Por Janina Nuno Rios
22 ago (Reuters) – Paraguay ha lanzado una ambiciosa candidatura para albergar los Juegos Panamericanos de 2031, utilizando los Panamericanos Junior de este mes como un ensayo general de alto nivel, dijo el presidente del Comité Olímpico del país, Camilo Pérez, con el objetivo de convertirse en el próximo núcleo deportivo de la región.
Con 4.200 atletas de 41 países compitiendo en 42 disciplinas en sedes recién construidas en Asunción, la nación sudamericana se está posicionando como un serio contendiente, ofreciendo presupuestos controlados y una infraestructura en expansión.
“Seguiremos trabajando con mucha humildad (…) los presidentes del deporte panamericano decidirán si somos capaces de tener su confianza o no”, dijo Pérez a Reuters.
“Escuchar a países como Estados Unidos y Canadá, que antes veíamos inalcanzables, decir que están felices de traer cientos de atletas me llena de orgullo”, agregó.
Los Juegos Panamericanos Junior se celebran después de que Paraguay organizara con éxito los Juegos Sudamericanos 2022, y preceden a un cargado calendario de eventos que incluye una ronda del Campeonato Mundial de Rally, los Juegos Mundiales de Patinaje 2026 y el Mundial Juvenil de Halterofilia 2027.
También se espera que el país albergue un partido de la fase inaugural del Mundial de fútbol 2030, que marcará el centenario del torneo.
Paraguay se enfrenta a la dura competencia de Río de Janeiro, que albergó los Panamericanos 2007 y los Juegos Olímpicos de verano 2016, junto con la ciudad vecina Niterói.
Los problemas económicos de Río de Janeiro tras la celebración de los Juegos y la infrautilización de sus sedes siguen siendo una advertencia para los futuros anfitriones.
Gran parte de la candidatura de Paraguay para 2031 se basa en la mejora del Parque Olímpico, su nuevo Centro Acuático, la ampliación de los estadios, la modernización de los pabellones y las instalaciones dedicadas a los deportes de contacto, un legado duradero para las federaciones nacionales.
Un elemento clave es la nueva villa de los atletas, que forma parte de una iniciativa gubernamental de viviendas diseñadas para un uso a largo plazo.
“Lo ideal sería que tuviera este ambiente deportivo, en un barrio populoso donde la gente pueda disfrutar de espacios de entrenamiento”, explicó Pérez.
APUESTA ECONÓMICA
La propuesta paraguaya también se basa en la promesa de sostenibilidad financiera, una de las principales preocupaciones de las partes interesadas a escala internacional, que desconfían de la resaca económica que han sufrido otros países anfitriones.
Pérez detalló que los Juegos Sudamericanos de 2022 costaron 78 millones de dólares, pero generaron 263 millones en actividad económica.
Se espera que los Panamericanos Junior reflejen ese rendimiento, con unos 70 millones de dólares en costes directos y un impacto global previsto de 500 millones de dólares.
Un análisis independiente de la consultora MF Economía estima que una inversión inicial de 110 millones de dólares para los Panamericanos Junior podría generar entre 306 y 574 millones de dólares en actividad económica, es decir, entre el 0,7% y el 1,2% del PIB de Paraguay en 2025.
“Hoy los medios locales hablan de la importancia de estos Juegos para la movilización la economía”, dijo Pérez.
“Hoteles llenos, restaurantes con gente, el trabajo de los taxis (…) la cantidad de gente que estamos dando trabajo, la televisión también vende espacios, se contratan nuevas publicidades, el movimiento para nuestro país es inmenso”.
El presupuesto inicial para los Juegos de 2031 asciende a 353 millones de dólares, excluyendo la villa de los atletas desarrollada a través de una asociación público-privada.
A la espera de que en octubre se anuncie la sede de los Juegos de 2031, Pérez considera que la apuesta de Paraguay por albergar grandes eventos deportivos no se limita a los beneficios económicos.
“Los megaeventos deportivos tienen un impacto económico significativo”, afirmó. “Ahora nos toca a nosotros poner la semillita para mejorar la sociedad a través del deporte”.
(Reporte de Janina Nuno Ríos en Ciudad de México, editado en español por Daniela Desantis)