Víctimas de las inundaciones de Valencia combaten las secuelas mentales

ALFAFAR, España, 23 oct (Reuters) -El sonido de la lluvia sigue provocando pánico en José Manuel González, un año después de que pasara seis horas aferrado a un semáforo cuando las inundaciones en la Comunidad Valenciana arrasaron todo a su paso, matando a más de 220 personas, entre ellas su hermano.

González, de 58 años, dice que a menudo se despierta en estado de “shock”, incapaz de sacarse de la cabeza los recuerdos de la noche en ese semáforo desde el que vio a su hija aferrarse por su vida al toldo de una tienda cercana en el pueblo valenciano de Alfafar, una de las localidades más afectadas.

Se siente responsable de su madre, anciana, desolada después de que a su hermano se lo llevara un torrente de agua cuando intentaba rescatar a una mujer de un coche aquella noche.

Incluso una simple gota de lluvia es “como una alarma, algo que se me enciende en mi cabeza. Y es como si me enciende un parpadeo y me… Como si me avisara de algo”, afirma.

Los médicos le diagnosticaron trastorno de estrés postraumático (TEPT) y le recetaron tranquilizantes, que según él le ayudan a ordenar sus pensamientos y a recordar que está a salvo cuando llueve.

Las catástrofes naturales relacionadas con el clima, muchas de ellas exacerbadas por el cambio climático, van en aumento, según Naciones Unidas. Los estudios demuestran que el prolongado tiempo que se tarda en limpiar después de las inundaciones también puede suponer un importante estrés para sus víctimas, provocando problemas de salud mental a largo plazo.

DAÑOS PSICOLÓGICOS Y MIEDO A LA LLUVIA

Los Gobiernos deben planificar no solo los daños materiales sino también los psicológicos que las inundaciones infligen a las víctimas, afirman expertos en salud. Casi una de cada cinco personas sufre TEPT tras inundaciones, según un estudio de 2015 publicado en la revista Disaster Medicine and Public Health Preparedness, de Cambridge University Press.

Según el Servicio de Cambio Climático de Copernicus, que pertenece a la UE, en 2024 algunas zonas de Europa sufrieron el año más lluvioso jamás registrado, en el que las tormentas e inundaciones afectaron a unas 413.000 personas. El resultado fue la pérdida de al menos 335 vidas y daños por valor de 18.000 millones de euros (21.000 millones de dólares).

Tras las inundaciones de Valencia, el Gobierno español creó una Unidad Especial de Emergencias de Salud Mental (USME) que, junto con otros servicios locales de salud mental, ha atendido a miles de personas en las zonas más afectadas.

Casi el 28% de los adultos afectados por las inundaciones sufría TEPT, según una encuesta realizada por el departamento de salud del gobierno regional entre 2.275 personas.

“Hay gente que no quiere ducharse, ni ir al mar, ni estar cerca del agua. Hay mucha acuafobia”, explica Julieta Mondo, psicóloga de la USME.

“El trauma hace que tu cerebro te recuerde constantemente que (la lluvia) es peligrosa”, añade.

El tratamiento consiste en explicar a las personas que su reacción es normal y exponerlas gradualmente a su miedo al agua, dijo.

Dijo que las mujeres suelen sufrir más los efectos psicológicos de las inundaciones porque a menudo son las principales cuidadoras en el hogar y luchan por equilibrar el cuidado de los niños con sus propias emociones, especialmente cuando llueve.

Once personas murieron en la calle de Arantxa Ferrer en La Torre, un barrio al otro lado del río de la ciudad de Valencia. Arantxa escapó trepando por la terraza hasta el apartamento de un vecino después de que el agua empezara a inundar su piso, situado en una planta baja.

MEDICACIÓN Y TERAPIA PARA ALIVIAR EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Inmediatamente después de las inundaciones, no podía dormir. Cerraba los ojos y lo único que oía eran los gritos de la gente y el agua. Hoy, con la ayuda de medicación y terapia para aliviar su TEPT, puede soportar ver y escuchar la lluvia e incluso se ha aventurado a mirar el río que se desbordó y que, junto con varios barrancos también desbordados, provocó la destrucción y muerte en su barrio.

Ferrer, ejecutiva de marketing de 47 años, cuenta que su médico le ha dicho que debe exponerse a la lluvia. “Mirar por la ventana, ver la lluvia caer, escucharla”, dice, para superar el miedo que le produce el sonido.

Su vecino, Juan Benet, cuya hermana murió en las inundaciones, se mostró más escéptico sobre los beneficios de la terapia. Un psicólogo del ejército vino a hablar con él, pero no sintió ninguna conexión con el terapeuta, que no había experimentado lo mismo que él.

“No me hizo nada, ni me hará nada tampoco, porque lo tengo aquí y aquí”, dijo señalándose la cabeza y el corazón. “Esto no se va a ir nunca”.

Con el fin del verano, vuelve la temporada de lluvias a Valencia. Las autoridades ya han emitido varias alertas rojas, advirtiendo de la posibilidad de lluvias torrenciales e inundaciones que finalmente no ocurrieron.

González, que tiene un negocio de pruebas psicométricas para conductores, dice que le cuesta volver a ser la persona despreocupada que era antes de las inundaciones. Él y su pareja han dejado de viajar y a veces le cuesta entender cuando le hacen preguntas, dijo.

“Quiero seguir para adelante, pero lo que es mi carácter en sí como era antes (…) es imposible llegar sin ayuda de los ansiolíticos”, dijo. “Cualquier cosa me asusta, no puedo evitarlo, todo por el estrés postraumático”.

(1 dólar = 0,8575 euros)

(Información de Eva Manez, Horaci Garcia, Elena Rodriguez y Charlie Devereux; redacción de Charlie Devereux; edición de Alexandra Hudson; edición en español de María Bayarri Cárdenas)

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL9M0E6-VIEWIMAGE

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL9M0E1-VIEWIMAGE

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL9M0E2-VIEWIMAGE

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL9M0E3-VIEWIMAGE

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL9M0E5-VIEWIMAGE

tagreuters.com2025binary_LYNXMPEL9M0E8-VIEWIMAGE