Por Patricia Zengerle
WASHINGTON, 30 jul (Reuters) – Dos resoluciones que habrían bloqueado la venta de armas a Israel en respuesta a las víctimas civiles en Gaza fueron bloqueadas el miércoles en el Senado estadounidense, aunque obtuvieron más apoyo que medidas similares presentadas este año.
Las dos resoluciones fueron presentadas por el senador Bernie Sanders, independiente de Vermont alineado con los demócratas. Fracasaron por 73 votos a favor y 24 en contra y 70 a favor y 27 en contra en la votación de los 100 miembros de la cámara a última hora de la noche del miércoles.
Medidas similares, también presentadas por Sanders, fracasaron por 82-15 y 83-15 en abril.
Una tradición sustentada en décadas de fuerte apoyo bipartidista a Israel en el Congreso de EEUU significa que es poco probable que se aprueben resoluciones para detener la venta de armas, pero los partidarios esperan que plantear la cuestión anime al Gobierno de Israel y a la Administración de EEUU a hacer más para proteger a los civiles.
Todos los votos a favor de las resoluciones procedieron de demócratas, y todos los senadores republicanos del presidente Donald Trump se opusieron. Sanders dijo en un comunicado que estaba satisfecho de que la mayoría de la bancada demócrata hubiera respaldado el esfuerzo.
“La marea está cambiando. El pueblo estadounidense no quiere gastar miles de millones para matar de hambre a los niños en Gaza”, dijo Sanders. “Los demócratas están avanzando en esta cuestión, y espero contar con el apoyo republicano en un futuro próximo”.
La senadora Jeanne Shaheen, de Nuevo Hampshire, la principal demócrata en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, fue una de las que se opuso a las resoluciones respaldadas por Sanders en abril, pero votó a favor esta vez.
Shaheen afirmó en un comunicado que Israel tiene derecho a defender a sus ciudadanos, pero añadió: “Está claro que el Gobierno de Israel no ha llevado a cabo sus operaciones militares en Gaza con el cuidado necesario que exige el derecho internacional humanitario. También está claro que el Gobierno de Israel no ha permitido la entrada de ayuda humanitaria adecuada en Gaza, lo que ha provocado un sufrimiento increíble”.
Las resoluciones habrían bloqueado la venta de 675 millones de dólares en bombas y los envíos de 20.000 fusiles de asalto.
El senador Jim Risch, de Idaho, presidente republicano de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, dijo en un discurso de oposición a las resoluciones que el grupo miliciano Hamás era el culpable de la situación en Gaza. “A Estados Unidos y al mundo les interesa que este grupo terrorista sea destruido”, afirmó.
Israel ha afirmado sistemáticamente que sus acciones en Gaza están justificadas como defensa propia y acusa a Hamás de utilizar a civiles como escudos humanos, acusación que Hamás niega.
La votación del Senado estadounidense se produjo en un momento en que Francia y Canadá han manifestado su intención de reconocer un Estado palestino en un contexto de creciente indignación internacional por la grave crisis humanitaria de Gaza. Reino Unido también ha dicho que reconocería el Estado en la reunión de la Asamblea General de la ONU de septiembre si para entonces no han cesado los combates en Gaza.
La campaña militar israelí en Gaza ha matado a más de 60.000 palestinos, ha destruido gran parte del enclave y ha provocado una hambruna generalizada. Un observatorio mundial del hambre ha advertido de que en el enclave se está desarrollando el peor de los escenarios de hambruna.
La guerra comenzó después de que Hamás, el grupo miliciano palestino dominante en Gaza, llevara a cabo un ataque transfronterizo contra el sur de Israel en el que murieron unas 1.200 personas y se tomaron más de 250 rehenes, según las autoridades israelíes.
La posterior campaña aérea y terrestre de Israel ha arrasado barrios enteros de Gaza y desplazado a la mayoría de sus 2,3 millones de habitantes.
Israel afirma que sus operaciones pretenden desmantelar la capacidad militar de Hamás y garantizar la liberación de los rehenes.
(Información de Patricia Zengerle; edición de Edwina Gibbs; editado en español por Irene Martínez)