A la caza de datos económicos, la Fed recurre a lo probado y también a lo nuevo

Por Howard Schneider

WASHINGTON, 7 nov (Reuters) -Dos semanas antes de la próxima reunión de la Reserva Federal, con la espita de los datos del Gobierno federal cerrada, el personal de la entidad en Atlanta respaldó su visión de la economía analizando cómo se alinearon los sondeos previos a ejecutivos empresariales con el empleo, el gasto, la producción y otros datos recogidos en los informes federales.

Los resultados elevaron su confianza en que los responsables de política del banco central todavía tenían buenos sustitutos disponibles, si bien aproximados, antes de la reunión del 28 y 29 de octubre, incluyendo encuestas que demostraron seguir de cerca la economía, datos privados usados durante años y las nuevas perspectivas de las empresas tecnológicas emergentes.

Mientras el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que el paréntesis de datos oficiales podría hacer que las autoridades monetarias sean más cautas ante los cambios, la Fed está en cierto modo ahogada en información procedente del raspado masivo de datos en línea, modelos de inteligencia artificial y seguimiento de teléfonos móviles, desafiada tanto por extraer una señal de la abundante información como por añadir más.

Algunos casos han sido sencillos. Por ejemplo, el personal de la Fed considera que el acervo de ofertas de empleo en línea de empresas como Indeed es coherente con los informes de ofertas de empleo del Gobierno.

No obstante, por ejemplo, la inflación de los servicios es una caja negra particular, no tan fácil de ver en línea como los precios de los bienes, aunque se están realizando esfuerzos para ver si la IA puede analizar los informes de ganancias de las empresas u otros documentos en busca de señales de precios.

Aún así, “estamos obteniendo una lectura bastante sólida de lo que está sucediendo en conjunto, incluso aunque no tengamos las estadísticas oficiales”, dijo Brent Meyer, vicepresidente adjunto y jefe del Centro de Análisis de Encuestas Económicas de la Fed de Atlanta, que sondea trimestralmente a unos 5.600 ejecutivos sobre el rendimiento esperado de la empresa, las perspectivas económicas y otras cuestiones.

“Esto no es hacer las cosas por anécdota. Estamos captando una gran franja de lo que está ocurriendo”, señaló.

En respuesta al cierre, Meyer dijo que observaron cómo las predicciones pasadas de los ejecutivos sobre las próximas ventas coincidían con las estadísticas oficiales un año después, encontrando que seguía el crecimiento general de la producción “realmente de cerca”.

Las encuestas sobre el aumento de los costos unitarios -precursor de la inflación- y la contratación también coincidían. En casos como el del crecimiento del empleo, en los que la conexión era un poco más débil, las fuentes de datos privadas han demostrado ser un rico complemento.

La lectura general antes de la reunión de octubre fue que “el tercer trimestre realmente repuntó (…) No estamos viendo que las cosas caigan por un precipicio”, dijo Meyer, aunque hay indicios de un alza en las presiones sobre los precios.

La próxima reunión de la Fed se celebrará los días 9 y 10 de diciembre y los inversores esperan un nuevo recorte de las tasas de interés de un cuarto de punto porcentual.

La Fed de Atlanta no está sola. Desde el 1 de octubre, fecha en la que comenzó el cierre gubernamental, los responsables de política han creado paneles de datos alternativos, han publicado estimaciones modelizadas de estadísticas ausentes, como la tasa de desempleo, han comparado la trayectoria de diferentes encuestas con datos anteriores del Gobierno y se han centrado en las conversaciones con empresas y trabajadores para preparar la recopilación de opiniones económicas del Libro Beige.

En un nuevo estudio, la Fed de Boston examinó cómo podría utilizarse el “análisis de la confianza” basado en el texto del Libro Beige para señalar posibles riesgos de recesión.

Es un momento poco oportuno para disponer de menos información, ya que las autoridades están divididas sobre si dar prioridad al crecimiento sostenido del empleo y a los recortes de tasas ante el riesgo de una mayor inflación.

Los datos gubernamentales sobre desempleo e inflación suelen ofrecer poderosos puntos de contacto en ese debate, diseñados para representar la diversidad demográfica y geográfica de Estados Unidos y con largos historiales que permiten analizar las tendencias a lo largo del tiempo, cualidades que los datos privados y otras fuentes no siempre comparten.

No obstante, los responsables de política también han hecho hincapié en la necesidad de arreglárselas, y las herramientas para ello nunca han sido tan ricas.

En tiempos normales, la Oficina de Estadísticas Laborales habría publicado este viernes la estimación de creación de empleo en octubre, en qué sectores, cuántas personas estaban empleadas y desempleadas, y las tasas de actividad y desempleo.

Aunque en su ausencia se pierden datos, las autoridades podrían hacerse una idea del mercado laboral a partir de la estimación del procesador de nóminas ADP de 42.000 puestos de trabajo creados en el sector privado en octubre, los informes estatales sobre solicitudes de subsidio de desempleo, una estimación de la Fed de Chicago de que la tasa de desempleo subió levemente al 4,4%, y la estimación de Revelio Labs de que el empleo global disminuyó en 9.000 puestos el mes pasado.

ESCUCHAR LAS HISTORIAS

En su intervención de esta semana, la gobernadora de la Fed Lisa Cook, cuya investigación profesional anterior construyó métodos para estimar la innovación a partir de las concesiones de patentes, dijo que la entidad ha buscado -sobre todo desde la pandemia- visiones alternativas de la economía.

“Esa práctica se ha vuelto esencial (…) La contratación se está desacelerando. Lo vemos en las ofertas de empleo. Observamos toda una serie de datos en tiempo real. No esperamos al informe de desempleo”, afirmó.

Más allá de eso, dijo, las conversaciones con ejecutivos y trabajadores pueden llenar las grietas, algo a lo que las autoridades de la Fed recurrieron en gran medida más temprano en el año, cuando los rápidos cambios en la política arancelaria y la inmigración hicieron pensar que la economía podría cambiar más rápido de lo que podría reflejarse en los informes del Gobierno, que se retrasan por semanas o meses.

“Recibimos muchos datos agregados y muchos análisis”, comentó Cook. “Lo que quiero es la argamasa entre los ladrillos. Quiero oír cuáles son las historias”.

(Editado en español por Carlos Serrano)

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