Por Michael Holden y Sam Tobin
LONDRES, 28 ago (Reuters) – El Gobierno británico argumentó que una sentencia judicial que obliga a desalojar temporalmente a los solicitantes de asilo de un hotel podría desencadenar nuevas protestas caóticas frente a las residencias que los albergan, al recurrir la decisión el jueves.
La semana pasada, el Tribunal Superior de Londres concedió una medida cautelar para impedir que los solicitantes de asilo fueran alojados en el Bell Hotel de Epping, a unos 32 kilómetros al noreste de Londres, en el condado de Essex.
El edificio se había convertido en el centro de manifestaciones, a veces violentas, de grupos contrarios y favorables a la inmigración, después de que un solicitante de asilo etíope fuera acusado de delitos de agresión sexual, y los legisladores de la oposición han pedido más protestas y acciones legales para que se cierren todos los hoteles de este tipo.
Según un seguimiento periódico de las preocupaciones de los votantes, la inmigración es ahora el principal problema, en medio del enfado por el número récord de solicitantes de asilo que llegan en pateras a través del canal de la Mancha, más de 28.000 este año.
El jueves, los propietarios del hotel y el Gobierno británico solicitaron permiso para recurrir la medida cautelar que se había concedido a la autoridad local por motivos urbanísticos.
Los abogados del Gobierno argumentaron que el juez del Tribunal Superior no había tenido en cuenta el importante impacto nacional que tendría la sentencia y sugirieron que el Ayuntamiento de Epping, dirigido por los conservadores de la oposición, pretendía explotar las tensiones nacionales sobre la inmigración con fines políticos.
“Las preocupaciones de Epping en materia de planificación parecen estar desproporcionadamente dirigidas a los alojamientos para solicitantes de asilo, lo que sugiere que su motivación no es únicamente, ni siquiera principalmente, la integridad de su régimen de planificación”, señalaron los abogados en un escrito presentado ante el Tribunal de Apelación.
“La concesión de una medida cautelar en el presente caso corre el riesgo de actuar como un impulso para nuevas protestas, algunas de las cuales pueden ser caóticas, en torno a otros alojamientos de asilo”.
También argumentaron que cualquier cierre de hoteles presionaría al sistema para alojar a los miles de solicitantes de asilo que esperan a que se resuelvan sus casos. Reino Unido alberga actualmente a unos 30.000 inmigrantes en más de 200 hoteles repartidos por todo el país.
A principios de esta semana, Nigel Farage, líder del partido británico antimigración Reform UK, que lidera las encuestas de opinión, anunció un plan para derogar las leyes de derechos humanos con el fin de permitir las deportaciones masivas de solicitantes de asilo, necesarias, según él, para evitar “graves desórdenes civiles”.
Los grupos a favor de los inmigrantes afirman que los grupos de extrema derecha y los políticos oportunistas tratan deliberadamente de explotar y agravar las tensiones para sus propios fines.
Los críticos afirman que alojar en hoteles a solicitantes de asilo, a menudo hombres jóvenes a los que no se permite trabajar, pone en peligro a la comunidad local, y señalan incidentes recientes en los que algunos migrantes han sido acusados de delitos graves, entre ellos violación y agresión sexual a chicas jóvenes.
Esta semana, un solicitante de asilo etíope fue juzgado acusado de agredir sexualmente a una adolescente y a otra mujer en Epping, acusaciones que él negó.
(Información de Michael Holden; edición de Alex Richardson; editado en español por Irene Martínez)