BRASILIA, 13 ago (Reuters) -El Gobierno de Brasil reveló el miércoles un esperado paquete de ayuda para las empresas perjudicadas por los fuertes aranceles de Estados Unidos, centrado en líneas de crédito para exportadores y compras gubernamentales de productos que enfrentan mayores obstáculos para encontrar mercados alternativos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aumentó los aranceles sobre varios productos procedentes de Brasil del 10% al 50% este mes. Si bien algunos sectores quedaron exentos de los gravámenes más elevados, la medida seguirá perjudicando a industrias como la del café, la carne de res, los mariscos, los textiles, el calzado y la fruta.
El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ya había indicado que su administración no tomaría represalias inmediatas contra el aumento de aranceles, sino que priorizaría el apoyo a los sectores más afectados.
“Insistiremos en negociar… pero nuestra soberanía es intocable”, dijo Lula en un evento en Brasilia, afirmando estar abierto a dialogar sobre temas como el comercio del etanol.
“No anunciamos medidas de reciprocidad. No queremos, en principio, hacer nada que pueda justificar un deterioro de nuestras relaciones”, añadió el líder izquierdista.
El eje central del plan de ayuda es una línea de crédito de 30.000 millones de reales (5.550 millones de dólares) a través del Fondo de Garantía de Exportaciones (FGE), administrado por el banco estatal de desarrollo BNDES, según un comunicado.
El Gobierno brasileño también realizará contribuciones adicionales por un total de 4.500 millones de reales para reforzar algunos fondos de apoyo a las pequeñas empresas, añadió.
Las medidas forman parte de un decreto firmado por Lula, que entra en vigor de inmediato, pero debe ser aprobada por el Congreso en un plazo de cuatro meses para mantenerse vigente.
GRAN GOLPE
Brasil fue uno de los países más afectados por los aranceles de Trump.
Washington eximió del aumento de la tasa a productos clave como aeronaves, jugo de naranja, aceite y pulpa de fruta, pero productos como el café y la carne de res, de los cuales Brasil es un importante proveedor de Estados Unidos, ahora están sujetos a la tasa completa, que entró en vigor la semana pasada.
Trump impuso los gravámenes a las importaciones estadounidenses procedentes de Brasil, en gran medida como respuesta a un caso legal brasileño que ha acusado de ser una “cacería de brujas” contra el expresidente Jair Bolsonaro, su aliado de derecha, quien está siendo juzgado por presuntamente conspirar para anular las elecciones de 2022 después de que sus partidarios invadieran edificios gubernamentales.
El juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, quien supervisa el caso, afirmó que continuará haciendo su trabajo y que el máximo tribunal de Brasil no se someterá a la coerción extranjera y que protegerá la constitución del país.
El nuevo programa de ayuda de Brasil también alivia la carga fiscal de los exportadores para ayudarlos a mantenerse competitivos en Estados Unidos, una medida vigente hasta finales del próximo año que, según el Gobierno, costaría 5.000 millones de reales en ingresos no percibidos.
El plan extiende el plazo para utilizar los créditos fiscales bajo el régimen de “drawback”, que reembolsa los impuestos de importación sobre los insumos utilizados en la producción de bienes exportados.
Por otro lado, también respalda las compras gubernamentales de bienes previamente destinados al mercado estadounidense y que serán redirigidos a comidas en escuelas públicas y hospitales.
(1 dólar = 5,4014 reales)
(Reporte de Marcela Ayres; Editado en Español por Manuel Farías)