Pintura robada por nazis permanecerá temporalmente en Argentina; herederos la reclaman en N.York

Por Miguel Lo Bianco y Lucila Sigal

sep (Reuters) -Un cuadro del siglo XVIII robado por los nazis a un comerciante de arte judío holandés permanecerá en Argentina mientras se realizan los trámites para devolverlo a Holanda o a sus herederos, que ya hicieron una presentación ante el FBI en Nueva York, dijo el jueves el fiscal de la causa.

La pintura “Retrato de una dama”, un óleo sobre tela de la Condesa Colleoni, del maestro italiano Giuseppe Ghislandi, desaparecido hace unos 80 años, había sido divisado en la ciudad argentina de Mar del Plata en un anuncio en internet de una casa en venta que pertenecía a Patricia Kadgien, hija del exjerarca nazi Friedrich Kadgien, y de su marido Juan Carlos Cortegoso.

El cuadro había sido robado por Kadgien al coleccionista holandés Jacques Goudstikker, quien huyó de la persecusión nazi y murió en 1940.

En una audiencia el jueves, el fiscal Carlos Martínez imputó formalmente a la pareja del cargo de encubrimiento agravado por considerar que había obstruido la investigación al retirar el cuadro de la casa en venta antes de dos allanamientos policiales y de colocar en su lugar un tapiz para disimular su ausencia.

“Estas circunstancias nos muestran una intención de mantener oculta la obra a pesar de que sabían que estaba siendo requerida”, dijo el fiscal durante la audiencia y agregó que el FBI les comunicó que los presuntos herederos del cuadro hicieron una presentación en sus oficinas en Nueva York.

“Tienen intención de aportar documentación vinculada con la causa y con la propiedad de obras de arte que pertenecían a su padre”, agregó Martínez.

Por su parte, el juez Santiago Inchausti levantó el arresto domiciliario que pesaba sobre Kadgien y su esposo desde el lunes y les impuso una prohibición de viaje al exterior y de salida de su domicilio por más de 24 horas sin aprobación del tribunal por 180 días, además de la entrega de sus pasaportes.

En declaraciones a periodistas luego de la audiencia, el fiscal de la causa dijo que la investigación podría ampliarse, ya que en los allanamientos descubrieron otros dos cuadros, grabados, estampas y dibujos que datarían de 1839-1840, aunque aún se están haciendo peritajes para determinar su procedencia.

Fridrich Gustav Kadgien era un alto oficial nazi que huyó después de la guerra a Brasil y luego a Argentina, donde vivió bajo su propio nombre y tuvo dos hijas. Murió en 1979.

Patricia Kadgien y su marido habían entregado el cuadro el miércoles, cuando fue exhibido a la prensa por autoridades judiciales y el perito Ariel Bassano, quien dio un valor estimado en 50.000 dólares si fuera vendido de forma particular.

El abogado defensor Carlos Murias rechazó la imputación de encubrimiento agravado de Kadgien y Cortegoso, argumentando que sus clientes estuvieron dispuestos a entregar la pintura, y desestimó las imputaciones de obstrucción, además de considerar excesiva la prohibición de viajar por 180 días, si bien la aceptó al aclarar que podrían hacerlo con permiso judicial.

“Niego y desconozco todos los elementos de cargo que se han presentado y la imputación pretendida. Ratifico la inocencia de mis defendidos”, dijo Murias en la audiencia.

El caso fue dado a conocer tras la investigación de 10 años de periodistas del diario holandés Algemeen Dagblad (AD), uno de los cuales divisó el cuadro en el aviso de la casa de Kadgien en venta y alertó a las autoridades.

“Hace 10 años que estamos intentando contactarnos con las hijas de Friedrich Kadgien. Nunca quisieron hablar con nosotros (…) Es surrealista y un poquito absurdo cómo surgió esta historia. Veremos qué pasa con el cuadro”, dijo el periodista de AD Peter Schouten radicado en Argentina.

La pintura permanecerá en la Unidad Público Fiscal de Mar del Plata hasta que la Corte Suprema de Justicia determine el mejor lugar para guardarla hasta que finalicen los trámites, si bien los fiscales pidieron que sea trasladada al Museo del Holocausto de Buenos Aires, sin exhibición al público.

(Reporte de Lucila Sigal y Miguel Lo Bianco. Reporte adicional de Claudia Martini. Editado por Walter Bianchi)

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