LA PAZ, 15 ago (Reuters) – Casi 8 millones de bolivianos asistirán el domingo a las urnas para elegir un nuevo presidente, vicepresidente y los 26 senadores y 130 diputados del país.
El expresidente Evo Morales, la figura política dominante en Bolivia durante las últimas décadas, no puede presentarse a las elecciones y ha pedido al electorado que boicotee los comicios, pero las encuestas sugieren que su influencia está decayendo.
La principal preocupación de los votantes es la frágil economía. Las exportaciones de gas natural se han desplomado, la inflación está en su nivel más alto en 40 años y el combustible escasea.
Si ningún candidato gana las elecciones de agosto por mayoría absoluta, se celebrará una segunda vuelta, prevista para el 19 de octubre. El nuevo presidente tomará posesión del cargo el 8 de noviembre.
A continuación, algunos datos clave sobre las elecciones:
¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO?
El Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia, que ha gobernado casi ininterrumpidamente desde 2006, se presenta a las elecciones como una fuerza política débil y fragmentada, con un apoyo electoral en declive en medio de la peor crisis económica que ha vivido el país en décadas.
Las encuestas de opinión sugieren un creciente apoyo a los partidos de derecha que prometen un cambio de rumbo y la estabilización de la economía.
Morales, tres veces expresidente y cofundador del MAS, fue inhabilitado para presentarse tras un intento fallido de cambiar la Constitución para poder competir por un cuarto mandato. El presidente Luis Arce no se presentará a la reelección.
¿CÓMO SERÁ LA ELECCIÓN?
El tribunal electoral de Bolivia tiene previsto implementar este año un nuevo sistema de recuento de votos en respuesta a las denuncias de fraude presentadas tras las elecciones presidenciales de 2019, que provocaron disturbios generalizados y la dimisión del entonces presidente Morales.
Con el nuevo sistema, las hojas de recuento de votos se fotografiarán en los colegios electorales y se transmitirán directamente a los centros de recuento. Observadores internacionales de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos supervisarán el proceso.
Las urnas abrirán a las 08:00 de la mañana (1200 GMT) y cerrarán a las 16:00 hora local. El tribunal tiene como objetivo publicar el 80% de los resultados preliminares el domingo por la noche. Los resultados oficiales se darán a conocer en un plazo de siete días.
¿QUIÉNES SON LOS CANDIDATOS Y CUÁLES SON SUS PROGRAMAS ELECTORALES?
Ninguno de los ocho candidatos presidenciales que compiten por el mandato de cinco años supera el 30% de intención de voto en las encuestas. Aproximadamente una cuarta parte de los votantes afirma que aún no ha decidido su voto.
A la cabeza se encuentra Samuel Doria Medina, de 66 años, un magnate inmobiliario de centroderecha que trajo Burger King a Bolivia. Las principales propuestas de Doria Medina incluyen el recorte de los subsidios gubernamentales, la privatización de las empresas estatales y el fortalecimiento de la economía.
En segundo lugar se encuentra otro conservador, Jorge “Tuto” Quiroga, de 65 años, que ocupó brevemente la presidencia entre 2001 y 2002. Es un crítico acérrimo de los gobiernos de izquierda en América Latina y su programa incluye restaurar los derechos de propiedad privada y ampliar el libre comercio.
El apoyo a los candidatos de izquierda y partidarios del MAS está detrás de la oposición de derecha. El principal contendiente de izquierda, con cerca del 6% de apoyo, es Andrónico Rodríguez, de 36 años, quien en su momento fue considerado el heredero político de Morales, pero se ha distanciado del MAS.
Su programa se centra en los votantes rurales y en propuestas de “austeridad inteligente” que tienen como objetivo reducir el gasto público y dar prioridad a los más desfavorecidos.
¿QUÉ PASA CON EL LITIO?
Las vastas salinas de Bolivia albergan los mayores recursos mundiales de este metal utilizado en baterías, pero el país lleva mucho tiempo luchando por aumentar la producción o desarrollar reservas comercialmente viables.
Empresas rusas y chinas se encuentran entre las pocas que han avanzado con propuestas de desarrollo, pero los acuerdos no han recibido la aprobación del Poder Legislativo, donde el partido gobernante está fracturado y Arce carece de mayoría parlamentaria.
Algunos inversores tienen la esperanza de que un cambio político pueda dar lugar a modificaciones en el entorno regulatorio del país y abrir el camino para acceder a los recursos de litio, en gran parte sin explotar.
(Reporte de Lucinda Elliott en Montevideo y Camille Ayral en Ciudad de México, editado en español por Lucila Sigal)