BUENOS AIRES, 23 oct (Reuters) -Los temores cambiarios en Argentina no se disipaban el jueves a solo tres días de una clave elección de medio término que le permitirá saber al Gobierno liberal dónde está parado de cara a los últimos dos años de gestión y ante el compromiso de profundizar su economía ortodoxa.
La búsqueda de cobertura en moneda dura por parte de inversores institucionales hace que el peso nacional cotice en su zona de mínimo histórico, lo que ha obligado recientemente a la intervención tripartita del banco central (BCRA), del Tesoro argentino y del socorro del Tesoro de Estados Unidos, con quien el país termina de firmar un “swap” de monedas por 20.000 millones de dólares.
El peso mayorista pasaba a ganar un 0,34% a 1.484 por dólar a las 1505 GMT, contra una apertura en piso récord de 1.492 unidades y una punta vendedora de la banda de flotación que rige el sistema en 1.492,05 por dólar, donde el BCRA debe desprenderse de reservas para sostener la paridad.
La incertidumbre también pesaba sobre los contratos a futuro dada las millonarias cifras en juego a favor y en contra del peso, dijeron operadores, en un mercado con activa participación del propio BCRA.
Por ello, el plazo muy corto hasta fin de octubre arrojaba un valor de 1.485 por dólar y para fin de diciembre caía a 1.579 unidades.
“Evidentemente transitamos una crisis de confianza, al Gobierno no le basta con demostrar que controla el superávit fiscal y la inflación, la economía se estanca y se deben conseguir aprobaciones importantes en el Congreso, de ahí el relieve que tienen las elecciones del domingo que viene”, dijo a Reuters el economista Marcelo Rojas.
El presidente Javier Milei asumió en diciembre del 2023 con minoría en ambas cámaras del Congreso, por lo que busca sumar escaños que le brinden un mejor respaldo político al margen de la exigencia de diálogo que se le reclama por parte de diferentes sectores.
Por ello, este mandatario de derecha radical enfrenta estas elecciones cruciales para mejorar su escasa representación legislativa, de la que dependerá el futuro de su plan económico ultraliberal respaldado por Estados Unidos.
“El lunes (que viene) no cambia nada”, ratificó el ministro de Economía argentino, Luis Caputo, durante una entrevista televisiva. “El esquema de banda (cambiaria) está bien calibrado (…) hay que mostrar resultados para ver credibilidad”, dijo.
El funcionario agregó que desde la oposición “le están metiendo temor a la gente. Necesitamos tener menos volatilidad política”.
La fuerte volatilidad que envuelve a los mercados del país austral hacía que el índice accionario S&P Merval porteño ganara un 3,26% por compras con coberturas cambiarias y que los bonos soberanos en la ronda extrabursátil mostraran paridades con un muy leve sesgo alcista del 0,1% en promedio.
El banco JP.Morgan identificó oportunidades de inversión en acciones argentinas, con énfasis en los sectores de energía y finanzas, mediante un reporte hecho público en el mercado.
(Reporte de Jorge Otaola;colaboración de Hernán Nessi;Editado por Walter Bianchi)