Por Maximilian Heath
BUENOS AIRES (Reuters) -“Acá veías en todos lados un mar de agua”, dijo el productor agrícola Martín Vivanco, al ser consultado el lunes por Reuters por el impacto de los hasta 400 milímetros de lluvias que cayeron en los últimos días en el corazón agrícola de Argentina.
“En las zonas agrícolas hay sectores bajos que están completamente tapados que van a ser muy difíciles de cosechar. A algunos la correntada se les llevó hacienda”, dijo por teléfono Vivanco, desde San Antonio de Areco, una tradicional localidad rural 100 kilómetros el oeste de la capital Buenos Aires.
Los relatos del productor son producto de las tormentas que entre el jueves y el sábado dejaron entre 120 y 400 milímetros en el norte de la provincia de Buenos Aires, y que han llevado de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BdeC) a advertir que la producción de soja podría sufrir fuertes pérdidas.
Según la BdeC aún quedan por recolectar 730.000 hectáreas con soja de la campaña 2024/25 en el noroeste de Buenos Aires. La recolección de la oleaginosa está retrasada desde hace meses en Argentina por fuertes lluvias desde el inicio del otoño austral.
“Esta región ya había sufrido el impacto de las precipitaciones ocurridas en marzo, generando una demora interanual de -14,7 puntos porcentuales en el avance de cosecha, por lo que los nuevos acumulados podrían generar pérdidas importantes”, dijo la BdeC en un reporte especial.
Los retrasos en la cosecha por exceso de humedad incrementan los riesgos de pérdidas por enfermedades como la apertura de vainas en las plantas. Por el momento la Bolsa de Cereales estima la cosecha de soja argentina en 50 millones de toneladas.
El norte de Buenos Aires, parte de la región agrícola núcleo de Argentina, ya había reportado fuertes lluvias a inicios de mes, también interrumpiendo tareas rurales. Sin embargo, el meteorólogo Germán Heinzenknecht explicó que el agua caída hace unos días superó en tres o cuatro veces el nivel normal de mayo.
“Los acumulados de agua fueron grotescos”, dijo Heinzenknecht, de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA). “Si hubiesen llovido 150 milímetros, ya tenías estos problemas de anegamientos”, agregó.
SIN ALAMBRADOS, POSTES DE LUZ
En Salto, otra localidad agropecuaria del norte de Buenos Aires, las tormentas depositaron 330 milímetros de agua, dejando las 171.000 hectáreas del partido afectadas por distintos grados de exceso de agua y campos con daños estructurales, señaló el agricultor Esteban Plazibat, de esa localidad bonaerense.
“A algunos vecinos el agua se les ha llevado los alambrados, postes de luz, generadores. El panorama es muy complicado”, dijo Plazibat, a cuyas ‘silobolsas’ (extensas bolsas que se depositan en el suelo donde se almacena hasta cerca de 200 toneladas de granos de soja) también les llegó el agua.
“Se que voy a tener problemas (con las silobolsas). Las tengo en lugares altos, pero esta vez hasta esos lugares se llenaron de agua”, explicó el productor, que añadió también están afectadas granjas de pollos y de cerdos de la zona.
Con campos que llegaron a tener agua con hasta un metro o más de altura, hasta el maíz, un cultivo biológicamente más resistente al exceso de agua y cuya ventana de cosecha es mucho más extensa que la de la soja, está expuesto a haber sufrido daños en el norte de Buenos Aires.
Argentina es el tercer exportador mundial de maíz y la BdeC prevé la producción del cereal en 49 millones de toneladas.
MÁS LLUVIAS
El domingo condiciones despejadas y vientos ofrecieron un alivio a los empapados campos de la llanura pampeana. Sin embargo, de acuerdo a la BdeC y a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en los próximos días más agua volvería a caer sobre las zonas afectadas.
“Se prevén nuevas lluvias para el próximo fin de semana, sobre todo para el día sábado”, dijo la BCR en un informe. “El tiempo que tarden en drenar los excesos puede influir en la magnitud del perjuicio productivo”, agregó.
Las tormentas también provocaron inundaciones en ciudades de la provincia, donde personas tuvieron que ser evacuadas de sus hogares.
“Está todo afectado. Esto fue una cosa que jamás hemos visto”, dijo Vivanco.
(Reporte de Maximilian Heath; Editado por Lucila Sigal y Walter Bianchi)