Por John Irish
PARÍS/WASHINGTON, 24 jul (Reuters) – Francia tiene la intención de reconocer el Estado palestino en septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas, dijo el presidente Emmanuel Macron el jueves con la esperanza de traer la paz a la región, pero el plan provocó airados reproches de Israel y Estados Unidos.
Macron, que desveló la decisión en la red social X, publicó una carta enviada al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, en la que confirma la intención de Francia de seguir adelante con el reconocimiento palestino y trabajar para convencer a otros socios de que sigan su ejemplo.
“Fiel a su compromiso histórico con una paz justa y duradera en Oriente Próximo, he decidido que Francia reconozca el Estado de Palestina”, dijo Macron.
“Haré este solemne anuncio en la Asamblea General de las Naciones Unidas el próximo mes de septiembre”.
Hogar de las comunidades judía y musulmana más grandes de Europa, Francia se convertirá en el primer país occidental importante en reconocer un Estado palestino, alimentando potencialmente un movimiento hasta ahora dominado por naciones más pequeñas, generalmente más críticas con Israel.
La noticia provocó la ira de Israel y Washington.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó la decisión de uno de los aliados más cercanos de Israel y miembro del G7, afirmando que tal medida “recompensa el terror y corre el riesgo de crear otro proxy iraní”.
En una publicación en X, añadió: “Un Estado palestino en estas condiciones sería una plataforma de lanzamiento para aniquilar a Israel, no para vivir en paz a su lado”.
“Seamos claros: los palestinos no buscan un Estado junto a Israel; buscan un Estado en lugar de Israel”.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, describió la medida como “una vergüenza y una rendición ante el terrorismo”, y añadió que Israel no permitiría el establecimiento de una “entidad palestina que dañe nuestra seguridad, ponga en peligro nuestra existencia”.
En respuesta, el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio dijo que Estados Unidos “rechaza enérgicamente (el plan de Macron) de reconocer un Estado palestino en la Asamblea General de la ONU”.
“Esta imprudente decisión solo sirve a la propaganda de Hamás y hace retroceder la paz. Es una bofetada a las víctimas del 7 de octubre”, dijo en una publicación en X.
Anteriormente, Canadá también presionó a Israel para que buscara la paz, con el primer ministro Mark Carney condenando su “fracaso a la hora de prevenir el rápido deterioro del desastre humanitario en Gaza” y reiterando su apoyo a una solución de dos Estados.
Carney también acusó a Israel de violar el derecho internacional por el bloqueo de la ayuda financiada por Canadá a los civiles en el enclave palestino devastado por la guerra.
“Canadá pide a todas las partes que negocien de buena fe un alto el fuego inmediato”, añadió.
“Reiteramos nuestros llamamientos para que Hamás libere inmediatamente a todos los rehenes y para que el Gobierno israelí respete la integridad territorial de Cisjordania y Gaza”.
En un cable diplomático de junio, Estados Unidos manifestó que se oponía a los pasos para reconocer unilateralmente un Estado palestino, llegando a afirmar que podría ir en contra de los intereses de la política exterior estadounidense y acarrear consecuencias.
En junio, el embajador de Washington en Israel, Mike Huckabee, dijo que no creía que un Estado palestino independiente siguiera siendo un objetivo de la política exterior estadounidense.
El propio presidente Donald Trump ha expresado dudas sobre una solución de dos Estados, proponiendo en febrero una toma de Gaza por parte de Estados Unidos, que fue condenada por grupos de derechos, Estados árabes, palestinos y la ONU como una propuesta de “limpieza étnica”.
Macron llevaba meses inclinándose por el reconocimiento de un Estado palestino como parte de un intento de mantener viva la idea de una solución de dos Estados, a pesar de las presiones para que no lo hiciera.
En un principio, los dirigentes franceses sopesaron la posibilidad de dar el paso antes de una conferencia de las Naciones Unidas, que Francia y Arabia Saudí tenían previsto organizar conjuntamente en junio para establecer los parámetros de una hoja de ruta hacia un Estado palestino, garantizando al mismo tiempo la seguridad de Israel.
La conferencia se aplazó por presiones de Estados Unidos y tras el inicio de la guerra aérea de 12 días entre Israel e Irán, durante la cual el cierre del espacio aéreo regional dificultó la asistencia de representantes de algunos Estados árabes.
Se reprogramó y se redujo a un acto ministerial los días 28 y 29 de julio, y en septiembre se celebrará un segundo acto con jefes de Estado y de Gobierno al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
(Información de John Irish; información adicional de Enas Alashray y Yomna Ehab en El Cairo e Ismail Shakil en Ottawa; edición de Lincoln Feast y Clarence Fernandez; edición en español de María Bayarri Cárdenas)