PARÍS, 12 sep (Reuters) – Francia reiteró el viernes sus exigencias de liberación inmediata e incondicional de tres ciudadanos franceses detenidos en Irán, rechazando hacer comentarios sobre un posible intercambio de prisioneros mencionado esta semana por el ministro iraní de Asuntos Exteriores.
Irán retiene a Cecile Kohler y a su pareja, Jacques Paris, desde 2022 en condiciones que, según Francia, se asemejan a la tortura. Un ciclista franco-alemán de 18 años también fue detenido en julio.
A principios de esta semana, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abás Araqchi, sugirió que los ciudadanos franceses podrían ser intercambiados por Mahdieh Esfandiari, una estudiante iraní que vive en la ciudad francesa de Lyon y que fue detenida este año por publicaciones en contra de Israel en sus redes sociales.
“Se ha trabajado mucho en el caso de Esfandiari y en su intercambio por presos franceses en Irán. Esperamos que pronto se anuncien buenas noticias sobre este asunto”, declaró Araqchi en la televisión estatal iraní.
Al preguntar por las declaraciones de Araqchi, el ministro saliente de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, no quiso hacer comentarios.
“Francia exige la liberación incondicional e inmediata de nuestros ciudadanos en Irán y no haré ningún comentario sobre las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores iraní”, dijo Barrot a la radio France Inter.
Kohler y Paris están acusados de espionaje y de provocar disturbios, acusaciones que Francia ha calificado de infundadas.
Hace meses que se negocia su liberación, y el Gobierno francés está cada vez más frustrado por la falta de avances o de acceso a sus ciudadanos. Ha presentado una denuncia ante el Tribunal Internacional de Justicia contra Irán por violación del derecho a la protección consular.
Es probable que los esfuerzos por llegar a un acuerdo sobre los presos se compliquen después de que Francia, Reino Unido y Alemania desencadenaran en agosto en la ONU el proceso para volver a imponer sanciones a Irán.
La Guardia Revolucionaria iraní ha detenido a decenas de ciudadanos extranjeros y con doble nacionalidad en los últimos años, a menudo acusados de espionaje. Grupos de derechos humanos y países occidentales acusan a Teherán de utilizar a los detenidos extranjeros como moneda de cambio, algo que el país niega.
(Información de John Irish y Parisa Hafezi; edición de Philippa Fletcher y Helen Popper; editado en español por Irene Martínez)