Por Luis Jaime Acosta
PUERTO ASÍS, Colombia, 15 oct (Reuters) – La Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano (CNEB), una de las cinco disidencias que surgieron de la antigua guerrilla de las FARC, entregó el miércoles la primera parte de catorce toneladas de material de guerra para su destrucción, como una señal de paz en la negociación con el Gobierno de Colombia.
La entrega de explosivos, granadas, morteros y otros artefactos es hasta ahora el avance más importante del presidente izquierdista Gustavo Petro para sacar del conflicto interno de seis décadas que ha dejado más de 450.000 muertos, a este grupo conformado por unas 2.000 personas entre combatientes y colaboradores.
“Para el presidente de Colombia es prioridad la paz del pueblo”, dijo Petro en un acto con líderes del grupo rebelde. “Las armas no son para entregarlas, son para destruirlas”.
El material de guerra fue detonado de forma controlada por el Ejército Nacional en una zona rural del selvático departamento del Putumayo, cerca del municipio de Puerto Asís.
Otras dos entregas y sus actos de destrucción se realizarán en los próximos días en el departamento de Nariño.
La CNEB surgió de la Segunda Marquetalia, una disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liderada por Iván Márquez, que en agosto de 2019 rechazó un acuerdo de paz firmado tres años antes, alegando incumplimientos por parte del Estado.
Walter Mendoza, el líder de la CNEB, dijo antes del acto que la entrega del material de guerra es “una muestra de buena voluntad de paz” y se declaró optimista en lograr otros acuerdos con el Gobierno, aunque se quejó de la lentitud de la inversión social por parte del Estado en las zonas apartadas del país.
El líder guerrillero aseguró a Reuters en julio de 2024 que la entrega de las armas y la desmovilización del grupo solo se daría al final de un proceso de paz y de la transformación de territorios con inversión social como carreteras, escuelas, hospitales, acueductos y otras obras.
Analistas aseguran que, tras la suspensión de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con la mayor disidencia de las antiguas FARC, así como por los escasos avances con otras facciones y bandas criminales como el Clan del Golfo, el proceso con la CNEB podría convertirse en uno de los pocos logros concretos de paz de Petro.
A comienzos de abril el grupo Comuneros del Sur, una disidencia del ELN, firmó dos acuerdos y entregó material de guerra, pero seis meses después el proceso no muestra avances.
Petro lanzó una ambiciosa política de paz para silenciar los fusiles y sacar de la guerra a más de 20.000 integrantes de grupos armados ilegales, que se financian del narcotráfico y la minería ilegal en zonas montañosas y selváticas del país que controlan, aunque sin ningún acuerdo a menos de un año de concluir su mandato.
(Reporte de Luis Jaime Acosta, editado por Nelson Bocanegra)