OSLO, 19 ago (Reuters) – El príncipe heredero de Noruega, Haakon, declaró el martes que la familia real seguiría desempeñando sus funciones oficiales mientras su hijastro es juzgado el próximo año acusado de violación, añadiendo que se trata de un momento difícil para todos los implicados.
Marius Borg Hoiby, de 28 años, hijo de la princesa heredera Mette-Marit e hijastro de Haakon, fue acusado el lunes de 32 delitos penales, entre ellos violación de cuatro mujeres, así como violencia doméstica y agresión.
Hoiby niega las acusaciones más graves contra él, incluidas las de violación y violencia doméstica, pero planea declararse culpable de algunos cargos menores ante el tribunal cuando comience el juicio, dijo su abogado a Reuters el lunes.
Podría enfrentarse a una pena de hasta 10 años de prisión si es declarado culpable de los cargos más graves en un juicio que se espera que comience en enero y se prolongue durante seis semanas, según ha declarado el fiscal del caso.
Corresponde a los tribunales noruegos decidir el resultado del caso, declaró el príncipe heredero Haakon a la prensa el martes, mientras asistía a la inauguración de una conferencia del sector.
“Seguiremos cumpliendo con nuestras obligaciones lo mejor que podamos, como siempre hacemos”, dijo Haakon, en sus primeras declaraciones públicas desde que se anunciaron los cargos. “Todos los implicados en este caso probablemente lo encuentren desafiante y difícil”.
La investigación comenzó en agosto del año pasado, cuando la policía señaló a Hoiby como sospechoso de una agresión física contra una mujer con la que había mantenido una relación.
Hoiby, en una declaración a los medios de comunicación en aquel momento, admitió haber causado daños físicos a la mujer mientras se encontraba bajo los efectos de la cocaína y el alcohol, y dijo que se arrepentía de sus actos.
Hoiby, que no tiene título real y está fuera de la línea de sucesión, es el hermanastro mayor de la princesa Ingrid Alexandra, segunda en la línea de sucesión al trono después de su padre Haakon.
(Reporte de Terje Solsvik en Oslo y Louise Rasmussen en Copenhague; edición de Mark Heinrich. Editado en español por Natalia Ramos)