By Tom Balmforth, Vladimir Soldatkin
WASHINGTON/ESTAMBUL (Reuters) -El presidente ruso, Vladimir Putin, envió el jueves a un equipo de segundo nivel formado por asesores y viceministros para mantener conversaciones de paz con Ucrania en Turquía, rechazando el reto de Kiev de acudir en persona para reunirse con el presidente Volodímir Zelenski.
La ausencia de Putin sumió en la confusión las perspectivas de las conversaciones, que serían las primeras desde las primeras semanas de la guerra. Rusia dijo que tendrían lugar en Estambul en la segunda mitad del día, pero Turquía afirmó que aún no había programada ninguna reunión.
Zelenski, a su llegada a la capital turca, Ankara, calificó de “decorativa” la alineación rusa, que excluía a Putin, a su ministro de Asuntos Exteriores y a su principal asesor en política exterior. Dijo que Ucrania decidiría su próximo paso en las conversaciones con Rusia después de haberse reunido con el presidente turco, Tayyip Erdogan.
“Tenemos que saber de qué nivel es la delegación rusa, qué mandato tiene y si puede tomar alguna decisión”, dijo.
Cuando se le preguntó sobre cuál sería su mensaje a Putin, Zelenski dijo a los periodistas en el aeropuerto: “Estoy aquí. Creo que es un mensaje claro”.
Rusia dijo que su equipo estaba en Estambul y listo para trabajar en serio y acusó a Ucrania de “intentar montar un espectáculo” en torno a las negociaciones.
Ambas partes llevan meses luchando por la logística del alto el fuego y las conversaciones de paz, al tiempo que intentan demostrar al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se toman en serio el intento de poner fin a lo que él llama “esta estúpida guerra”.
Cientos de miles de personas han muerto y han resultado heridas en ambos bandos en el conflicto más mortífero en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Washington ha amenazado en repetidas ocasiones con abandonar sus esfuerzos de mediación a menos que se produzcan avances claros.
Rusia dijo el jueves que sus fuerzas habían capturado otros dos asentamientos en la región ucraniana de Donetsk. Una portavoz del ministro de Asuntos Exteriores ruso Serguéi Lavrov recordó a los periodistas su comentario del año pasado de que Ucrania se estaba “empequeñeciendo” ante la falta de un acuerdo para detener los combates.
PRESIÓN DE TRUMP
Hubo confusión en Estambul, donde los periodistas estaban reunidos cerca del palacio de Dolmabahce, que los rusos habían designado como lugar de las conversaciones.
Zelenski había provocado a Putin a principios de semana preguntándole si era lo suficientemente valiente como para presentarse. El Kremlin afirma que Putin, que también está amenazado por sanciones europeas aún más severas para “asfixiar” la economía rusa, no responde a los ultimátums.
Las partes enfrentadas mantuvieron conversaciones cara a cara por última vez, también en Estambul, en marzo de 2022, solo unas semanas después de que Putin enviara su ejército a Ucrania.
Tras presionar fuertemente a Ucrania y chocar con Zelenski en una reunión en la Casa Blanca en febrero, Trump ha mostrado una creciente impaciencia con Putin en las últimas semanas y ha amenazado con sanciones adicionales para dañar el comercio ruso.
El presidente estadounidense, que se encuentra en una gira por tres países de Oriente Medio, dijo el jueves que iría a las conversaciones en Turquía el viernes si era “apropiado”.
“Solo espero que Rusia y Ucrania sean capaces de hacer algo. Esto tiene que parar”, afirmó.
“NO SON LAS PIEZAS CLAVE”
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, dijo en una reunión de la OTAN en Turquía que no existe una solución militar al conflicto y que Trump está abierto a “prácticamente cualquier mecanismo” que conduzca a la paz.
Si las conversaciones siguen adelante, tendrán que abordar un abismo entre las dos partes sobre una serie de cuestiones.
Zelenski apoya un alto el fuego inmediato de 30 días, pero Putin ha dicho que primero quiere iniciar conversaciones en las que se puedan discutir los detalles de dicho alto el fuego.
El ejército ruso controla ahora alrededor de una quinta parte de territorio ucraniano, por lo que Putin sigue exigiendo a Kiev que ceda territorio, abandone sus ambiciones de entrar en la OTAN y se convierta en un país neutral.
Ucrania rechaza estas condiciones por considerarlas equivalentes a una capitulación y busca garantías de su seguridad futura en las potencias mundiales, especialmente en Estados Unidos.
La delegación rusa está encabezada por el asesor presidencial Vladimir Medinsky e incluye un viceministro de Defensa, un viceministro de Asuntos Exteriores y el jefe de la inteligencia militar.
El Kremlin informó de que Putin había mantenido una reunión nocturna con ministros, mandos militares y jefes de espionaje para discutir las próximas conversaciones.
Una fuente implicada por parte ucraniana en las conversaciones de marzo de 2022 en Estambul dijo que Medinsky, que también dirigió el equipo ruso entonces, no tenía un mandato firme para tomar decisiones.
“Las personas que se sentarán a la mesa no son necesariamente las piezas clave”, afirmó la fuente.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot, afirmó que Zelenski había mostrado su buena fe al acudir a Turquía, pero que había una “silla vacía” donde debería sentarse Putin.
“Putin está dando largas y claramente no tiene ningún deseo de entrar en estas negociaciones de paz, incluso cuando el presidente Trump expresó su disponibilidad y su deseo de facilitar estas negociaciones”, dijo.
Estonia, miembro de la UE y de la OTAN, dijo que Putin estaba dando una “bofetada en la cara” al enviar un equipo de bajo nivel.
Destacando el nivel de tensión entre Rusia y la alianza liderada por Estados Unidos, Estonia dijo que un avión de combate ruso había “violado el territorio de la OTAN” cuando la Armada estonia intentó detener a un petrolero con destino a Rusia bajo sanciones británicas.
(Información adicional de Can Sezer en Estambul, Humeyra Pamuk, Tuvan Gumrukcu y John Irish en Antalya, Turquía, Huseyin Hayatsever en Ankara, Steve Holland en Washington, Christian Lowe, Olena Harmash y Yuliia Dysa en Kiev, Dmitry Antonov en Moscú, Lidia Kelly en Melbourne; escrito por Mark Trevelyan; edición de Ros Russell; edición en español de María Bayarri Cárdenas)