Esperanza de proyectos offshore en Colombia se desinfla por regulación y salida de firmas

Por Marianna Parraga y Nelson Bocanegra

BOGOTÁ, 8 ago (Reuters) – Las esperanzas de empresas energéticas extranjeras de que el mar Caribe colombiano pudiera ser una fuente clave de petróleo y gas en el futuro se están desvaneciendo, con proyectos de exploración que no cumplen las expectativas y un clima regulatorio poco favorable que ha minado el optimismo.

Los decepcionantes hallazgos y constantes obstáculos regulatorios están impulsando a algunas multinacionales a abandonar la nación para trasladarse a vecinos como Perú, donde los incentivos para la exploración y producción son más evidentes.

Se espera que la pérdida de capital extranjero en la industria colombiana de hidrocarburos agrave los desequilibrios comerciales derivados de una mayor necesidad de importaciones, especialmente de gas natural.

El tiempo apremia, ya que al cierre del año pasado las reservas de petróleo de Colombia equivalían a 7,2 años de consumo y las de gas a 5,9 años.

Pese a la creciente dependencia de energía extranjera, el Gobierno de Gustavo Petro, el primer mandatario de izquierda en la historia del país, no ha organizado nuevas rondas de licitaciones para explorar petróleo y gas, lo que sumado a normas más estrictas para el sector ha generado retrasos y limitado las oportunidades para los inversores privados.

La exploración colombiana costa afuera ha resultado mayoritariamente decepcionante, por lo que importantes productores como Shell abandonaron el país y otros, como Chevron, redujeron sus operaciones.

Chevron, que previamente había vendido participaciones en otros dos yacimientos de gas offshore en el país, ha reducido su presencia allí a la venta minorista de combustible, según fuentes de la compañía.

Chevron declaró a Reuters que aún mantiene una presencia considerable en el sector downstream del país, incluyendo seis terminales y más de 500 gasolineras.

Shell declaró en abril que los proyectos colombianos ya no se ajustaban a sus ambiciones estratégicas, y añadió que continuaría suministrando gas natural licuado y otros combustibles al país.

Otras empresas que abandonaron proyectos onshore y offshore en Colombia en los últimos años incluyen a las estadounidenses Exxon Mobil y ConocoPhillips, así como a la española Repsol.

Expertos y fuentes de algunas empresas afirmaron que las salidas y reducciones se deben a una combinación de malos resultados de exploración y políticas adversas.

“Es una realidad clara que no se han encontrado grandes hallazgos en Colombia durante algún tiempo, y eso significa que muchas empresas deben trasladarse a otros lugares para crecer”, afirmó Andrés Armijos, director de Investigación para América Latina de la consultora energética estadounidense Welligence.

El gobierno discrepa.

Las salidas “obedecen más a la diversificación de sus portafolios que a un tema de desconfianza en el país”, dijo a Reuters el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, Orlando Velandia.

Algunas compañías que antes habían centrado sus exploraciones en la región andina colombiana, como TotalEnergies, Chevron y Occidental Petroleum, ahora están expandiendo su interés en Perú, según las empresas y el regulador Perupetro, a medida que mejoran las condiciones y las perspectivas en ese país.

Mientras tanto, Exxon y Shell están invirtiendo miles de millones de dólares en países del Caribe y Sudamérica, como Trinidad y Tobago, Guyana y Surinam, donde los hallazgos eclipsan la mayoría de los prospectos offshore colombianos y existe un impulso para la producción destinada a la exportación.

ENCRUCIJADA Incluso los proyectos colombianos prometedores suelen verse ralentizados por obstáculos de infraestructura o permisos. “Se están acabando paulatinamente las reservas de gas en el país porque no hay exploración y las que han encontrado (…) necesitan un gasoducto que requiere 116 permisos para poder ejecutarse”, dijo Luis Carlos Sarmiento, presidente del directorio de Grupo Aval, dueño de la distribuidora y transportadora de gas Promigas, en una conferencia en Bogotá.

El mayor descubrimiento de gas del país se concentra en el proyecto offshore Sirius, donde la brasileña Petrobras y la estatal local Ecopetrol realizan perforaciones tras encontrar unos 6 billones de pies cúbicos, suficientes para extender las reservas de gas de Colombia por más de una década.

Pero, a pesar del apoyo de Petro y del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, los esfuerzos del consorcio han sido costosos y prolongados.

Los socios del proyecto deben completar más de un centenar de consultas con comunidades y esperar dos licencias ambientales, según el regulador y datos de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP).

Ecopetrol indicó que está a punto de iniciar una segunda fase de consultas, que podría dar lugar a la licencia ambiental, antes de construir un gasoducto submarino y plantas de procesamiento de gas.

“El cronograma de Ecopetrol, que prevé que el primer gas de Sirius llegará entre 2029 y 2030, es demasiado optimista. No creemos que suceda en ese plazo”, declaró Felipe Calderón, experto de Welligence en la región andina, refiriéndose a la larga cadena de requisitos regulatorios. Un pequeño descubrimiento de gas offshore realizado por Shell en el campo Gorgon no logró persuadir a la empresa a permanecer en el país.

Incluso los planes de Occidental de perforar el pozo de aguas ultraprofundas Komodo, que podría convertirse en el más profundo del mundo, podrían frustrarse por retrasos en la obtención de permisos de perforación.

Occidental, que ya vendió algunos activos terrestres en Colombia al Grupo Carlyle, espera una apelación que presentó en enero sobre su permiso de perforación, cuyos términos amenazan la viabilidad del proyecto, según argumentó.

La empresa declinó hacer comentarios sobre Komodo y afirmó que continúa evaluando datos sísmicos para tomar una decisión en las aguas costeras de Perú.

Por su parte, Ecopetrol no ha proporcionado planes actualizados para desarrollar un descubrimiento de gas en su proyecto Orca, también en el Caribe, desde que finalizó la perforación el año pasado, siguiendo la pauta de otros prospectos marinos que finalmente fueron archivados.

“El proyecto está en evaluación”, respondió Ecopetrol a Reuters, añadiendo que está definiendo próximos pasos. La producción colombiana de petróleo cayó 4,8% interanual a 749.800 barriles promedio día en mayo, lejos del millón bpd producido hace una década, mientras la producción de gas disminuyó 18,9% en un año, hasta los 800 millones de pies cúbicos diarios, según datos oficiales.

“Nuestros yacimientos petrolíferos están en declive, especialmente los maduros, y los contratos de exploración actuales solo cubren 14 pozos al año hasta 2030. Esto es insuficiente”, dijo Frank Pearl, director de la ACP. Unos 1.500 bloqueos a operaciones petroleras el año pasado por protestas de las comunidades provocaron la pérdida permanente de 3.000 empleos y el aplazamiento de 4 millones de barriles de producción de petróleo, según la ACP.

Una de las principales consecuencias para los próximos años es una eventual necesidad permanente de importaciones de crudo para abastecer las refinerías, que generaría un déficit comercial energético de miles de millones de dólares anuales, añadió Pearl.

(Reporte de Nelson Bocanegra. Editado por Javier Leira)

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