, aprende español en YouTube y conoció a la nueva pareja de su madre y a su hijo de cinco años.

Unos 15.000 haitianos han ingresado a Chile mediante visas de reunificación familiar desde el inicio del programa, incluyendo 3.000 en lo que va de año. 

Las visas están condicionadas a que la persona que solicita la reunificación tenga residencia definitiva, un empleo estable, carezca de antecedentes penales y contribuya al pago de impuestos locales.

“En Haití no hay seguridad”, dijo Belus. “Allá se mataron (mata) a la gente, secuestran, mataron a los niños, violaron a las niñas”, acotó.

Si bien los haitianos representan una pequeña fracción de los 1,6 millones de extranjeros de Chile, se han convertido en un punto de disputa político antes de las elecciones de noviembre, y algunos grupos buscan limitar las entradas con umbrales financieros más altos para los migrantes que buscan reunirse con sus seres queridos.

Redes sociales y programas de televisión matutinos han difundido imágenes de haitianos que llegaron el mes pasado en vuelos chárter -porque los vuelos comerciales desde la capital fueron interrumpidos debido a la violencia de las pandillas-, provocaron el temor a una migración masiva, que llevó al Congreso a cuestionar al Gobierno por el programa.

Sondeos recientes muestran que la migración, junto con la delincuencia, es la mayor preocupación de los votantes. Evelyn Matthei, una experimentada política de derecha que lidera las primeras encuestas, ha propuesto construir cárceles en el desierto para combatir la delincuencia y la inmigración ilegal.

Michel-Ange Joseph, líder de la comunidad migrante haitiana en Santiago, denunció una “campaña antihaitiana” no solo en Chile sino también en República Dominicana, país vecino de Haití, y en Estados Unidos.

Ambos países han estado deportando haitianos pese a los llamados de la ONU a no hacerlo debido a las condiciones humanitarias en Haití, y el asunto permeó las campañas electorales en los dos el año pasado.

República Dominicana lanzó un plan de deportación masiva a fines del año pasado, que buscaba alcanzar unas 10.000 personas por semana, mientras que el actual Gobierno estadounidense ha recortado unos 520.000 permisos temporales de la era Biden para los haitianos.

Las reformas migratorias restrictivas en Chile en 2021 dificultaron que los haitianos obtuvieran permisos de residencia, lo que provocó que muchos con hijos nacidos en Chile migraran nuevamente hacia América del Norte.

Los siete hermanos de Belus se han mudado de Haití, principalmente a Estados Unidos.

(Reporte de Nicolás Cortés y Sarah MorlandEdición de Javier López de Lérida)

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