Por Emily Green y Cassandra Garrison
CIUDAD DE MÉXICO (Reuters) – Apenas la influencer de belleza de 23 años, Valeria Márquez, había sido asesinada en una transmisión en vivo a través de TikTok, comenzaron los rumores en México. Los comentarios en redes sociales la culpaban de su propia muerte: estaba involucrada en negocios turbios, su exnovio era narcotraficante, se lo merecía, decían.
Para el viernes, tres días después de los hechos, medios y políticos ya estaban pasando página. Márquez parece destinada a convertirse en una más de la larga lista de mujeres mexicanas cuyo asesinato conmociona brevemente la conciencia, solo para recaer en un segundo plano hasta que ocurre el siguiente crimen horrendo.
“En cierto modo, refleja un nivel de saturación, un nivel de aceptación social de este tipo de asesinatos”, dijo Gema Kloppe-Santamaría, socióloga del University College Cork en Irlanda, que estudia la violencia de género en México.
Hay mucha revictimización que, creo, permite que la gente diga: “Sigamos adelante. Esto no nos va a pasar a nosotras. No les pasa a las chicas buenas. No les pasa a las mujeres mexicanas decentes”.
Márquez, quien tenía casi 200,000 seguidores en Instagram y TikTok, era conocida por sus videos sobre consejos de belleza y maquillaje. El martes, agarraba un peluche y transmitía en vivo desde el salón de belleza donde trabajaba en el occidental estado Jalisco, cuando una voz masculina de fondo le preguntó: “¿Oye, Vale?”.
“Sí”, respondió Márquez, justo antes de silenciar el sonido de la transmisión.
Momentos después, fue asesinada a tiros. Una persona pareció recoger su teléfono, y su rostro se mostró brevemente en la transmisión antes de que terminara el video.
Casi de inmediato, los medios locales se centraron en un hombre al que identificaron como el exnovio de Márquez, quien, según dijeron, era un líder regional del Cártel Jalisco Nueva Generación, uno de los grupos delictivos más notorios de México.
Medios locales difundieron supuestos mensajes de texto entre la pareja que aparentemente mostraban al personaje amenazando a Márquez porque ella lo ignoró.
Reuters no pudo verificar de forma independiente la identidad del exnovio ni contactarlo para obtener comentarios, tampoco pudo hablar con la familia de Márquez que se negó a hablar.
La Fiscalía del Estado de Jalisco indicó que el asesinato de la joven se investiga como un posible feminicidio (asesinato de mujeres o niñas por razones de género), pero se negó a confirmar si el exnovio de Márquez era sospechoso.
“Se está investigando o se está entrevistando más bien a toda aquella persona relacionada con esta muchacha sean: amigas, sean familiares, sean conocidos, sean novios”, dijo Salvador González de los Santos en una conferencia de prensa el viernes.
LA INDIGNACIÓN PASA
Márquez es una de las innumerables niñas y mujeres asesinadas cuyas muertes en los últimos años han desencadenado una oleada de indignación y protestas sólo para que prevalezca el “statu quo”.
Entre ellas: Ingrid Escamilla, de 25 años, apuñalada, desollada y mutilada en 2020. Fátima Cecilia Aldrighett, de 7 años, que en el mismo año fue secuestrada de la escuela y su cuerpo encontrado más tarde envuelto en una bolsa de plástico. Debanhi Escobar, de 18 años, quien desapareció de la lateral de una carretera en 2022 y cuyo cadáver se encontró en una cisterna 13 días después.
El novio de Escamilla fue declarado culpable y condenado por su asesinato. Dos personas fueron condenadas recientemente en el caso de Aldrighett. El caso de Escobar sigue sin resolverse tras una investigación plagada de errores y el despido de dos fiscales por “omisiones y errores”, según un comunicado de la fiscalía.
Una autopsia del gobierno alegó inicialmente que Escobar había caído en la cisterna, una versión contradicha por dos autopsias posteriores.
“Estamos acostumbradas a ver un caso más, puede uno que tenga sus tintes que lo hagan más mediático, y pasan y vendrá otro”, dijo Anayeli Pérez, asesora jurídica del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. “Habla de una sociedad cuyo tejido social evidentemente está desgarrado”, añadió.
En 2023, México registró 852 feminicidios, según el informe más reciente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas. Es el cuarto país de la región con mayor tasa de feminicidios per cápita, con Honduras, República Dominicana y Brasil incluso por encima. Muchos defensores afirman que es probable que la cifra esté subestimada.
Jalisco se encuentra entre los estados más peligrosos de México, con 910 homicidios registrados desde el inicio del mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum en octubre de 2024, según la consultora de datos TResearch.
Sheinbaum, quien hizo historia como la primera mujer líder de México, dijo el jueves que el poderoso gabinete de seguridad nacional estaba trabajando con el fiscal del estado para investigar el asesinato de Márquez. Por respeto a Márquez y a su familia, pidió a la gente que no compartiera en las redes sociales la retransmisión en directo de su asesinato.
Pero la retórica de Sheinbaum -y su género- sólo han añadido un matiz a lo que sigue siendo un sistema fundamentalmente roto para abordar la violencia contra las mujeres, dijo Pérez.
Los ministerios públicos siguen siendo omisos, los peritos también con falta de capacitación, y este policía sin perspectiva de género”, dijo.
Bajo presencia policial, Márquez fue enterrada el jueves, con su ataúd coronado por un ramo de rosas blancas.
(Reporte de Emily Green y Cassandra Garrison; Reporte adicional de Lizbeth Díaz, Traducido por Adriana Barrera)