Por Maria Martinez y Rene Wagner
BERLÍN, 21 ago (Reuters) – Mientras muchas ciudades del sur de Europa se cansan de los turistas, Berlín se presenta como un antídoto contra las multitudes, las olas de calor y las protestas antiturísticas que causan problemas en otros lugares.
La capital alemana promociona su vanguardista escena artística, sus palacios prusianos y sus famosos clubes de música tecno para impulsar un sector turístico que se ha quedado rezagado con respecto al auge posterior a la pandemia que se observa en otras partes de Europa.
“En realidad, no tenemos problemas de turismo excesivo”, afirma Christian Taenzler, portavoz de la oficina de turismo VisitBerlin. “La ciudad es grande y la gente está muy dispersa. Sobre todo en verano, cuando los berlineses están fuera, hay mucho espacio”.
Berlín, donde viven unas 4 millones de personas, atrajo a 5,9 millones de visitantes en el primer semestre del año, con 13,9 millones de pernoctaciones, según la oficina de estadística de Berlín-Brandemburgo. Esto supone un descenso del 1,8% y el 2,9%, respectivamente, con respecto al año anterior.
La ocupación hotelera fue del 52,8% de media durante el mismo periodo, por detrás del 65% de Madrid y del 79% de París, ciudades donde el turismo ha repuntado más rápidamente desde la pandemia del COVID-19.
En 2019, antes de la pandemia, Berlín atrajo a casi 14 millones de turistas, con 34 millones de pernoctaciones.
El turismo generó el 4,6% de la producción de Berlín en 2023, incluidos los efectos indirectos, según las estimaciones de un estudio de DIW Econ.
En comparación, el turismo representa aproximadamente el 14% de la economía local en París y Roma y el 8% en Madrid, y Berlín depende más de los viajeros alemanes preocupados por los costes.
Mientras tanto, las llegadas internacionales cayeron un 4,7% en el primer semestre.
Algunas oficinas de turismo confían en que las tendencias climáticas desplacen la demanda hacia el norte en los próximos años. Según un estudio del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, las olas de calor reducen el atractivo de los destinos meridionales en verano.
(Información de Maria Martinez, René Wagner, Ulrike Heil y Lena Toepler; edición de Helen Popper; editado en español por Irene Martínez)