Por Mahmoud Issa, Ramadan Abed y Nidal al-Mughrabi
GAZA/EL CAIRO, 23 jul (Reuters) – La familia Al-Shaer se acostó con hambre en su casa en la Ciudad de Gaza. Un ataque aéreo israelí los mató mientras dormían.
La familia -la periodista independiente Wala al-Jaabari, su esposo y sus cinco hijos- estaba entre las más de 100 personas muertas en 24 horas de ataques o disparos israelíes, según funcionarios de salud.
Sus cadáveres yacían el miércoles bajo sudarios blancos frente a su casa bombardeada, con sus nombres escritos con lápiz. La sangre se filtraba a través de los sudarios, tiñéndolos de rojo.
“Este es mi primo. Tenía 10 años. Los sacamos de entre los escombros”, afirmó Amr al-Shaer, sosteniendo uno de los cuerpos tras recuperarlo.
Iman al-Shaer, otro pariente que vive cerca, dijo que la familia no había comido nada antes de que cayeran las bombas. “Los niños durmieron sin comer”, señaló.
El ejército israelí no hizo comentarios inmediatos sobre el ataque, pero dijo que su fuerza aérea atacó 120 objetivos en toda Gaza en el último día, incluidas “células terroristas, estructuras militares, túneles, estructuras con trampas explosivas y otros emplazamientos de infraestructura terrorista”.
Los familiares dijeron que algunos vecinos se salvaron sólo porque habían salido a buscar comida en el momento del ataque.
Diez palestinos más fallecieron de hambre durante la noche, según informó el Ministerio de Salud de Gaza, con lo que el número total de muertos por hambre asciende a 111, la mayoría en las últimas semanas, a medida que la hambruna se abate sobre el enclave palestino.
La Organización Mundial de la Salud dijo el miércoles que hay 21 menores de cinco años entre los fallecidos por desnutrición en lo que va de año. Asimismo, indicó que no pudo entregar ningún alimento durante casi 80 días, entre marzo y mayo, y que la reanudación de las entregas de alimentos sigue muy por debajo de lo necesario.
En un comunicado emitido el miércoles, 111 organizaciones, entre ellas Mercy Corps, el Consejo Noruego para los Refugiados y Refugees International, afirmaron que se está extendiendo la hambruna masiva pese a que toneladas de alimentos, agua potable y suministros médicos permanecen intactos a las afueras de Gaza, donde los grupos de ayuda tienen bloqueado el acceso.
Israel, que cortó todos los suministros a Gaza desde principios de marzo y los reabrió con nuevas restricciones en mayo, afirma que se compromete a permitir la entrada de ayuda, pero que debe controlarla para evitar que sea desviada por los militantes. Afirma que ha dejado entrar suficientes alimentos en Gaza durante la guerra y culpa a Hamás del sufrimiento de los 2,2 millones de habitantes de Gaza.
Israel también acusó a Naciones Unidas de no actuar a tiempo, afirmando que 700 camiones cargados de ayuda están parados dentro de Gaza. “Es hora de que se pongan manos a la obra y dejen de culpar a Israel de los atascos que se están produciendo”, comentó el miércoles David Mercer, portavoz del gobierno israelí.
La ONU y los grupos de ayuda que intentan entregar alimentos en Gaza afirman que Israel, que controla todo lo que entra y sale, está asfixiando la entrega, mientras las tropas israelíes han matado a tiros a cientos de palestinos cerca de los puntos de recogida de ayuda desde mayo.
“Tenemos una serie de requisitos mínimos para poder operar dentro de Gaza”, declaró a Reuters Ross Smith, director de emergencias del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. “Una de las cosas más importantes que quiero subrayar es que necesitamos que no haya actores armados cerca de nuestros puntos de distribución, cerca de nuestros convoyes”.
(Reporte de Nidal al-Mughrabi y Crispian Balmer en Jerusalén; escrito por John Davison; editado en español por Carlos Serrano)