Por Anthony Deutsch y Tom Balmforth
RIVNE, UCRANIA/LONDRES, 16 sep (Reuters) – Una investigación financiada por Estados Unidos ha identificado más de 210 lugares a los que Rusia ha llevado a niños ucranianos para su entrenamiento militar, fabricación de drones y otras formas de reeducación forzosa, como parte de un programa de deportación a gran escala.
La Escuela de Salud Pública de Yale dijo en un informe publicado el martes que se habían descubierto más de 150 nuevas ubicaciones desde que publicó sus conclusiones el año pasado, cuando denunció que se habían utilizado aviones presidenciales rusos para transportar a niños.
La investigación más reciente del Laboratorio de Investigación Humanitaria (HRL, por sus siglas en inglés) de Yale, basada en información de fuentes abiertas e imágenes por satélite, afirma que aproximadamente la mitad de los lugares están gestionados por el Gobierno ruso.
“Representa el mayor número de lugares a los que se ha llevado a niños ucranianos publicado hasta la fecha”, señala el informe. “Es probable que el número real sea mayor, ya que hay múltiples lugares que aún están siendo investigados por HRL y es posible que existan ubicaciones adicionales que aún no han sido identificadas”.
Ucrania afirma que Rusia ha deportado ilegalmente o desplazado por la fuerza a más de 19.500 niños a Rusia y Bielorrusia, en violación de los Convenios de Ginebra. En junio, Yale estimó que esa cifra podría acercarse a los 35.000.
Rusia niega que se esté llevando a niños contra su voluntad y afirma que ha estado evacuando a personas voluntariamente para sacarlas de la zona de guerra.
El Kremlin no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios sobre el reciente informe.
Los investigadores de Yale “pueden concluir que Rusia está operando un sistema potencialmente sin precedentes de reeducación a gran escala, entrenamiento militar e instalaciones de dormitorios capaces de retener a decenas de miles de niños de Ucrania durante largos períodos de tiempo”, según el informe.
El programa de Yale, que ha sido privado de financiación por el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había rastreado previamente a 314 niños ucranianos a sitios web del Gobierno ruso, donde fueron puestos en adopción por familias rusas.
El número de niños ucranianos secuestrados y la red de instalaciones donde están retenidos se ha disparado desde que Yale publicó por primera vez sus hallazgos en 2023, cuando estimó que 6.000 niños habían sido llevados a 43 campamentos.
Las conclusiones respaldaron las órdenes de detención emitidas en 2023 por la Corte Penal Internacional de La Haya contra el presidente ruso, Vladimir Putin, y su comisaria para los Derechos de la Infancia María Lvova-Belova, acusándoles de deportación ilegal de niños, un crimen de guerra.
“La buena noticia es que ahora conocemos plenamente el alcance de lo que estamos tratando”, dijo a Reuters Nathaniel Raymond, director ejecutivo del Laboratorio de Investigación Humanitaria. “La mala noticia es que abordarlo, traer a estos niños a casa, depende de una unidad mundial absoluta”.
(Información de Anthony Deutsch en Amsterdam y Tom Balmforth en Londres; edición de Rosalba O’Brien; editado en español por Patrycja Dobrowolska)