Por Nicolás Cortés y Carolina Fernández
REÑACA, Chile, 30 jul (Reuters) – Las costas del centro y sur de Chile enfrentan una erosión que podría provocar la desaparición de al menos 10 playas en una década, según un grupo de científicos locales.
El equipo ha rastreado la erosión en 67 playas, descubriendo que el 86% disminuye constantemente, incluso durante la primavera y el verano, cuando normalmente se recuperan.
Diez en particular, que ya presentaban una erosión elevada en 2023, han seguido perdiendo terreno rápidamente, con tasas que ahora son aproximadamente el doble.
“Va a ser muy difícil que estas playas puedan resistir los siguientes 10 años”, dijo Carolina Martínez, directora del Centro UC Observatorio de la Costa, en una entrevista este mes en la playa de Reñaca, cerca de la popular ciudad costera de Viña del Mar.
Las causas son tanto naturales como provocadas por el hombre, agregó Martínez.
Señaló como factores clave el oleaje intenso y cada vez más frecuente provocado por el cambio climático, junto con el aumento del nivel del mar, las lluvias repentinas y las olas de calor.
En tanto, la urbanización descontrolada y la degradación de las cuencas fluviales que abastecen de arena a la costa también han contribuido.
En Puerto Saavedra, en la sureña región de La Araucanía, las marejadas ciclónicas han generado socavones en carreteras y acantilados, impidiendo el acceso a algunas comunidades. El agua salada también está dañando los bosques.
“Está afectando también los litorales rocosos, principalmente los acantilados blandos, que están retrocediendo también de manera muy rápida”, detalló Martínez.
Algunos negocios en localidades turísticas populares ya sienten el impacto.
“El año pasado fue crudo. Fue crudo porque, bueno, primero que nada, desapareció la playa”, relató María Harris, dueña de un restaurante frente al mar en Valparaíso. “Aquí no había espacio para el mar. El mar subió demasiado”.
Pese a los riesgos, la construcción continúa a lo largo de la costa, a menudo cerca de humedales y dunas. Martínez advirtió que los impactos van más allá del medio ambiente.
“Hay una afectación también a las comunidades de pescadores y a los recolectores de orilla, y hay un costo que se está traspasando a la sociedad, que ya no es sostenible y que ya no puede dejar de ser visible”, afirmó.
(Reporte de Nicolás Cortés y Pablo Sanhueza. Escrito por Daina Beth Solomon y Lucinda Elliott)