Texas se prepara para combatir al gusano barrenador del ganado

Por Heather Schlitz, Cassandra Garrison y Elida Moreno

LIVE OAK COUNTY, EEUU/TAPACHULA, México/CIUDAD DE PANAMÁ, 15 ago (Reuters) – Kip Dove tenía ocho años en 1973, pero este ranchero tejano de quinta generación recuerda haber pasado incontables días trotando a caballo entre el ganado moribundo ese año durante un gran brote del gusano barrenador. 

Llevaba un frasco de medicina maloliente y espesa en su alforja y un revólver enfundado para disparar a cualquier animal que estuviera demasiado enfermo para ser tratado.

Rodeado de perros pastores y vaqueros que aullaban, el ganado infestado pateaba y mordía sus heridas abiertas, mirando con ojos desorbitados a su alrededor mientras desprendían el inconfundible olor a carne podrida, recuerda Dove.

Ahora, rodeado de un rebaño saludable de ganado longhorn, Dove anticipa el regreso del gusano barrenador, la mosca parásita que devora vivo al ganado y la fauna silvestre.

De 1972 a 1976, un brote de gusano barrenador en Estados Unidos infestó a decenas de miles de cabezas de ganado en seis estados. La contención costó decenas de millones de dólares y solo se logró controlar tras un esfuerzo masivo de erradicación.

Hoy en día, las moscas están avanzando hacia el norte desde Centroamérica tras ser erradicadas oficialmente de Estados Unidos en 1966, amenazando con 1.800 millones de dólares en daños solo a la economía de Texas, según una estimación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.

Un brote podría elevar aún más los precios récord de la carne de res al impedir que más terneros lleguen al mercado.

Los ganaderos del centro de México están descubriendo los gusanos de la temida mosca en su ganado por primera vez en una generación, y una fábrica en Panamá está perdiendo la carrera contrarreloj para criar moscas estériles, la herramienta más poderosa para sofocar un brote.

A medida que aumentan los casos en el ganado –y ocasionalmente en humanos y mascotas–, es muy probable que la mosca vuelva a infestar Estados Unidos, dijo a Reuters el doctor Thomas Lansford, veterinario estatal adjunto de la Comisión de Salud Animal de Texas, y otros expertos.

“No sé qué vamos a hacer”, dijo Dove, cruzando los brazos.

Las hembras del gusano barrenador ponen cientos de huevos en las heridas de cualquier animal de sangre caliente. Una vez que los huevos eclosionan, las larvas usan sus afiladas bocas ganchudas para excavar en la carne viva, alimentándose, agrandando la herida y, si no se trata, matando finalmente a su huésped.

“El olor es horrible y algunas heridas son horribles. Estos animales tienen agujeros enormes, repletos de gusanos”, dijo Dove. “No sé si podría soportarlo si me pasara ahora”.

Washington ha suspendido las importaciones de ganado de México y ha invertido millones en la instalación de una nueva planta de producción de moscas estériles en Metapa, en México. Sin embargo, tardará aproximadamente un año en estar operativa.

El tratamiento es de baja tecnología y oneroso: los veterinarios y los ganaderos deben raspar a mano cada gusano de los animales infestados antes de rociar las heridas con un insecticida.

Freddy Nieto es el gerente del Rancho El Sauz en el sur de Texas, donde se cría ganado, pero también ofrece a una clientela adinerada la oportunidad de cazar animales silvestres, desde venados de cola blanca y jabalíes hasta animales exóticos. “Este podría ser el peor brote biológico que enfrentamos en nuestra vida”, dijo.

La multimillonaria industria cinegética es especialmente vulnerable, ya que la fauna infestada de gusanos barrenadores es prácticamente intratable. Los animales a menudo desaparecen entre la espesura y mueren a causa de sus heridas.

“SITUACIÓN ABRUMADORA”

En Ciudad de Panamá, una instalación biológica de renombre mundial funciona desde 2006. Biólogos y técnicos trabajan en un calor extremo rodeados de olores penetrantes —una mezcla de amoníaco y la dieta artificial que se les da a las larvas de mosca- para criar hasta 100 millones de moscas barrenadoras estériles por semana.

Las moscas se alimentan con una mezcla cuidadosamente formulada de huevo, leche y hemoglobina en polvo que imita las condiciones de una herida. Se las somete a una radiación antes de liberarlas en zonas de alta actividad, donde los machos estériles se aparean con hembras silvestres para producir huevos infértiles.

Hasta 2023, las moscas estériles se dejaban caer en el Tapón del Darién, una franja de selva entre Panamá y Colombia, para mantener una barrera biológica frente la propagación hacia el norte. Ahora se envían a México.

Los gusanos barrenadores no pueden volar más de 19 kilómetros por sí solos, pero pueden cubrir grandes distancias dentro de sus huéspedes, como ganado, caballos y ciervos.

Las moscas ya han atravesado las zonas más estrechas de América Central y del Norte –el Tapón del Darién en Panamá y el istmo en México–, lo que significa que es necesario liberar una cantidad mucho mayor para controlar el brote.

Estados Unidos eliminó el gusano barrenador en el siglo XX mediante aviones que sobrevolaban zonas críticas para dejar caer cajas con rayas rojas llenas de moscas estériles. El USDA construyó una planta de producción de moscas en Mission, en el estado de Texas, en 1962, que produjo 96 billones de moscas hasta su clausura en 1981.

Ahora, el USDA planea resucitar la planta para dispersar moscas estériles, mientras las autoridades texanas han colocado 100 trampas para el gusano barrenador en la frontera.

Los inspectores del USDA, conocidos como Tick Riders, que patrullan la frontera a caballo para proteger frente otra plaga, la garrapata de la fiebre del ganado, también han recibido la tarea de realizar un tratamiento preventivo contra el gusano barrenador a todo el ganado y los caballos que encuentren en la zona fronteriza.

El problema se centra en una ecuación matemática inviable. El USDA estimó que se necesitan liberar 500 millones de moscas semanalmente para repelerlas al Tapón del Darién. En su máximo, la planta de Panamá produce solo 100 millones.

“Es una situación abrumadora en este momento”, dijo el doctor Lansford. “El gusano barrenador obviamente está prosperando en México, y ellos enfrentan los mismos desafíos que nosotros”.

Alfonso López, veterinario ganadero de Tapachula, México, dijo a Reuters que ve nuevos casos de gusano barrenador a diario. Mostró un tubo con gusanos recolectados de un ternero recién nacido horas antes.

El estado de Chiapas es la zona cero del brote en México. La infestación en el ganado comenzó a manifestarse aquí el año pasado y los casos en el país aumentan aproximadamente un 10% cada semana.

Hasta la fecha se han reportado casi 50.000 casos desde Panamá a México, según la Comisión Panamá-Estados Unidos para la Erradicación y la Prevención del Gusano Barrenador.

El ganadero Julio Herrera, de Tapachula, revisa regularmente a sus animales para detectar heridas, pero dice que sus esfuerzos solo serán efectivos hasta que el Gobierno aborde lo que considera la raíz del problema. Él y otros expertos afirman que el aumento de la migración de ganado y personas desde Centroamérica ha contribuido a la expansión del brote.

El secretario de Agricultura del estado de Chiapas, Marco Barba, dijo que las autoridades federales están revisando el asunto de los cruces ilegales de ganado. “No estamos ajenos, ningún país, a que llegue”, señaló en una entrevista con Reuters en la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez.

(Reporte de Heather Schlitz en el condado de Live Oak, Texas; Cassandra Garrison en Tapachula, México; y Elida Moreno en la Ciudad de Panamá, Panamá. Editado en español por Javier Leira)

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